Alimentos mal almacenados en el frigorífico

Cuatro alimentos que los españoles guardamos en el frigorífico y que es un auténtico error

Antes de meter cualquier alimento en la nevera, conviene saber si realmente es la mejor opción para su conservación

• Álvaro García, publicado en La Razón 31.01.2025 19:14

En muchos hogares españoles, el frigorífico se ha convertido en el lugar predilecto para almacenar casi cualquier alimento. Sin embargo, no todo lo que metemos en la nevera se conserva mejor en frío. De hecho, algunos productos pierden sabor, textura o incluso sus propiedades al ser refrigerados.

Estos son cuatro alimentos que no deberías guardar en el frigorífico.

1. Tomates

A pesar de que muchas personas los guardan en la nevera para que duren más tiempo, los tomates pierden sabor y textura con el frío. Las bajas temperaturas alteran su estructura celular, haciendo que se vuelvan harinosos y menos jugosos. Lo ideal es almacenarlos a temperatura ambiente, en un lugar fresco y seco.

2. Pan

Guardar el pan en el frigorífico es uno de los errores más comunes. Aunque pueda parecer una buena idea para conservarlo por más tiempo, el frío acelera el proceso de endurecimiento y hace que se vuelva seco y correoso. Lo mejor es mantenerlo en una panera o congelarlo si no se va a consumir de inmediato.

3. Patatas

Las patatas nunca deberían guardarse en la nevera, ya que el frío convierte el almidón en azúcar más rápido, lo que puede afectar tanto a su sabor como a su textura cuando se cocinan. Lo recomendable es almacenarlas en un lugar oscuro, fresco y bien ventilado, como una despensa.

4. Cebollas

Aunque pueda parecer lógico guardarlas en la nevera, las cebollas absorben humedad y se reblandecen rápidamente en un ambiente frío. Además, pueden transferir su olor a otros alimentos. Lo ideal es conservarlas en un lugar seco y bien ventilado, alejadas de las patatas, ya que juntas se estropean más rápido.

En definitiva, antes de meter cualquier alimento en la nevera, conviene saber si realmente es la mejor opción para su conservación. A veces, el frío no es el mejor aliado y puede hacer que ciertos productos pierdan sus propiedades originales. ¡Toma nota y optimiza el almacenamiento en tu cocina!