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¿Cómo será la alimentación del futuro?
Muchas compañías de alimentación apuestan por sustituir la proteína animal por la de origen vegetal.
¿Cómo serán los alimentos dentro de 25 o 50 años? ¿Y dentro de un siglo? ¿Triunfarán los insectos? ¿La comida se administrará en píldoras? ¿Podremos comer todo lo que queramos in engordar un gramo? Se admiten apuestas.
Las películas y las novelas de ciencia ficción contienen algunas propuestas interesantes y otras un tanto descabelladas. De momento, lo único que se puede avanzar es el futuro más próximo, que será una continuación de las tendencias actuales.
Pedro Prieto, gerente de Innovación de la compañía Fresh Business Perú y uno de los ponentes de las XXIII Jornadas de Nutrición Práctica y el XIII Congreso Internacional de Nutrición, Alimentación y Dietética, que se ha celebrado en Madrid, cree que la alimentación del futuro se adaptará “al nuevo consumidor, que demanda productos centrados en tres aspectos: salud, conveniencia (productos prácticos pero saludables) y sostenibilidad”. Y añade otros dos requisitos: “que le causen placer y que sean accesibles económicamente”.
Tendencias de futuro
Entre las tendencias que vienen, muchas de las cuales ya se están llevando a la práctica, Prieto destaca las siguientes:
Hamburguesas sin carne
La proteína animal será sustituida en muchos productos por la de origen vegetal. “Ya hay hamburguesas que no tienen nada de carne y que están hechas con remolacha, champiñones, legumbres… y no solo con tofu o soja”, señala el experto. También hay pechuga de pollo y fiambres hechos con guisantes o con soja.
Queso que no es queso
Otro mercado creciente sería el de productos que imitan al queso y están hechos con aceite de coco o nueces.
Helados sin proteína láctea
Para sustituir la proteína de origen animal, ya hay algunas heladerías que ofrecen helados elaborados con proteína de alubias o de guisantes.
Alimentos con menos azúcar, grasa y sal
Los alimentos ricos en azúcar, grasa y sal son los menos saludables, pero son precisamente los que poseen un sabor más atrayente. “La industria está trabajando en neuroaromas y sistemas de micro o nanoencapsulación para mantener la sensación de placer que provocan la grasa, la sal y el azúcar utilizando ciertas moléculas más saludables”, expone Prieto.
La microencapsulación se realiza, por ejemplo, en las patatas onduladas. Se encapsula la sal de forma que se libere solo cuando se rompe la patata, evitando así que la recubra por completo. “De esta manera, contiene menos sal, pero la sensación es la misma”.
Los neuroaromas son aromas que se incorporan a los alimentos y permiten mejorar su perfil nutricional sin que el consumidor perciba cambios en el sabor, textura u olor. Por ejemplo, los puede contener un vaso para que, al añadir agua, tenga sabor a melocotón o a otras frutas. “Producen un estímulo cerebral que hace que parezca que tomas melocotón”, indica Prieto.
Productos más sostenibles
La sostenibilidad en la producción de alimentos puede reflejarse de múltiples maneras. Un ejemplo puede ser una cerveza elaborada con recortes del pan de molde, una mantequilla hecha con el agua de cocer los garbanzos o un snack confeccionado con las fibras sobrantes de la elaboración del aceite de girasol. También hay empresas que apuestan por los envases compostables.
Inteligencia artificial
La inteligencia artificial se empleará cada vez más para crear alimentos saludables. Gracias a ella, se precisarán muchas menos pruebas o análisis de laboratorio hasta dar con el producto buscado. “Un ejemplo claro es una mayonesa hecha con legumbres y vegetales en la que el fundador y director ejecutivo Amazon, Jeff Bezos, acaba de invertir 30 millones de dólares.
Nutrición personalizada
Mientras los científicos siguen investigando y piden cautela al interpretar sus hallazgos sobre la influencia de la genética en la nutrición, hay restaurantes que ya se han lanzado a la aventura de diseñar una alimentación basada en los genes de cada persona. En esos locales se realiza un análisis genético a los futuros clientes unas semanas antes de que acudan a ellos y con los resultados obtenidos se elabora un menú personalizado de acuerdo con sus características genéticas, que indicarían qué alimentos les sientan mejor o son más convenientes para su salud.
Cocina robótica
El experto en innovación alimentaria vaticina que la restauración que viene se apoyará en buena medida en el “uso de robots para cocinar, servir… se robotizará todo el mundo de la restauración”.
Impresión 3D
Las impresoras 3D son cada vez más asequibles económicamente y pueden tener mucho recorrido en el mundo de la gastronomía. Con ellas es posible imprimir múltiples tipos de productos (carne, pasta, pan…) y dejar volar la creatividad.
Blockchain en alimentación
El blockchain del que tanto se habla en el ámbito financiero también causa furor en el mundo de la alimentación. En realidad no es nada nuevo; es lo que antes se conocía como trazabilidad, pero hay compañías que apuestan por aplicarlo hasta sus últimas consecuencias. Así, gracias al empleo de aplicaciones móviles, se puede hacer partícipe al consumidor de cómo se ha criado el pollo que va a comprar, si ha tomado antibióticos, cómo se ha alimentado, cuántos kilos ha engordado… María Sánchez-Monge. Cuidate Plus, 06 de Abril de 2019
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