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4 artículos sobre la aireación en la prevención de la Covid-19
Guía para expulsar al coronavirus de las aulas
En el siglo pasado, cuando no era posible la educación a distancia, tanto en Europa como en EE UU se llegaron a impartir clases fuera del aula en pleno invierno debido a epidemias de tuberculosis y pandemias como la gripe española. En la foto: Clases al aire libre en los Países Bajos con alumnos envueltos con abrigos y mantas en 1918. / Nationaal Archief
Esta semana se ha presentado la Guía para la ventilación en las aulas, elaborada por el instituto IDAEA del CSIC, el Ministerio de Ciencia e Innovación y la asociación Mesura, que ha tomado mediciones reales en centros educativos de la Generalitat Valenciana.
Sus consejos para reducir las partículas o aerosoles que viajan por el aire, susceptibles de llevar el coronavirus, se pueden aplicar también a otros espacios interiores como edificios públicos, así como en aquellas oficinas que sigan fomentando la presencialidad de los trabajadores a pesar de las recomendaciones del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud de promover al máximo el teletrabajo para evitar la transmisión del virus en todos los niveles de alerta.
Consejos para reducir la expansión del coronavirus en los centros educativos. / CSIC-IDAEA, Ministerio de Ciencia e Innovación y Mesura
¿Cómo se reduce la transmisión del virus en espacios cerrados?
- Para minimizar la emisión del SARS-CoV-2, se debe disminuir el número de personas en la habitación, permanecer en silencio o bajar la voz (al hablar fuerte o gritar la expulsión de partículas es 30 veces superior), desarrollar una actividad física relajada (si se aumenta, también lo hacen las exhalaciones) y ajustarse bien la mascarilla.
- Para minimizar la exposición al SARS-CoV-2, además de aplicar medidas de higiene como lavarse las manos o el uso de hidrogeles, se debe usar la mascarilla bien ajustada, estar el mínimo tiempo posible expuesto y aumentar la distancia interpersonal, así como ventilar y purificar el aire para eliminar el mayor número de virus posible. En este último punto es en el que se centra la nueva guía.
¿Es lo mismo ventilar que purificar el aire?
No.
- La ventilación consiste en sustituir el aire interior del aula potencialmente contaminado con virus por otro limpio del exterior. En este contexto un ventilador no hace esa función, ya que solo mezcla o remueve el aire dentro de la sala.
- La purificación consiste en eliminar las partículas en suspensión que hay en el aire, susceptibles de transportar el patógeno. Esto se realiza mediante los filtros que incorporan diversos dispositivos, como los limpiadores de aire portátiles, aunque también los llevan los sistemas de calefacción y aire acondicionado. Expertos en aerosoles como el investigador José Luis Jiménez de la Universidad de Colorado (EE UU) ofrecen detalles concretos en una web.
¿Cuál es el mejor modo de ventilación?
Sobre todo, abrir las ventanas, y también se recomienda hacer lo mismo con las puertas que dan a los pasillos (indicando a los alumnos que reduzcan el ruido al pasar por ellos) para que haya ventilación cruzada. Existen diversos estudios que lo demuestran, el último, publicado esta misma semana en la revista Physics of Fluids. En él, investigadores de la Universidad de Nuevo México, utilizando modelos computacionales de fluidos, han comprobado que la apertura de ventanas en el aula aumenta las partículas que salen del sistema en casi un 40 %, al tiempo que reduce la transmisión de aerosoles entre las personas que se encuentran dentro.
Este equipo también ha observado que el aire acondicionado elimina hasta el 50 % de las partículas liberadas durante la exhalación y el habla, pero que el resto se deposita en las superficies dentro de la habitación y puede volver a entrar en el aire. Si hubiera estudiantes con mayor riesgo de complicaciones por covid-19 deberían sentarse donde lleguen menos partículas, lo que dependerá de la distribución del aire dentro de la sala.
¿Con qué frecuencia hay que ventilar?
Depende del volumen del aula, el número y la edad de los ocupantes y la actividad realizada, así como la incidencia en la región y el riesgo que se quiera asumir. La guía del CSIC sigue otra de cinco pasos de la Universidad de Harvard, que recomienda entre 5 y 6 renovaciones de aire por hora (ACH, por sus siglas en inglés, dentro de una escala donde menos de 3 es un valor bajo y 6 lo ideal) para aulas de 100 m2, con 25 estudiantes de 5 a 8 años.
En las medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a covid-19 para centros educativos en el curso 2020-2021, los ministerios de Sanidad y Educación señalan la necesidad de ventilar al menos durante 10-15 minutos al inicio y al final de la jornada, durante el recreo, y siempre que sea posible entre clases (algunas comunidades autónomas aconsejan también durante las clases), manteniéndose las ventanas abiertas todo el tiempo que sea posible y con las medidas de prevención de accidentes necesarias. Se debe aumentar el suministro de aire fresco y no utilizar la función de recirculación de aire interior.
¿Cómo evaluamos la tasa de ventilación del aula?
Con la ayuda de sensores o medidores de CO2, un gas que es un buen indicador de las emisiones de bioefluentes humanos. Cuestan entre 100 y 300 euros. Las concentraciones que indican se usan para calcular la renovación de aire en un espacio y condiciones dadas (alumnos por aula, metros cúbicos de la clase, etc).
La guía del CSIC ofrece dos métodos para realizar estos cálculos, aunque también se puede consultar la de los cinco pasos de la Universidad de Harvard o su calculadora desarrollada junto a la Universidad de Colorado.
Como referencia, se puede considerar que las concentraciones de CO2 en el aire exterior son de unas 420 ppm (partes por millón), y que dentro de los edificios no se recomienda superar las 800 ppm. En emplazamientos concretos donde los cálculos sean complejos también se aconseja el servicio de profesionales de ventilación y tratamiento de aire.
Variación de concentración de CO2, indicativo de la renovación de aire, para diferentes escenarios. / IDAEA-CSIC, Mesura et al.
Pero llega el invierno y hace frío con las ventanas abiertas, ¿qué hacemos?
Mientras dure la pandemia, habrá que elegir entre reducción de riesgos sanitarios y confort térmico. No hay que descartar usar ropa de abrigo dentro de las salas. Disponer de ella en interiores permitirá no abusar de la calefacción con ventanas parcialmente abiertas.
De todas formas, si la ventilación natural no es viable debido a condiciones meteorológicas adversas o a otros factores, se puede recurrir a la ventilación artificial o forzada, que se realiza mediante extractores, impulsores del aire y otros elementos mecánicos.
En caso de disponer de sistemas centralizados de ventilación, la tasa de aire exterior se debe incrementar lo máximo posible y la recirculación se debe reducir al mínimo. Y si no se pudiera recurrir a ninguna medida de ventilación, que sería lo más deseable, al menos se debe purificar el aire con equipos provistos de filtros, como los HEPA.
¿Qué son los filtros HEPA?
Son limpiadores del aire que filtran sus partículas de manera eficiente (High-Efficiency Particulate Air en inglés, de ahí su nombre). Estos aparatos portátiles provistos de una tupida malla de fibras eliminan gran parte de los aerosoles de la corriente que los atraviesa, reteniendo por tanto los virus que pudieran llevar.
El purificador se debe colocar en el centro de la sala si es posible, y no ha de soplar directamente hacia los ocupantes. Su precio varía desde menos de 500 euros a varios miles, por lo que los expertos aconsejan valorar bien si realmente se necesitan y en qué lugares del centro.
En las recomendaciones de operación de los sistemas de climatización y ventilación de edificios para prevenir la propagación del SARS-CoV-2 de los ministerios de Sanidad y Eficiencia Energética se aconseja su uso en locales con dificultades para obtener una ventilación satisfactoria.
Los filtros HEPA atrapan partículas microscópicas mediante mecanismos de intercepción, impacto y difusión, según su tamaño. Esto lo consiguen gracias a sus fibras dispuestas aleatoriamente en forma de malla. / LadyofHats/José Antonio Garrido
¿Podemos usar sistemas de iones y ozono para purificar el aire?
No, la propia guía del CSIC no los recomienda, ya que estos sistemas con ionizadores o producción de ozono generan reacciones con otros elementos de la atmósfera que no se controlan y tienen consecuencias negativas de formación de contaminantes. De hecho el ozono troposférico (el que está en contacto con la superficie terrestre, distinta al estratosférico que nos protege de los rayos UV) es un potente contaminante ambiental.
El Ministerio de Sanidad también ha emitido notas recordando que ni las radiaciones ultravioleta-C ni el ozono y otros biocidas se pueden aplicar en presencia de personas. Su uso inadecuado introduce un doble riesgo: posibles daños para la salud humana y dar una falsa sensación de seguridad. Estos sistemas solo los manejan especialistas con equipos de protección adecuados.
¿Las aulas españolas tienen buenas condiciones de ventilación y confort térmico?
Algunos estudios señalan que no. Tras analizar durante un año lectivo más de 700.000 parámetros en 36 centros escolares de 33 ciudades españolas, el Estudio de monitorización de colegios elaborado por la Plataforma Edificación Passivhaus (PEP) y la Universidad de Burgos señala que las condiciones de confort, calidad ambiental y ventilación en el interior de los centros escolares en España «suspenden cualquier evaluación de manera generalizada», independientemente de la zona climática, la tipología, la antigüedad y la casuística particular de cada colegio. En el caso de los niveles de CO2, las mediciones realizadas superan la ratio aceptable durante el 68 % del tiempo que se utilizan los centros.
Aunque sin valor científico, un experimento o Estudio sobre ventilación realizado en un aula de Secundaria por el profesor Javier Pérez Soriano durante dos días en el I.E.S. Poetas Andaluces de Benalmádena (Málaga), abriendo y cerrando ventanas en distintas franjas de tiempo, destaca la necesidad de ventilar “sí o sí” las aulas. Según el docente, mientras dure la pandemia, por desgracia, va a ser habitual durante el invierno el uso de abrigo en interiores.
¿Habrá que impartir clases en el patio?
Los expertos y la propia guía del CSIC insisten en que las actividades en exterior son siempre preferibles a las de interior, pero no entran en detalles. Los profesores y los responsables de los centros tendrán que valorar las que se puedan realizar fuera y las que no, sobre todo durante los meses fríos.
Este artículo de Enrique Sacristán fue publicado en la Agencia Sinc el 23 de octubre de 2020
Publicado en Maldita Ciencia, fecha de publicación del artículo: 30/10/2020.
Así se propaga el coronavirus en una sala de espera de hospital
La simulación aporta información importante para contener la propagación del virus SARS-CoV2 en ambientes cerrados.
Simulación sobre la propagación de la Covid en una sala de espera de un hospital.Ospedale Pediatrico Bambino Gesù
https://www.20minutos.es/noticia/4437908/0/como-propaga-coronavirus-sala-espera-hospital/
Un estudio realizado por investigadores del Hospital Pediátrico Bambino Gesù de Roma ha demostrado con una simulación en vídeo en tres dimensiones cómo se difunde el coronavirus en una sala de espera de un hospital a través de las gotitas salivales y su movimiento debido a los sistemas de ventilación.
Los resultados del estudio, realizado con la universidad Ergon Research y la sociedad italiana de Medicina Ambiental (SIMA), fueron publicados en la revista científica Environmental Research, y proporcionan información importante para contener la propagación del virus SARS-CoV2 en ambientes cerrados, aseguran en un comunicado.
Los investigadores utilizaron herramientas de «dinámica de fluidos computacional» (CFD) para recrear virtualmente la sala de espera de una sala de emergencias pediátricas equipada con un sistema de ventilación, con 6 niños y 6 adultos sin mascarillas en su interior.
De esta manera, en esta sala de espera virtual se trazó el comportamiento de las gotas y el aerosol en los 30 segundos posteriores a un golpe de tos en tres escenarios diferentes: con el sistema de aireación apagado, a velocidad estándar y a doble velocidad, para evaluar cuánto aire contaminado respiraría cada persona presente.
Utilizando la serie de parámetros físicos que regulan la dispersión aérea de partículas biológicas (velocidad, aceleración, cantidad, diámetro de las gotas, turbulencias, movimientos generados por el aire acondicionado), los investigadores obtuvieron una simulación 3D «físicamente correcta», que reproduce lo que sucedería exactamente en un entorno real.
Los resultados del estudio confirman que los sistemas de aire acondicionado juegan un papel decisivo en el control de la dispersión de gotitas y aerosoles producidos por la respiración en ambientes cerrados.
De hecho, por primera vez, se ha documentado que duplicar el caudal de aire acondicionado (calculado en metros cúbicos por hora) dentro de una habitación cerrada reduce la concentración de partículas contaminadas en un 99,6%.
Al mismo tiempo, el doble de velocidad provoca la dispersión en el aire de gotitas y aerosoles más rápido y a mayores distancias que el aire acondicionado estándar o apagado: con el aire acondicionado apagado, las personas más cercanas al niño que tose (1,76 metros en la simulación) respiran el 11% del aire contaminado mientras que los más lejanos (4 metros) no son alcanzados por la «nube» infectada.
Con el sistema de doble velocidad se reduce la concentración de contaminante y las personas más cercanas respiran un 0,3%, pero incluso las más alejadas son alcanzadas rápidamente, y en este caso respiran un 0,08% de aerosol contaminado, porcentajes muy bajos y sustancialmente irrelevantes a efectos de contagio.
«El intercambio de aire en las habitaciones también a través de sistemas de aireación, purificación y ventilación mecánica controlada científicamente es fundamental en la difusión del virus y en su transferencia, en la medida de lo posible, al exterior, es decir, en la mitigación de los contaminantes biológicos presentes en el aire en gotitas, lo que reduce significativamente la concentración del patógeno en el aire», subrayó el Alessandro Miani, presidente del SIMA. Publicado en 20 Minutos el 31.10.2020
Estudio muestra cómo se difunde el coronavirus SARS-CoV2 en una sala de espera de hospital
Los resultados del estudio confirman que los sistemas de aire acondicionado juegan un papel decisivo en el control de la dispersión de gotitas y aerosoles producidos por la respiración en ambientes cerrados. EFE
Un estudio realizado por investigadores del Hospital Pediátrico Bambino Gesù de Roma ha demostrado con una simulación en vídeo en tres dimensiones cómo se difunde el coronavirus en una sala de espera de un hospital a través de las gotitas salivales y su movimiento debido a los sistemas de ventilación.
Los resultados del estudio, realizado con la universidad Ergon Research y la sociedad italiana de Medicina Ambiental (SIMA), fueron publicados en la revista científica Environmental Research, y proporcionan información importante para contener la propagación del virus SARS-CoV2 en ambientes cerrados, aseguran en un comunicado.
Los investigadores utilizaron herramientas de «dinámica de fluidos computacional» (CFD) para recrear virtualmente la sala de espera de una sala de emergencias pediátricas equipada con un sistema de ventilación, con 6 niños y 6 adultos sin mascarillas en su interior.
De esta manera, en esta sala de espera virtual se trazó el comportamiento de las gotas y el aerosol en los 30 segundos posteriores a un golpe de tos en tres escenarios diferentes: con el sistema de aireación apagado, a velocidad estándar y a doble velocidad, para evaluar cuánto aire contaminado respiraría cada persona presente.
Utilizando la serie de parámetros físicos que regulan la dispersión aérea de partículas biológicas (velocidad, aceleración, cantidad, diámetro de las gotas, turbulencias, movimientos generados por el aire acondicionado), los investigadores obtuvieron una simulación 3D «físicamente correcta «, que reproduce lo que sucedería exactamente en un entorno real.
Los resultados del estudio confirman que los sistemas de aire acondicionado juegan un papel decisivo en el control de la dispersión de gotitas y aerosoles producidos por la respiración en ambientes cerrados.
De hecho, por primera vez, se ha documentado que duplicar el caudal de aire acondicionado (calculado en metros cúbicos por hora) dentro de una habitación cerrada reduce la concentración de partículas contaminadas en un 99,6% .
Al mismo tiempo, el doble de velocidad provoca la dispersión en el aire de gotitas y aerosoles más rápido y a mayores distancias que el aire acondicionado estándar o apagado: con el aire acondicionado apagado, las personas más cercanas al niño que tose (1,76 metros en la simulación ) respiran el 11% del aire contaminado mientras que los más lejanos (4 metros) no son alcanzados por la «nube» infectada.
Con el sistema de doble velocidad se reduce la concentración de contaminante y las personas más cercanas respiran un 0,3% , pero incluso las más alejadas son alcanzadas rápidamente, y en este caso respiran un 0,08% de aerosol contaminado, porcentajes muy bajos y sustancialmente irrelevantes a efectos de contagio.
«El intercambio de aire en las habitaciones también a través de sistemas de aireación, purificación y ventilación mecánica controlada científicamente es fundamental en la difusión del virus y en su transferencia, en la medida de lo posible, al exterior, es decir, en la mitigación de los contaminantes biológicos presentes en el aire en gotitas, lo que reduce significativamente la concentración del patógeno en el aire», subrayó el Alessandro Miani, presidente del SIMA. (I) Publicado en El Universo el 30 de octubre, 2020
¿Son los aerosoles la principal vía de contagio del covid-19?
Los aerosoles, las diminutas partículas de fluido que quedan suspendidas en el aire después de hablar, toser o estornudar, son un tema de debate entre muchos científicos. AFP
Los aerosoles, las diminutas partículas de fluido que quedan suspendidas en el aire después de hablar, toser o estornudar, son un tema de debate entre muchos científicos, quienes analizan si son o no una forma relevante de transmisión del coronavirus. Esto pese a que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se resiste a incluir a esta vía entre las principales para la rápida proliferación del SARS-CoV-2, señala ABC en una publicación.
Hace unas semanas, una carta firmada por un nutrido grupo de investigadores estadounidenses aseguraba que existían «abrumadoras pruebas» sobre su incidencia en la pandemia. Ahora, una nueva investigación sobre física de fluidos da nuevas señales sobre este tema: los aerosoles son, efectivamente, una importante forma de transmisión del virus, pero no la principal.
«Todos estamos de acuerdo en que los aerosoles son una vía importante para la transmisión del virus, pero la pregunta es si es la más relevante», explica Daniel Bonn, director del Instituto Van der Waals-Zeeman de la Universidad de Ámsterdam y principal autor de la investigación. «Nuestro estudio sugiere que los aerosoles no son una forma muy eficiente de propagación de coronavirus porque no hay muchas partículas del virus en las gotas de aerosol».
Nuevos experimentos
El equipo, integrado por médicos y físicos, realizó dos experimentos: por un lado, hizo hablar y toser repetidamente a unos voluntarios en una pequeña bolsa de plástico, lo que les permitió pesar el contenido de la misma. Luego, los participantes hicieron exactamente las mismas acciones frente a un escáner láser, lo que otorgó a los investigadores una detallada «fotografía» en la que fue posible observar perfectamente la densidad de los aerosoles; es decir, fueron capaces de cuantificar las microgotas y ver cómo se dispersaban.
Los resultados del estudio evidencian que la posibilidad de infección luego de que un portador con síntomas leves haya tosido en el área es «bastante baja», y que disminuye aún más si esa persona solo hubiera hablado.
Una habitación mal ventilada aumenta los riesgos
Sin embargo, no es correcto decir que los aerosoles son totalmente inocuos: «La ventilación moderna hace que el riesgo de infección por aerosoles no sea muy grande. La cantidad de virus en las gotitas pequeñas es relativamente pequeña, aunque se vuelve peligrosa si se trata de una habitación mal ventilada durante un tiempo relativamente largo con una persona infectada, o minutos después de que la persona enferma haya tosido allí», explica el investigador.
Lo que quiere decir que las posibilidades suben significativamente dependiendo de la carga vírica, el tipo de sala y la ventilación. Estos resultados también se observaron en otro estudio publicado en septiembre en la revista Indoor Air con un experimento similar llevado a cabo en la cabina de un ascensor de hospital, que en su uso cotidiano las puertas únicamente estas abiertas entre un 10 y un 20% del tiempo. «Descubrimos que durante su funcionamiento normal se necesitan entre 12 y 18 minutos antes de que el número de partículas de aerosol disminuya en un factor de 100. Sin embargo, cuando las puertas del ascensor están permanentemente abiertas, este tiempo se reduce de 2 a 4 minutos», indica el físico.
En el estudio se indica que el esputo infectado con SARS-CoV-2 (la mezcla de saliva y moco que se expele al toser) de pacientes hospitalizados pero con sintomatología leve puede transportar entre 10.000 y 1.000 millones de copias de ARN del virus por mililitro. Solo hablando, las personas pueden producir unos cientos de miles de gotas por minuto; pero una sola tos puede generar millones.
Respirar el aire luego de que una persona enferma haya tosido o hablado dentro de un ascensor «implica una ingesta potencial de decenas a miles de copias del coronavirus por minuto», aseguran los investigadores, aunque esta puede depender de la carga vírica del paciente. «Se desconoce la dosis mínima infecciosa; sin embargo, se cree que la gravedad de los síntomas del coronavirus es proporcional a la dosis que causa la infección», detallan.
«Una sola tos produce alrededor de un millón de partículas de aerosol, por lo que si alguien está gravemente infectado, esto es suficiente para hacer que una habitación pequeña sea insegura durante unos 10 minutos», indica Bonn. No obstante, cambia la tendencia si se trata de lugares públicos amplios: «Según los resultados, podemos observar que, en términos de aerosoles, es relativamente seguro entrar en edificios modernos bien ventilados, como aeropuertos, estaciones de tren…».
«Si evita los espacios concurridos mal ventilados y las personas que producen muchos aerosoles con grandes cantidades de virus (los llamados superpropagadores), el riesgo de infección por aerosoles no es muy alto. También se deben evitar los ascensores, las salas de reuniones mal ventiladas, etc», afirma el autor como conclusión a ambos estudios.
¿Es efectivo el uso de las mascarillas y el distanciamiento social?
Estos análisis se realizaron sin tomar en cuenta el uso de mascarillas, no obstante, aun así los autores recalcan que las conclusiones respaldan su uso, además de otras medidas como el distanciamiento social o extremar la higiene. «A veces las gotas son tan grandes que caen al suelo aproximadamente a un metro de la boca. Por ello, si quiere minimizar el riesgo de infección, no solo debe mantener el metro y medio de distancia con las personas, sino también asegurarse de que la habitación en la que se encuentra está bien ventilada. Y
Más adelante, en nuevos análisis, se buscará incluir otras variables, como las diferentes características en los equipos de ventilación de edificios distintos y realizar nuevos modelos que puedan predecir el comportamiento del virus y sus vías de transmisión. «Todo esto ayudará a combatir la pandemia, y eso es lo que necesitamos». (I) Publicado en El Universo el 30 de octubre, 2020 –
La Comunidad recomienda la ventilación natural para evitar la transmisión del coronavirus
La Comunidad de Madrid recomienda la ventilación natural en los espacios cerrados para evitar la transmisión del coronavirus por aerosoles, así como la reducción de los aforos y el uso de la mascarilla, y aconseja la instalación de medidores de CO2 en lugares utilizados por grupos de personas durante más de una hora, como aulas y restaurantes.
Así lo ha manifestado el viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid-19 de la Comunidad de Madrid, Antonio Zapatero, quien ha subrayado que «es preferible pasar un poco de frío» o estar «abrigados» pero abrir las ventanas, y ha indicado que «hay evidencia científica de países del norte de Europa con climatologías más duras» en este sentido.
En cuanto a la instalación de filtros HEPA, ha explicado que solo es recomendable «en determinadas circunstancias» y en «edificios sensibles» puesto que «puede traer complicaciones», y siempre debe ser «analizada por expertos».
En concreto, respecto a la instalación de estos filtros en los centros educativos, ha incidido en que «lo más importante es la ventilación natural», según la evidencia científica, y controlar que la concentración de partículas de C02 se mantenga por debajo de 800 ppm, y ha aclarado que aunque los filtros pueden tener utilidad para algún tipo de instalación como hospitales y centros sociosanitarios, solo se recomiendan en lugares en los que no sea posible obtener una ventilación satisfactoria.
«Hay que tener en cuenta que su uso incorrecto puede ser contraproducente», ha advertido Zapatero, para señalar que pueden contribuir a favorecer la transmisión, al tiempo que ha destacado que requieren una instalación completa de ventilación y que los portátiles «son de uso complejo y no está claramente verificada su utilidad».
Así, ha recalcado que lo recomendable es la ventilación natural y controlar que sea adecuada mediante la medición de partículas de CO2, y si no es posible obtener una ventilación adecuada plantear otras medidas, al tiempo que ha hecho hincapié en que los filtros HEPA en todos los protocolos siempre aparecen «como último recurso».
Los consejos para evitar la transmisión a través de aerosoles (gotas de aire que se quedan suspendidas en el aire) aparecen recogidos en el documento ‘Impacto de los sistemas de ventilación en la transmisión del SARS-CoV-2’, elaborado por la Viceconsejería de Salud Pública y Plan Covid-19 de la Consejería de Sanidad, y a partir del cual se elaborarán guías monográficas en función de los sectores de actividad.
En el marco de dicho documento, la Consejería de Sanidad, con carácter general, recomienda mantener de manera regular las ventanas abiertas en aquellos espacios de interior donde se concentren personas, recordando, además, que es obligatorio llevar la mascarilla.
Además, los técnicos de Sanidad que han participado en el documento insisten en que, tras o durante el uso de una habitación, se deben abrir las ventanas al menos durante 15 minutos para evitar una posible exposición al virus. De igual manera, ha de aplicarse esta recomendación en los edificios ventilados mecánicamente.
En los espacios que suelen ser utilizados durante una hora o más por grupos de personas, como las aulas, salas de reuniones o restaurantes, Sanidad aconseja realizar una medición de los niveles de CO2 o instalar sensores en las zonas ocupadas para que avisen de una posible ventilación insuficiente en las instancias del edificio.
Ventilación en viviendas
En el caso de viviendas, las pautas a seguir son una ventilación natural diaria de todas las estancias, incluido en invierno, con la apertura de las ventanas al menos durante 15 minutos al entrar a una habitación sobre todo cuando ha sido utilizado dicho espacio por otras personas. Se puede incrementar con la ventilación cruzada, que es abrir ventanas o puertas en lados opuestas.
La Consejería de Sanidad tiene previsto incluir la recomendación generalizada de la ventilación en espacios cerrados, tantos públicos como privados, en la campaña de publicidad que se está diseñando para concienciar a la población de medidas preventivas frente al Covid-19.
Asimismo, recuerda que el riesgo de contagio por el SARS-CoV2 se debe minimizar mediante el uso de ciertas medidas de protección, que incluye la ventilación de espacios, mantener la distancia interpersonal de, al menos, 2 metros, reforzar la higiene de manos y respiratoria, limpieza y desinfección de espacios y el uso mascarillas. Por MDO/E.P. en Madrid Diario 30 de octubre de 2020,
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