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Bebidas energéticas y deporte
Bebidas energéticas y deporte: esto dicen los expertos sobre su uso para “mejorar el rendimiento”
En los últimos años ha aumentado el consumo de bebidas energéticas entre los deportistas con el objetivo de mejorar el rendimiento físico. Expertos en Nutrición y Medicina del Deporte nos explican si es ayudan o no y sus efectos en el cuerpo.
El uso de estas bebidas puede producir un efecto rápido de estimulación pero tiene sus riesgos
Por Joanna Guillén Valera, publicado en Cuidate Plus el 03-04-2024
El consumo de bebidas energéticas es cada vez mayor entre los españoles. Los adolescentes son los que más consumen este tipo de bebidas y las usan, sobre todo, para concentrarse y mantenerse despiertos. Según la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) aproximadamente el 18% de los adolescentes españoles consumen bebidas energéticas al menos una vez a la semana. Pero no son los únicos. Como ratifica a CuídatePlus Laura Jorge, dietista-nutricionista fundadora del centro de nutrición y psicología Laura Jorge, “su consumo ha experimentado un aumento significativo durante los últimos años, siendo más frecuente entre los jóvenes y adolescentes, aunque su ingesta ha crecido también entre los que practican deporte y quieren mejorar su rendimiento físico o cognitivo”.
La explicación a este boom entre los deportistas puede estar en la búsqueda de energía o recuperación rápida. Según explica Jorge, “estas bebidas suelen contener altos niveles de cafeína, azúcar y otros ingredientes estimulantes, lo cual hace que se hayan vuelto cada vez más populares entre los jóvenes y adultos jóvenes debido a su capacidad para proporcionar un impulso de energía rápida”.
En base a esto, los deportistas “suelen usar estas bebidas para recibir un extra de energía debido a las sustancias estimulantes que contienen”, apunta Jorge. En su opinión, “estas bebidas puede que les aporte un extra en sus entrenamientos, pero habría que valorar si la base (es decir, la alimentación, el descanso y una correcta rutina de entrenamiento) está bien planteada antes de valorar la toma de estas bebidas ya que, en muchos casos, esto no es así”.
Como explica a Cuídateplus Miguel Del Valle Soto, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Deporte, “existen evidencias científicas de que el consumo de bebidas energéticas tiene un efecto ergogénico positivo en el rendimiento físico, tanto en actividades de un perfil aeróbico como anaeróbico pudiendo considerarse una alternativa ergogénica para el deportista”. Por eso, añade, “este tipo de bebidas se promocionan entre los deportistas ya que contienen sustancias que actúan sinérgicamente para mejorar el rendimiento, como taurina, ginseng, guaraná, aminoácidos, vitaminas, minerales o carbohidratos, además de la cafeína, promoviendo un mejor rendimiento tanto para deportistas aficionados como profesionales”.
Aunque casi todas contienen un alto contenido en cafeína, es importante señalar que “no todas las presentaciones contienen azúcar ya que existen presentaciones zero”, por lo que esta variedad “no aportaría energía” y “no debería encuadrarse dentro de las bebidas energéticas”.
En esta línea, señala: “Si el ingrediente que da lugar a la categoría es la cafeína, por ejemplo, y ésta es una sustancia estimulante, el nombre debería ir en consonancia a su composición y su uso por lo que no deberían llamarse bebidas energéticas, sino bebidas estimulantes”.
Uno de los problemas de todas estas bebidas es que, aunque en algunos países tienen regulada su composición (Austria, Lituania, Letonia, Alemania), no existe una regulación en la Unión Europea (UE) de bebidas estimulantes, “mal denominadas bebidas energéticas”.
En España, informa, “tenemos legislación R 650/2011 de bebidas refrescantes que incluyen estas bebidas”, pero esta legislación, a su juicio, “es muy poco específica”.
Qué contienen las bebidas energéticas
En opinión de Del Valle y en consonancia con la Sociedad Española de Medicina del Deporte estas bebidas “no deberían ser consideradas como bebidas de reposición para el deporte” debido a:
- Su composición: contienen más de 15 mg de cafeína/100 ml, y eso es una cantidad excesiva, especialmente en gente joven. Hay que tener en cuenta que los envases suelen ser superiores a 500 ml y se consumen en poco tiempo.
- El alto contenido en cafeína por cada 100 ml es el dato potencialmente más peligroso para la salud. Si tenemos en cuenta que los envases son habitualmente grandes (500 ml) y se ingieren rápido la recomendación es que para bebida energética no debería exceder los 250 ml.
- La venta es libre. Debería estar regulada la venta a menores de 18 años. Los contenidos elevados de cafeína no deberían estar recomendados para menores de edad ni mujeres embarazadas o en período de lactancia.
- Son bebidas gasificadas.
- Carecen de sodio.
Cómo afectan las bebidas energéticas
Según exponen ambos expertos, un uso diario de estas bebidas puede provocar:
- Aumento del riesgo cardiovascular
- Trastornos del sueño
- Nerviosismo
- Ansiedad
- Temblores
- Mareos
- Dificultad para concentrarse
- Problemas gastrointestinales como úlcera péptica
- Riesgo de dependencia y adicción
- Cefalea
- Irritabilidad
- Agitación psicomotora
- Ataques epilépticos
- A nivel cardiológico pueden desencadenar arritmias.
Por todo ello, “estas bebidas no se deberían considerar como bebidas de reposición, ni energéticas, sino que son bebidas estimulantes”, apunta Del Valle.
Cuántas bebidas energéticas puedo tomar al día
Como consejo general, “se recomienda limitar el consumo de cafeína a aproximadamente 400 miligramos por día, lo que equivale a aproximadamente cuatro tazas de café estándar”, indica Jorge, pero siempre teniendo en cuenta que las bebidas energéticas “pueden contener cantidades variables de cafeína y que algunas pueden incluir más cafeína que una taza de café estándar”. Además, hay que considerar que “otras sustancias estimulantes presentes en las bebidas energéticas también pueden contribuir a los efectos adversos”, antes mencionados.
Del Valle recuerda que la recomendación de la autoridad europea de seguridad alimentaria (EFSA) es “no superar los 400 mg de cafeína/persona/día”, una cifra que “se debe entender dentro de un consumo repartido a lo largo de 24 horas”. El problema que hay con estas bebidas (estimulantes) es que “se consumen en 10-30 minutos, por lo que el problema no es la cantidad de cafeína/persona/día sino su consumo concentrado (160 mg) en un espacio de tiempo muy corto”.
También hay que tener en cuenta que la cantidad máxima que se puede consumir variará en función de varios factores, como “la sensibilidad individual a la cafeína de cada persona, la presencia de otros ingredientes estimulantes según el tipo de bebida, la edad, el peso, la salud general y la tolerancia personal”, concluye Jorge.
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