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Casi la mitad de los niños con exceso de peso en España pertenece a una familia de renta baja
Casi la mitad de los niños con exceso de peso en España pertenece a una familia de renta baja
El estudio Aladino recoge que el sobrepeso infantil se ha reducido 4,5 puntos desde 2019, pero no en los hogares con menos ingresos
Publicado en El Mundo Europa Press. Actualizado Miércoles, 25 septiembre 2024 – 13:04
El 46,7% de los niños y niñas de 6 a 9 años que sufren exceso de peso en España pertenecen a una familia con una renta inferior a 18.000 euros brutos anuales, según los resultados provisionales del estudio Aladino 2023 que ha presentado este miércoles el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy.
Así, el 36,4% de los niños con exceso de peso pertenecen a una familia con una renta de 18.000 a 30.000 euros anuales y el 29,2% forma parte de un hogar que tiene ingresos superiores a 30.000 euros anuales.
De este modo, las prevalencias de obesidad y sobrepeso son más altas en las familias con rentas más bajas, manteniéndose la obesidad relativamente constante desde el año 2011 pero, según ha resaltado el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, “la proporción de escolares se ha reducido 4,5 puntos entre 2019 y 2023”, aunque esta reducción no se ha dado por igual en todas las familias.
“Este avance no puede hacer que caigamos en la complacencia, estas mejoras no se han dado por igual en todos los sectores socioeconómicos. Las prevalencias de obesidad y sobrepeso son significativamente más altas en entornos familiares con rentas bajas, con una renta inferior a 18.000 euros brutos anuales. Este hecho ya se observaba en ediciones anteriores del estudio Aladino”, ha declarado el ministro en la rueda de prensa de este miércoles.
Así, Bustinduy ha remarcado que “existe amplia evidencia científica consolidada que apunta a que la prevalencia de la obesidad infantil es inversamente proporcional al nivel socioeconómico de las familias“. “No estamos ante un problema individual, hay una serie de factores contextuales relacionados situaciones de precariedad. Los hábitos alimentarios, la calidad del sueño y sedentarismo marcan el desarrollo de los niños. Esta forma de desigualdad es inaceptable para una democracia porque es responsabilidad de los poderes públicos que se desarrollen en contextos saludables y sostenibles”, ha sentenciado el ministro.
Estos datos se recogen en el estudio Aladino (Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad) que se ha llevado a cabo entre 12.679 escolares de 6 a 9 años de 296 colegios de todas las comunidades autónomas.
El 36,1% sufre exceso de peso
Los resultado generales del estudio revelan que el 2,7 por ciento de los niños de 6 a 9 años en España sufren delgadez; el 61,2 por ciento se encuentran en normopeso; el 20,2 por ciento tiene sobrepeso; el 15,9 por ciento obesidad. Es decir, el 36,1% sufre exceso de peso, frente al 40,6 % de 2019.
Así los niños con exceso de peso han disminuido un 4,5 por ciento: los niños con sobrepeso han descendido un 3,1 por ciento, y un 1,4 por ciento los que sufren obesidad.
De este modo, la evolución es positiva en los datos de exceso de peso. En 2011, un 44,5% de niños en España sufrían exceso de peso; en 2015 un 41,3 por ciento; en 2019 un 40,6 por ciento, y en 2023 se ha descendido hasta el 36,1 por ciento.
Más obesidad en niños que en niñas
En cuanto al sexo, hay más niños que sufren obesidad que niñas (17,3% vs. 14,3%), al igual que sobrepeso (20,2% vs. 20,01%). Así, el 63,6 por ciento de niñas se encuentran en normopeso y el 58,9 por ciento de niños.
“La tasa de obesidad ha bajado, pero esta mejora tiene que alcanzar también a las familias más vulnerables de España. Todos los niños tienen derecho a una alimentación saludable y de calidad, independientemente de donde vivan“, ha declarado el ministro Bustinduy.
En este sentido, el ministro ha remarcado la necesidad de “adoptar nuevas medidas”, como atajar el problema de la alimentación desde los comedores escolares. “La alimentación del comedor escolar debe jugar un papel fundamental, el comedor escolar debe ser un espacio de garantía de igualdad de oportunidades. Estamos tramitando el Real Decreto de comedores escolares saludables y sostenibles con el Ministerio de Sanidad y el de Juventud. Nuestro objetivo es abordar el derecho a tener una buena vida independientemente de la familia en la que se haya nacido”, ha señalado.
Poca fruta y verdura
Respecto a los hábitos alimentarios de los niños en España, el 45,3 por ciento de los escolares come fruta a diario. El consumo entre los niños de hogares de rentas bajas es del 36,4 por ciento, seguidos de los niños que pertenecen a familias con rentas de entre 18.000 y 30.000 (40,9%) y de los de familias con rentas superiores a 30.000 euros (53,6%).
En el caso del consumo de verdura, el 23,8 por ciento de los niños come verdura a diario en el país. En este aspecto, solo el 19,2 por ciento de los niños de familias de rentas bajas consume verdura a diario, cifra parecida a la de los niños rentas medias (19,9%); sin embargo el 29,3 por ciento de los niños que pertenecen a familias de rentas superiores come verdura.
Respecto al desayuno, siete de cada diez escolares desayunan todos los días algo más que una bebida. El 61 por ciento de los niños de familias de rentas bajas comen a primera hora del día algo más que una bebida; el 66,3 por ciento de rentas medias también lo hace, al igual que el 78 por ciento de rentas altas.
“Menos de la mitad comen fruta y ese consumo baja significativamente cuando hablamos de familias que tienen menos recursos. Queremos impulsar la injesta de frutas y verduras, de legumbres e integrales y limitar los alimentos ultraprocesados. Vamos a favorecer los productos de temporada fomentando que sean nuestros agricultores quienes aporten la base de esos comedores escolares“, ha asegurado el ministro de Derechos Sociales Consumo y Agenda 2030.
En España, el 3,8 por ciento de los escolares consume refrescos con azúcar más de tres días a la semana. El consumo se multiplica por más de ocho en las familias con menores ingresos (7,8%) con respecto a las de mayores ingresos (0,9%).
Extraescolares
El estudio destaca que más de siete de cada 10 niños dedica al menos una hora al día a jugar activamente. Además, el 81,8 por ciento realiza al menos dos horas semanales de algún tipo de actividad extraescolar. Esta cifra contrasta entres niños de familias con menos recursos (68,7%) y con los de mayores rentas (88,6%).
Asimismo, tres de cada diez escolares están expuestos a más de dos horas diarias de tiempo de pantalla. En el caso de hogares con menor nivel de renta el porcentaje de menores duplica al de los hogares con mayor nivel de renta, siendo 41,4 por ciento y 22,8 por ciento, respectivamente.
El estudio Aladino 2023 (ALimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad) forma parte de la iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI), de la Oficina europea de la Organización Mundial de la Salud. El documento se lleva realizando desde el año 2011 por el Observatorio de la Nutrición y de estudio de la Obesidad de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
El informe, en el que España ha participado en cuatro ediciones y que se publica cada cuatro años, tiene como objetivo conocer la prevalencia de sobrepeso y obesidad infantil en España, evaluar su evolución en el tiempo, y su asociación con distintos factores socioeconómicos relativos al entorno familiar y escolar.
La desigualdad agrava la obesidad infantil
El exceso de peso en los menores de familias pobres refleja la creciente brecha económica
Obesidad infantil y desigualdad social están íntimamente unidas, como constatan cada vez más investigaciones. España, el segundo país de la UE con mayor número de menores en riesgo de pobreza o exclusión, es uno de los Veintisiete en los que ambas tasas muestran una correlación más alta. Los datos del estudio Aladino 2023, que elabora el Ministerio de Consumo, señalan que el exceso de peso es más de 17 puntos superior en los niños de familias de rentas bajas (con ingresos brutos anuales inferiores a 18.000 euros) que en los de rentas altas (más de 30.000 euros).
Realizado sobre una muestra de casi 13.000 escolares de seis a nueve años de 296 colegios, el informe ofrece otros datos preocupantes sobre la relación entre la alimentación insana y esa brecha socioeconómica, que ha crecido desde la anterior estadística, previa a la pandemia: el porcentaje de hijos de familias pobres que desayunan cada día algo más que una bebida es 17 puntos más bajo que el de los hijos familias acomodadas. Por contraste, el consumo de refrescos con azúcar más de tres días a la semana por parte de los primeros multiplica casi por nueve el de los segundos. Esas grandes diferencias se reproducen en el caso de las actividades extraescolares y el tiempo de uso de pantallas, indicativos del sedentarismo, de unos y otros.
El exceso de peso ya es una pandemia que afecta a más de mil millones de personas en todo el mundo, es decir, un problema cada vez más grave de salud pública. En el caso de los menores, se puede perpetuar en la edad adulta y abrir paso a dolencias como diabetes, afecciones cardiovasculares, hipertensión o depresión, que tienen un enorme impacto personal y social. Poner el acento de las campañas de prevención en los comportamientos individuales (seguir una dieta saludable y hacer ejercicio) no sirve si el 6,9% de los menores de 18 años (el dato más alto en dos décadas; más de 550.000 niños y adolescentes) no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días. Cuando resulta más caro comprar alimentos frescos saludables que comida basura, es normal que crezca el consumo de bollería industrial, bebidas azucaradas o alimentos ultraprocesados.
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