.Alimentación y Nutrición
Analisis de máquinas vending
Analizamos siete máquinas de vending y sólo dos de sus productos son saludables
Los nutricionistas Carlos Ríos y Beatriz Robles lo tienen claro: «Todo ultraprocesados y reclamos falsos».
Siete máquinas de vending, siete lugares distintos y decenas de productos disponibles. De ellos, sólo dos se salvan. Solamente dos de las múltiples opciones que ofrecen estos espacios (sin contar el agua mineral natural) son consideradas saludables por especialistas en nutrición.
Por encima de todo predominan los ultraprocesados, ya sean galletas, palmeras de chocolate o patatas fritas; pero, ojo, no sólo hay que huir de la tradicional bollería pesada que ofertan estas máquinas. Las etiquetas “zero”, “digestive”, “línea”, “diet” o “artesano” —que abundan en los vending— son reclamos engañosos y nada recomendables, advierten los expertos. Tampoco hay que fiarse de términos ingeniosos en inglés (o en otro idioma inventado) como Natuchips, Sunbites, Natwins o Gudis. Ni siquiera se salvan las barritas de muesli o la pechuga de pavo del hospital. De hecho, ni siquiera se salva la máquina del hospital.
Con ayuda de los nutricionistas Beatriz Robles y Carlos Ríos, El HuffPost ha evaluado siete máquinas expendedoras y sus respectivos productos. Este es el veredicto:
Aeropuerto. De la veintena de productos disponibles esta máquina del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, sólo se libran las botellas de agua de las dos últimas filas.
Ni los zumos, ni las patatas “artesanas”, ni los bizcochitos All Bran… Vamos por partes. ¿Qué pasa con los frutos secos del extremo izquierdo? Que son cacahuetes fritos y salados. “Cuando los nutricionistas recomendamos frutos secos siempre hacemos hincapié en que deben ser sin sal ni otros ingredientes (miel, por ejemplo) y que deben ser crudos o tostados”, explica la nutricionista y tecnóloga de alimentos Beatriz Robles. “No recomendamos cacahuetes con sal porque llevan una cantidad elevada (1-1,6 g sal/100g), pero, además, la sal los hace mucho más palatables y así nos cuesta más identificar la sensación de saciedad”, señala.
Tampoco el pan con pipas pasa el filtro. “Usan reclamos como ‘fuente de fibra’ u ‘horneado’, pero está hecho con harina refinada, aceite vegetal refinado y sal”, advierte Robles.
Algo similar ocurre con las Natuchips, apunta el nutricionista Carlos Ríos: “Este snack que venden como saludable por tener ‘menos grasa’ está compuesto por harina refinada, aceite de girasol y azúcar, ingredientes comunes en un ultraprocesado”. “NO es saludable”, zanja.
Otro intento de aperitivo saludable son los Sunbites y su “toque de sal marina”. “Me muero con esos reclamos”, ironiza Robles. ”¿Qué más da que sea sal marina o sal del Himalaya?; es cloruro sódico y punto”, aclara. “Aunque en este caso usan harina integral, lo que los hace ligeramente mejores, luego viene una ristra de ingredientes de poca calidad (aceites refinados, azúcar…). Y a continuación vemos que por ‘toque a sal marina’ se refieren a que le han añadido aromas para que te parezca que estás en la orilla del mar… Otro ultraprocesado prescindible”, resume.
Patatas fritas artesanas. El problema viene con la etiqueta ‘artesanas’, que “trata de vender un producto insano como saludable”, advierte Ríos. Además, “es una mención que no está regulada y, por lo tanto, no significa nada. Es un snack muy salado que debemos evitar”, indica Robles.
Chicles sin azúcar: aunque no se pueden catalogar desde el punto de vista nutricional (ya que no se comen), es preferible tomarlos sin azúcar, recuerdan ambos expertos. En cualquier caso, “hay que tener cuidado con un consumo excesivo porque los chicles llevan polialcoholes, que pueden producir efectos laxantes”, advierte Beatriz Robles, que añade que “comer chicle también puede empeorar los casos de bruxismo”.
De los sándwiches, “no se salva ni uno”, lamenta la nutricionista. “Casi siempre llevan salsas con gran cantidad de azúcar, sal y grasas de mala calidad. A veces tratan de ‘disimular’ y hacerse pasar por saludables con reclamos como ‘vegetal’, ‘light’, ‘artesano’ o ‘pan multicereales’, pero ninguno se libra”.
Otro producto problemático es el agua con zumo de frutas (abajo a la derecha en esta máquina). Lo de que los zumos no son saludables ya lo sabíamos, pero en este caso, además, se utiliza el reclamo de la stevia como edulcorante, cuando no es así, explica Robles. “En este producto, el segundo ingrediente en peso, sólo por detrás del agua, es un azúcar simple: el jarabe de fructosa. Es decir, puro, purito reclamo. En definitiva, es un refresco azucarado, por mucho que lo vendan como alternativa saludable”, aclara la nutricionista.
Estación de autobús. Misma conclusión que en el caso anterior: sólo se libra el agua mineral natural, situada casualmente en la última fila. Por lo demás —y quitando los productos ya analizados, las chocolatinas y la bollería tradicional, claramente ultraprocesados—, cabría centrarse en:
Panetines y Bokditos (arriba a la izquierda). Carlos Ríos los define con una sola palabra: ultraprocesados. “Su segundo ingrediente es el aceite refinado de girasol y además contienen azúcar. No son saludables”, explica el nutricionista y creador del movimiento Realfooding. Poco más que añadir por parte de Beatriz Robles, que enumera los ingredientes nada saludables de estos productos: “Harinas refinadas, aceites de mala calidad, sal para aburrir y azúcar y reclamos para hacerlos pasar por saludables”.
Zumos. “Aunque siguen teniendo cierta fama de saludables, no equivalen ni sustituyen a la fruta entera”, señala Beatriz Robles. “Y eso pensando que sean zumos, porque muchas veces son néctar, lo que supone que llevan azúcar añadido además del propio azúcar libre del zumo”.
Algo parecido se aplica al té al limón, que “pese a parecer más saludable que las típicas bebidas azucaradas, tiene una composición prácticamente igual, fundamentalmente agua y azúcar y una proporción mínima de té (0,1%) y zumo de limón concentrado (0,1%)”, explica Robles.
Hospital. Esta selección de productos es, si cabe, más preocupante que las anteriores. Se trata de la máquina del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid), donde los enfermos acuden a curarse y donde se deberían promover prácticas saludables. No es el caso, a juzgar por lo que ofrecen en su vending (aunque traten de hacer pasar por pseudosaludables ultraprocesados realmente insanos).
De toda la ristra de productos, sólo se salva el mango troceado (abajo a la izquierda), siempre y cuando no lleve azúcar añadido. Los frutos secos serían recomendables si no llevaran sal y fueran tostados o al natural.
Que no te engañen con los snacks de guisantes (arriba en el centro), ni con las barritas con avena, semillas de calabaza y chocolate o con las galletas Diet fibra. “Ya tenemos en el mercado todo tipo de galletas que intentan hacerse pasar por saludables, y esta es una más. Siempre siguen la misma estrategia: destacar en el envase los ingredientes que tienen ‘buena fama’, como alto contenido en fibra, con copos de avena y pasas, además del nombre ‘diet’, que insinúa que son galletas adecuadas para la pérdida de peso”, expone Beatriz Robles, que recomienda “huir de estos reclamos, porque lo que hacen es distraernos de lo verdaderamente importante: la naturaleza y composición del alimento”.
Pechuga de pavo en lonchas. “Con un 65% de carne, el resto de ingredientes son agua, azúcares, aromas y sal, fundamentalmente. Pagamos por azúcar y agua pensando que comemos una carne de buena calidad y saludable. Además, es una carne procesada, de esas que la Organización Mundial de la Salud recomienda evitar”, explica Robles. En resumen, “otro ultraprocesado con ingredientes de mala calidad”, apostilla Ríos.
Bifrutas Zero. “Parece que con incluir las palabras ‘fruta’ y ‘zero’ nos mandan un mensaje muy positivo. Es un refresco, y así está clasificado legalmente”, señala la nutricionista, que hace un tiempo ya escribió un artículo sobre este mismo producto.
Intercambiador de autobuses. Al margen del agua mineral, en estas máquinas expendedoras no hay una sola opción saludable. Los nutricionistas lo argumentan:
Gominolas. “Da igual que indiquen que llevan zumo de frutas o que destaquen su contenido en alguna vitamina. Son azúcar y no aportan nada más destacable”, apunta Beatriz Robles.
Los mix de frutos secos, por su parte, “son generalmente fritos y están cargados de sal”. “Es mejor evitarlos”, recomienda Robles.
Cuidado, que aquí también hay “bollería disfrazada”, como los bizcochitos Hero línea. “Ni el reclamo sobre las calorías que contiene ni las palabras ‘fruta y fibra’ (tiene un 12,5% de puré de manzana) lo hacen mejor. El primer ingrediente es azúcar, así que poco más que añadir”, resume la nutricionista.
Refrescos Zero. “No son una buena opción nutricional, fundamentalmente porque perpetúan nuestra dependencia de alimentos dulces, aunque sin duda son una opción mejor que sus versiones azucaradas”.
Redbull y otras bebidas energéticas. “Contienen grandes cantidades de azúcar, pero también altas concentraciones de cafeína”, destaca la experta. Como ya explicó Robles en un artículo, conviene evitarlas, “especialmente en el caso de adolescentes, justo el público al que van dirigidas”.
Parking. Carlos Ríos sintetiza así la variedad de esta máquina: “Todos ultraprocesados: azúcar, harinas refinadas, aceites refinados, aditivos, colorantes, exceso de sal, potenciadores del sabor…”. “No son saludables”, zanja, por si aún quedaran dudas.
Oficina. Si no fuera por el rinconcito inferior de la derecha con mango y manzana troceados, no se salvaría nada.
Ni los Gudis Quinoa ni los barquillos con chocolate Diet Nature Sin azúcares, que son “bollería con el reclamo ‘sin azúcar’ pero elaborada con harinas refinadas y grasas de mala calidad”.
Lo mismo ocurre con los bocaditos de naranja, que aunque incluyen ingredientes como algas, salvado de trigo o soja, el principal es el azúcar. La conclusión de Beatriz Robles: “Hay que olvidarse de ellos”.
Ensalada de pasta con atún. “Depende mucho de la marca y de la composición. Algunas pueden ser una opción menos mala para salir del paso cuando no tenemos nada a mano”, sugiere Robles. En cualquier caso, para la nutricionista, lo mejor es “elegirlas con aceite de oliva virgen extra y sin salsas tipo mayonesa o salsa rosa”. La de esta máquina no tiene ninguna de esas, pero sí aceite de girasol.
Ensalada César con jamón York. “El problema es la calidad del cárnico, que suele ser fiambre, y de los aderezos, que normalmente son salsas hechas con grasas de mala calidad, azúcar y gran cantidad de sal”, advierte la experta.
Yogur con cereales: “Suelen ir bien cargaditos de azúcares añadidos, por lo que serían descartables”.
ColaCao Shake 0%: aunque no es saludable ni por asomo, “es mejor opción que otros productos similares como Cacaolat, que están repletos de azúcar”, aclara Robles.
Universidad. Teniendo en cuenta lo ya analizado, queda poco que decir de esta máquina. A la vista está que los alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid no tienen mucho donde elegir, ya que, como afirma Carlos Ríos, “sólo se salvaría el agua”.
Lo curioso es que se incluye un paquete de zanahorias baby (¡bien!), que “viene con una salsa de aceites refinados de mala calidad” (¡mal!) y que las convierte en “no saludables”, explica el nutricionista. ”¿Por qué tienen que estropear un producto perfecto añadiéndole una salsa con una composición catastrófica?”, plantea Robles. En resumen: “Bien si te comes sólo la zanahoria. Fatal si echas la salsa”. Apuntadlo, universitarios. Por Marina Velasco. Huffpost. 27-06-19
Leave a reply