Sus complicaciones pueden provocar alteraciones orgánicas que constituyen la principal causa de morbimortalidad en los países desarrollados. En niños y adolescentes obesos, comienzan a desarrollarse lesiones ateroscleróticas en las arterias que son las que, a la larga condicionan los accidentes vasculares cerebrales y cardiológicos, causas de muerte y discapacidad en la edad adulta.
Junto al potencial riesgo cardiovascular, el adolescente obeso presenta con frecuencia trastornos psicológicos que incluso en sus formas leves son causa de sufrimiento para quien los padecen, manifestándose en forma de fracaso escolar, problemas de comportamiento, agresividad etc.
Teniendo en cuenta las elevadas tasas de prevalencia de la obesidad, los trastornos que ocasiona en la adolescencia y la potencial gravedad de las complicaciones que ocasiona en la edad adulta, se considera que la obesidad es uno de los más graves problemas de salud de los países desarrollados. La OMS ha calificado a la obesidad como la epidemia del siglo XXI.