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Déficit de vitamina D
Expertos alertan de que más del 40% de los españoles menores de 65 años tiene déficit de vitamina D
Los expertos reunidos en la jornada Gebro Health Talks, organizada por Laboratorios Gebro Pharma, han alertado de que, de acuerdo con recientes estudios médicos, más del 40 por ciento de los españoles menores de 65 años y más del 80 por ciento de la población sénior sufre déficit de vitamina D en su organismo.
El doctor Josep Blanch, jefe de sección del Servicio de Reumatología, Coordinador de la Unidad de Metabolismo Óseo del Hospital del Mar y presidente de la Sociedad Española de Investigación Ósea y del Metabolismo Mineral (SEIOMM), y Núria Fernández, nutricionista del Club Metropolitan Iradier, han sido los ponentes en estas jornadas, donde han achacado este dato a “una baja exposición de la piel a la luz solar, principal fuente de vitamina D, y al hábito del uso de cremas fotoprotectoras, así como también a una dieta pobre en alimentos que contengan dicha vitamina”.
“Existen también otros factores externos como las condiciones ambientales, sobre todo la elevada contaminación en las ciudades, y múltiples factores personales, como son la edad, el estilo de vida, el tipo de piel o el consumo de fármacos”, han añadido.
La vitamina D (calcifediol) es un nutriente básico para la salud de los seres humanos. Su función más importante es mantener los niveles sanguíneos adecuados de calcio y fósforo, necesarios para la normal mineralización ósea, la contracción muscular, la conducción nerviosa y el correcto funcionamiento de numerosos procesos celulares y metabólicos.
Las principales fuentes nutricionales naturales son los ácidos grasos del pescado marino, siendo el salmón el más destacado, juntamente con el atún, la caballa y la sardina. También los moluscos, los crustáceos y derivados, y el aceite de hígado de bacalao. La yema del huevo, la mantequilla, el hígado y otras vísceras, aunque su consumo es escaso debido a su alto contenido en colesterol, y las setas, que también aportan cantidades de vitamina D, aunque en menor medida.
“A la hora de valorar si un alimento enriquecido es saludable o no, lo más importante no es qué vitaminas o nutrientes extra nos van a aportar, sino el perfil nutricional del producto base. Es decir, una galleta con harinas refinadas, azúcar y grasas de poca calidad no será más saludable por aportar vitaminas. Es muy importante tener esto claro”, ha apuntado Núria Fernández.
El déficit de vitamina D tiene consecuencias importantes tanto en niños como en adultos, como han detallado los especialistas. En lactantes y niños está estrechamente vinculado al raquitismo y en adolescentes puede propiciar un menor y retardado crecimiento. En adultos, aumenta el riesgo de perder volumen de estructura ósea, tendiendo a producirse episodios de osteoporosis por descalcificación, o también puede darse desmineralización ósea, lo que podría producir osteomalacia.
Por otro lado, también se cree que la vitamina D contribuye a un mejor estado de ánimo y en la prevención de enfermedades autoinmunes. “No obstante, todavía no hay estudios concluyentes al respecto”, han reconocido.
La realización de una analítica permite determinar la concentración de vitamina D en el plasma sanguíneo de una persona. Mayoritariamente, se acepta como nivel normal una 25[OH]D =30 ng/ml; nivel insuficiente entre los 30-20 ng/ml y nivel deficiente <20 ng/ml. “Hay una discusión científica no cerrada sobre este tema. Desde la SEIOMM, escogemos como adecuado un valor mayor de 30ng/ml, ya que en este índice los niveles de la hormona paratiroidea (PTH), que es la encargada de controlar los niveles de calcio en el cuerpo, se mantienen estables”, ha explicado el doctor Blanch. Eco Diario 5/06/2018
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