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Bypass gástrico y reducción de colesterol LDL
El ‘bypass’ gástrico supera a la gastrectomía vertical en reducción de colesterol LDL
Un estudio del Hospital del Mar de Barcelona sugiere tenerlo en cuenta a la hora de seleccionar el tipo de cirugía bariátrica.
Una de cada tres personas que se someten a cirugía bariátrica tiene niveles altos de colesterol LDL. Foto: DM.
Por Carmen Fernández , publicado en Diario Médico el Vie, 28/06/2024 –
El bypass gástrico es más efectivo que la gastrectomía vertical (o sleeve) en la reducción de los niveles de colesterol LDL (el llamado malo), que es una de las comorbilidades habituales en los pacientes con obesidad que tienen que someterse a cirugía bariátrica, así como el agente principal que origina la ateroesclerosis. Lo revela un estudio de la Unidad de Cirugía Bariátrica del Hospital del Mar de Barcelona publicado la revista Cardiovascular Diabetology , cuya trascendencia radica en que una de cada tres personas que se someten a este tipo de intervenciones tiene niveles altos de colesterol LDL.
La cirugía para la pérdida de peso se indica en personas con obesidad grave: con un índice de masa corporal de 40 o más (obesidad extrema) o de 35 a 39,9 (obesidad) más algún problema de salud grave relacionado con el peso, como diabetes tipo 2, presión arterial alta o apnea del sueño grave.
El estudio aleatorizado, llamado Basalto (Bariatric surgery and LDL cholesterol), incluyó a 36 pacientes con obesidad grave y un colesterol LDL elevado, en el que, por azar, la mitad de ellos fue intervenido con bypass gástrico y la otra mitad con gastrectomía vertical. Un año después de la operación, el colesterol malo se normalizó en el 67% de los casos en los que se practicó un bypass gástrico, sin medicación. Este porcentaje cayó al 28% con la otra técnica.
Otro resultado destacable es que el porcentaje de las partículas de colesterol malo más perjudiciales, las más pequeñas y densas, caía también con el bypass, mientras que con la gastrectomía vertical no había mejora.
No obstante, las dos se mostraron eficaces en la pérdida de peso y para reducir la diabetes y la hipertensión, otras comorbilidades asociadas a la obesidad, en este trabajo, en el que han participado investigadores del Grupo de investigación en riesgo cardiovascular y nutrición y del Grupo de investigación en metabolómica aplicada del Instituto de investigación del Hospital del Mar, así como del CIBER de investigación de fisiopatología de la nutrición y obesidad ( CIBEROBN), del CIBER en epidemiología y salud pública (CIBERESP) y del Consorcio Sanitario del Alt Penedès Garraf.
Los autores del estudio apuntan a que “el hecho de que en el bypass gástrico se actúe sobre el estómago y sobre la tripa, es el factor diferencial respecto a la gastrectomía vertical, donde sólo se interviene en el estómago. Reducir la capacidad de absorción de la tripa permite minimizar la cantidad de colesterol que llega a la sangre, lo que se comprueba con una marcada reducción de marcadores de absorción de colesterol en los pacientes que se someten a un bypass”.
MOTIVO DE CONTROVERSIA: ¿QUÉ TÉCNICA USAR?
David Benaiges, jefe de la Sección de Endocrinología del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital del Mar, científico de su instituto de investigación y autor principal de este trabajo, ha explicado a este diario que hay controversia acerca de qué técnica utilizar. La técnica gold standard, por su riesgo/beneficio, era el bypass hasta que hace unos diez años surgió la gastrectomía vertical (también llamada gastrectomía tubular), que tiene resultados muy parecidos en peso, hipertensión y diabetes pero es más simple, más fácil de aprender por parte de los cirujanos. Esta última en 2018 era ya la más usada en Estados Unidos, y ahora es la que más se practica en todo el mundo.
Pero, aún hay “bastante debate”, ha informado Benaiges. Y, además, estudios al respecto están indicando que a medio-largo plazo la gastrectomía vertical “no es tan eficaz como el bypass”.
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En ese contexto, los resultados del estudio del Hospital del Mar avalan que tener un colesterol LDL alto antes de la cirugía sea un nuevo criterio a tener en cuenta por parte del equipo médico a la hora de decidir qué técnica quirúrgica aplicar. Benaiges, a la vista de los resultados, ha defendido “cambiar la práctica clínica e incluir los niveles de colesterol LDL en las guías de práctica clínica” porque “con el bypass no sólo mejoras la obesidad, también proteges al paciente de un factor de riesgo para su salud cardiovascular”.
Juan Pedro-Botet, jefe de sección del Servicio de Endocrinología y Nutrición y autor de trabajo, ha resaltado que, pese a la falta de datos de ensayos clínicos aleatorizados sobre los resultados cardiovasculares después de la cirugía bariátrica, los estudios de cohortes demuestran que la cirugía bariátrica se asocia con una mortalidad por todas las causas más baja y menor riesgo de episodios cardiovasculares graves para los pacientes con obesidad de clase III.
“El resultado principal del estudio Basalto confirma que el bypass gástrico mejora de forma cuantitativa y cualitativa el colesterol LDL. Este hallazgo no es baladí, dado que actualmente el colesterol malo no es sólo un factor de riesgo, es un factor causal de la ateroesclerosis”, ha añadido.
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