.Actividad Física, .Obesidad y sobrepeso
¿Por qué algunas personas muy activas son obesas?
¿Por qué algunas personas desarrollan obesidad a pesar de mantener un alto nivel de actividad física?
El (importante) papel de la genética en el riesgo de padecer obesidad: aunque se puede hacer mucho con estilos de vida adecuados y saludables, hay personas que necesitan esforzarse más para no desarrollar sobrepeso
Por Silvia Turin (Corriere della Sera) Actualizado Martes, 14 mayo 2024 – 12:27
¿Por qué algunas personas, pese a hacer mucha actividad física, padecen obesidad? ¿Qué papel desempeña la predisposición genética en ello? Un equipo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, en Nashville, midió recientemente (en un estudio publicado en abril en la revista New England Journal of Medicine) cómo afectan los genes en la probabilidad de padecer obesidad en un grupo de personas cuya actividad física se midió en la cantidad de pasos al día que hacen.
Para ello, utilizaron el recuento de pasos y datos genéticos de un conjunto existente de la población estadounidense. El riesgo genético de obesidad se determinó mediante un estudio previo del genoma completo denominado AoURP que identificó ciertos genes implicados en el riesgo de obesidad y sirvió para crear cuartiles de puntuación de riesgo (en acrónimo, PRS) para 3.100 adultos con una edad media de 53 años de ascendencia europea que no eran obesos al inicio del estudio.
Los participantes caminaron una media de 8.300 pasos al día y les hicieron un seguimiento durante una media de 5,4 años, tiempo durante el cual la obesidad se desarrolló en el 13% de los sujetos en el cuartil más bajo y en el 43% en el más alto.
Los científicos determinaron que un paciente con predisposición a la obesidad necesitaba dar entre 3.000 y 4.000 pasos adicionales al día para reducir su riesgo al mismo nivel que una persona genéticamente no predispuesta.
Aunque el estudio tiene importantes limitaciones, como no tener en cuenta el tipo de dieta de la población examinada, ofrece elementos de reflexión sobre la obesidad y el papel de los genes.
Ilaria Prandoni, bióloga y nutricionista del Palazzo della Salute del Grupo San Donato, ha respondido a nuestras preguntas sobre el tema.
¿La obesidad es una enfermedad de nacimiento o que surge más adelante?
Ambas respuestas. La obesidad es una enfermedad multifactorial precisamente porque hay factores que entran en juego en el desarrollo y que son modificables, pero también hay genética que predispone al riesgo.
¿Se sabe qué genes intervienen en la predisposición a la obesidad?
Los GWAS (Genome-Wide Association Studies) han identificado varios genes relacionados con la obesidad. Los GWAS son un enfoque utilizado en investigación para identificar variaciones genéticas entre individuos y buscar asociaciones entre variantes genéticas específicas y determinadas condiciones, por ejemplo una enfermedad.
¿Cómo pueden estos conocimientos científicos ser de interés para un paciente en la práctica clínica?
Actualmente, la puntuación de riesgo (PRS) no se utiliza de forma rutinaria en la práctica clínica, pero sí se recogen otros datos, por ejemplo sobre el tipo y la intensidad de la actividad física y el comportamiento alimentario. Como esperan los autores del estudio estadounidense, es de esperar que este índice se reincorpore pronto a la práctica clínica para adaptar mejor la orientación que se da a los pacientes. La salud de precisión es una frontera de un futuro no muy lejano.
¿Es importante entender que la obesidad es una enfermedad?
Sí, está reconocida como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud. Parte del problema, la causa, puede ser genética. En la introducción de la investigación se menciona que la obesidad tiene una contribución genética sustancial de entre el 40% y el 70%. Significa que gran parte de lo que les ocurre a algunas personas con respecto al peso se debe a la genética y no a la falta de fuerza de voluntad. Es un argumento importante contra el estigma que sufren muchas personas. En la práctica, ocurre que hay personas muy desmoralizadas que, a pesar de seguir todas las recomendaciones, no consiguen el resultado. Por otro lado, es bueno recordar que se pueden probar muchos caminos y que muchos resuelven el problema.
¿Cómo se comporta el cuerpo de una persona con genes favorables hacia la obesidad?
A pesar de sus esfuerzos por mantener un estado de peso normal, el riesgo de que esa persona desarrolle obesidad se mantiene y, por tanto, podría materializarse. Podría acabar teniendo sobrepeso a pesar de haber seguido las indicaciones correctas para mantenerse sano; es como si los genes ‘jugaran en contra’.
A nivel empírico, sin pruebas genéticas, ¿se puede saber si una persona está más o menos predispuesta al sobrepeso?
Si una persona come sano (según sus necesidades, es decir, ni poco ni demasiado), no toma ningún medicamento en particular y se mueve, pero engorda, es que algo va mal. Con el tiempo, también se verá más claramente cómo ciertos alimentos pueden alterar el ADN; ésta es la frontera del futuro. En algunos institutos se están empezando a realizar pruebas genéticas para evaluar la predisposición de un individuo a la obesidad, pero aún no se han generalizado en la práctica clínica.
¿Qué se puede hacer en caso de predisposición a engordar?
No se puede llevar a una persona a pasar hambre, ni decirle que tiene que moverse muchas horas al día. Hay que buscar un equilibrio sostenible con las muchas soluciones disponibles. Otra opciósaludsaludctos, por ejemplo, el tipo de actividad física practicada y su distribución a lo largo de la semana y/o el comportamiento dietético. Para los casos más complejos (hasta la cirugía bariátrica) existen centros con equipos multidisciplinares
Leave a reply