.Enfermedades relacionadas con la Obesidad
Confusión entre la hinchazón abdominal y la inflamación crónica
Dra. Gabriela Pocoví, autora de ‘La solución para la inflamación’: «Tomamos 25 veces más Omega 6 que Omega 3 y eso es una burrada»
La docente, especialista desde hace más de 10 años en el área de la inmunonutrición, expone en un nuevo libro su método de seis semanas para mejorar las digestiones, reducir el dolor y ganar vitalidad
Gabriela Pocoví, doctora en medicina y salud pública por la Universidad de Granada y dietista-nutricionista graduada en la Universidad Central de Venezuela.Carlos Ruiz B.K.
Por Cristina Galafate, Publicado en El Mundo el 1 octubre 2024 – 00:36
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Hay una gran confusión en la población entre la hinchazón abdominal y la inflamación crónica. Gabriela Pocoví (Venezuela, 9 de marzo de 1988), doctora en medicina y salud pública por la Universidad de Granada y dietista-nutricionista graduada en la Universidad Central de Venezuela, insiste en que no son sinónimos. Lo explica con un ejemplo claro, el brócoli. «Un alimento antiinflamatorio que a muchas personas les produce gases». ¿Cómo saber, entonces, si nos encontramos ante una distensión abdominal o nuestro sistema inmune está reaccionando ante los alimentos ingeridos?
«Hay alimentos que hemos tomado toda la vida, como el pan, que ya no son igual ni nos sientan como antes, ya sea por las modificaciones que han sufrido o por que también nuestro sistema digestivo ha cambiado y ahora tenemos más alergias, intolerancias, problemas de intestino permeable… Por ejemplo, la leche de vaca, que es un alimento nutritivo, hay personas que no la toleran y les genera inflamación crónica si la toman a diario», resume, respecto al problema estrella de su consulta, pues sostiene que un 85% de la población está inflamada.
Conocida en redes sociales como @nutrigaby, la autora de La solución para la inflamación. El método de 6 semanas para mejorar tus digestiones, reducir el dolor, prevenir enfermedades y ganar vitalidad (Ed. Zenith), expone 10 hábitos esenciales para sanar desde la raíz, sin soluciones mágicas, y 30 recetas básicas para que ni tiempo ni esfuerzo sean excusa. «Hay nutricionistas que se han quedado con una visión más clásica de los macronutrientes, mientras mi enfoque de salud es de una manera integrativa». Para ella el estrés es uno de los grandes protagonistas de la inflamación.
INFLAMACIÓN Y ESTRÉS
Cuando estás bajo estrés, no de manera puntual por una amenaza o peligro, sino prolongado en el tiempo, liberas cortisol y apagas tu sistema inmunológico, explica Pocoví. «Eso hace que tu organismo se vuelva ineficiente ante virus, bacterias y microorganismos, además de exacerbar cualquier proceso inflamatorio endógeno. Y lo que es peor, y hay estudios que así lo comprueban, bajo estrés comemos peor porque vamos muy rápido y entramos en un bucle».
La doctora e investigadora reconoce que al escuchar todo esto nos podemos sentir abrumados: parece imposible escapar de esa rueda del hámster. «Estamos expuestos a miles de estímulos inflamatorios: ocho horas trabajando sin parar, tóxicos ambientales y contaminación, atascos pensando que no llegamos a tiempo…, pero tenemos que saberlo, porque no se puede tomar acción ante lo que desconoces. Y hay pequeñas cosas que sí podemos hacer, como realizar actividad física diaria en el tiempo que perdemos con el móvil o irnos a dormir un poco antes, en lugar de estar viendo Netflix hasta muy tarde», sugiere.
No hay que complicarse demasiado con los ejemplos de la nutricionista: cantar, reír, bailar, darse una ducha más fresca de lo habitual… «Hay hábitos tan simples como tomarse un vaso de agua nada más despertar, en vez de tirarte a la cafeína directamente y bloquear tu vía depurativa, cuando tu hígado está funcionando a tope, entre las cinco y las 10:00 de la mañana. No digo que no te puedas tomar un café en la mañana, pero hidrátate antes». Al instalar buenos hábitos, advierte, el cuerpo se vuelve más sensible ante lo que le hace mal. «Si dejas de tomar tanto azúcar y un día de repente te pasas y te sienta fatal es como como cuando ya no fumas y pruebas un cigarrillo al tiempo, cuando has limpiado tu cuerpo. Pero si todos los días te expones a lo que te hace daño, normalizas ese malestar y tu dolor de cabeza».
PIRÁMIDE ANTIINFLAMATORIA
Los ultraprocesados se han convertido en imprescindibles en las despensas occidentales y muchos profesionales insisten en que retirándolos de la base de la alimentación ya hacemos un 80% de lo que significa comer saludable. Pocoví va aún más allá. «La mayoría contiene jarabe de glucosa y fructosa, que es azúcar industrial. Ni siquiera es de caña. Además, aceites vegetales y mantecas hidrogenadas, que no se encuentran naturalmente, porque los ha fabricado la industria, y son incompatibles con nuestra genética».
Por eso anima a ser coherentes y propone su pirámide antiinflamatoria, donde el primer escalón lo forman verduras y hortalizas. El segundo escalón en importancia son frutas y tubérculos. Después proteínas de calidad, grasas saludables, cereales no procesados y legumbres. En el pico, las hierbas y especias. «Propongo volver a la conciencia. No estamos hechos para ser vegetarianos, aunque podemos hacerlo por ética con adaptaciones, ni para que nuestra base sea el arroz y la legumbre». En su cocina ancestral está la olla de cocción lenta, con guisados y estofados que podemos dejar preparados para la semana. «No hace falta pasar mucho tiempo en la cocina ni hay que comer todos los días diferente, es cuestión de organizarse para varios días y congelar», propone.
Exige disciplina para poder ver cambios y desapegarnos de alcohol o dulces, que de paso a una flexibilidad cuando hayamos convertido en un estilo de vida la alimentación saludable. Pero tampoco quiere que caigamos en el cheat meal o comida trampa. «Comer bien entre semana y tener días libres en fin de semana hace que te atiborres. La gente exagera y se da atracones en su comida trampa, y eso sólo puede llevar a los trastornos de la conducta alimentaria».
Ni los estudios lo hacen todo, porque muchas veces se interpretan mal, ni los profesionales están en posesión de la verdad absoluta, opina. «He visto médicos diciendo burradas, así que la titulación es una parte pero no lo es todo. Tenemos que rescatar nuestra lógica y cuestionar los los mensajes, porque queremos todo machacado, y no pararnos a analizar. Detrás de cada cambio de alimentación o estilo de vida que des tienes que cuestionarte si tiene sentido y beneficio para ti, y no hacerlo por una dieta de moda que ves en redes y acabarás dejando«.
SUEÑO Y BIORRITMOS
Igual que una hamburguesa es inocua de forma puntual si el resto de los días lo hacemos bien, con el sueño de calidad sucede lo mismo. Un turno siempre de noche no se puede compensar, advierte Pocoví. «Lo siento, pero es la triste realidad de fuerzas y cuerpos de seguridad, personal de salud… tienen más problemas de ansiedad, intestino irritable…». Eso sí, para descansar bien no cuentan únicamente los hábitos antes de dormir. «Para segregar melatonina, la hormona del sueño, no basta sólo con dejar la luz azul del móvil por la noche, hay que ver el sol en la mañana y comer bien en el día».
¿Qué suplementos nos pueden ayudar a una mejor salud? «No es tomarse todos los multivitamínicos del mundo a lo loco, pero sí que nos pueden ayudar algunos complementos con evidencias, como el magnesio, la vitamina D, Omega 3. No obstante, lo mejor es consultar a un profesional tras unos análisis». Tenemos grandes descompensaciones, asegura. «Tomamos 25 veces más Omega 6 que Omega 3 y eso es una burrada, porque interviene en las vías proinflamatorias, de ahí que sea básico tomar pescado azul o suplementar con Omega 3 para equilibrarnos».
Nuestro estilo de vida actual nos inflama y no va a ir a mejor, sentencia rotunda. «Somos presos de la dopamina y la productividad del hacer. Necesitamos estar estimulados constantemente y no creamos espacios para descansar y no hacer nada». Cree que ayuda mucho respirar de forma consciente. «Hoy en día no respiramos, hiperventilamos. Cuando entra el aire de una forma más diafragmática, le das a tu cuerpo la señal de relajación, aunque estés en el Metro de Madrid rodeado de gente. Engañas al sistema nervioso aprendiendo a respirar mejor». Otro consejo es acudir a la naturaleza y ver el sol al menos 15 minutos diarios. «Si estamos en una oficina de cuatro paredes, al menos, tomar el café fuera, porque no estamos hechos para estar encerrados». No podemos cambiar todo radicalmente, desliza, «pero las pequeñas acciones se transmiten y hacen efecto un boomerang».
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