.Alimentación y Nutrición, .Obesidad y sobrepeso
Congreso Europeo de la Obesidad en Viena 3 trabajos sobre esta importante reunión de los mejores expertos
Casi la cuarta parte de las personas en el mundo serán obesas en 2045 y una de cada ocho tendrá diabetes tipo 2
Nuevas investigaciones de varias ciudades en el mundo presentadas en el Congreso Europeo de Obesidad de este año, que se celebra en Viena, Austria, demuestran que si las tendencias actuales continúan, casi una cuarta parte (22 por ciento) de las personas en el mundo será obesa en 2045 (un aumento del 14 por ciento en 2017) y una de cada ocho (12 por ciento) tendrá diabetes tipo 2 (un aumento del 9 por ciento en 2017).
El estudio, presentado por el doctor Alan Moses, de ‘Novo Nordisk Research and Development’, en SOborg, Dinamarca, y Niels Lund, de ‘Novo Nordisk Health Advocacy’, en Bagsværd, Dinamarca, y sus colegas del Steno Diabetes Center, Gentofte, Dinamarca, y el’ University College’ de Londres, Reino Unido, también indica que para evitar que la prevalencia de la diabetes tipo 2 supere el 10% por ciento en 2045, los niveles de obesidad global se deben reducir en un 25 por ciento.
Los datos de población de todos los países del mundo se obtuvieron a partir de la colaboración de factores de riesgo de enfermedad no transmisible (una base de datos de la Organización Mundial de la Salud). Para cada país, la población se dividió en grupos de edad. Desde 2000 a 2014 (elegido porque los datos son más fiables a partir de 2000), la población en cada grupo de edad se dividió en categorías de índice de masa corporal (IMC).
Para cada país y grupo de edad, se proyectó la proporción de personas en cada clase de IMC. Luego, se aplicó el riesgo de diabetes para cada edad y grupo de IMC, lo que permite estimar la prevalencia de la diabetes en cada país cada año. La prevalencia para cada país se calibró para coincidir con las estimaciones regionales de la Federación Internacional de Diabetes, tomando en cuenta las diferencias en el modo de vida, la nutrición y la disposición genética para la diabetes.
En 2014, estas tres instituciones colaboraron para lanzar el programa ‘Cities Changing Diabetes’ para acelerar la lucha mundial contra la diabetes urbana. El programa comenzó con ocho ciudades: Copenhague, Roma, Houston, Johannesburgo, Vancouver, Ciudad de México, Tianjin, Shanghai. Desde entonces, se han sumado otras siete ciudades: Beijing, Buenos Aires, Hangzhou, Koriyama, Leicester, Mérida y Xiamen.
El programa ha establecido asociaciones locales en estas 15 ciudades para abordar los factores sociales y los determinantes culturales que pueden aumentar la vulnerabilidad a la diabetes tipo 2 entre las personas que viven en sus ciudades. Parte de este trabajo incluyó proyecciones de obesidad y diabetes basadas tanto en las tendencias actuales como en un escenario meta global. La investigación ha llevado a una mayor comprensión de los diferentes desafíos a los que se enfrenta cada ciudad con respecto a los determinantes genéticos, ambientales y sociales de la diabetes en esa ciudad.
Las sorprendentes proyecciones a nivel mundial indican que, según las tendencias actuales, la prevalencia de obesidad en todo el mundo aumentará del 14 por ciento en 2017 al 22 por ciento en 2045. La prevalencia de diabetes subirá del 9,1 al 11,7 por ciento durante el mismo periodo, lo que ejercerá una presión masiva sobre los sistemas de salud, que ya gasta grandes sumas solo para tratar la diabetes.
TRABAJAR PARA PREVENIR NUEVOS CASOS DE OBESIDAD Y DIABETES
Aunque la acción inmediata no dará como resultado la reversión rápida de la epidemia de diabetes y obesidad, es esencial trabajar ahora para prevenir nuevos casos de obesidad y diabetes. El modelo de los autores sugiere que, para estabilizar la prevalencia global de la diabetes al 10 por ciento, la prevalencia de obesidad debe descender constantemente y en total alrededor de una cuarta parte, del nivel actual del 14 por ciento a poco más del 10 por ciento para 2045.
Los autores señalan que los números anteriores son para el escenario ‘global’. Los países individuales muestran tendencias individuales y deben tener sus propios objetivos. Por ejemplo, si continúan las tendencias actuales en Estados Unidos, la obesidad aumentará del 39 por ciento en 2017 al 55 por ciento en 2045, y las tasas de diabetes del 14 al 18 por ciento.
Para mantener las tasas de diabetes en Estados Unidos estables entre 2017 y 2045, la obesidad debe caer del 38 actual al 28 por ciento. Y en Reino Unido, las tendencias actuales predicen que la obesidad subirá del 32 actual al 48 por ciento en 2045, mientras que los niveles de diabetes crecerán del 10,2 al 12,6 por ciento, un aumento del 28 por ciento. Para estabilizar las tasas de diabetes en Reino Unido al 10 por ciento, la prevalencia de la obesidad debe disminuir del 32 al 24 por ciento.
«Estas cifras subrayan el asombroso desafío al que se enfrentará el mundo en el futuro en términos de personas obesas, con diabetes tipo 2 o ambas. Además de los desafíos médicos a los que se enfrentarán estas personas, los costos para la salud de los sistemas de los países serán enormes», dice Moses.
«Se prevé que la prevalencia mundial de obesidad y la diabetes aumentará drásticamente a menos que la prevención de la obesidad se intensifique significativamente. Desarrollar programas globales efectivos para reducir la obesidad ofrece la mejor oportunidad para desacelerar o estabilizar la prevalencia insostenible de la diabetes. El primer paso debe ser el reconocimiento del desafío que presenta la obesidad y la movilización del servicio social y los recursos para la prevención de enfermedades para frenar la progresión de estas dos afecciones», plantea.
Y agrega: «Cada país es diferente en función de las condiciones genéticas, sociales y ambientales únicas, razón por la cual no hay un enfoque de ‘talla única’ que funcione. Los países deben trabajar en la mejor estrategia para ellos». Y concluye:» A pesar del desafío al que se enfrentan todos los países con la obesidad y la diabetes, la tendencia puede cambiarse, pero será necesario medidas agresivas y coordinadas para reducir la obesidad y las ciudades individuales deberían jugar un papel clave en la confrontación de los problemas relacionados con la obesidad, algunos de los cuales son comunes a todas ellas y otros son únicos para cada una de ellas». Eco Diario 23-05-2018
Los países del sur de Europa tienen la tasa más alta de obesidad infantil
La educación pasa por reducir el consumo de refrescos y alimentos precocinados.
Uno de cada cinco niños en España, Italia y Grecia es obeso.
Las cifras en el sur de Europa presentan los peores datos de sobrepeso.
Los últimos datos (2015-17) de la iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que los países del sur de Europa tienen la tasa más alta de obesidad infantil. En Italia, Chipre, España, Grecia, Malta y San Marino, aproximadamente uno de cada cinco niños (entre el 18% y el 21%) son obesos.
Francia, Noruega, Irlanda, Letonia y Dinamarca se encuentran entre los países con las tasas más bajas, que van del 5% al 9% en cualquier sexo. A pesar de la alta tasa general de sobrepeso y obesidad en los países del sur de Europa, en varios ha habido una disminución.
La Iniciativa de Vigilancia de la Obesidad en la Infancia Europea de la OMS (COSI, por sus siglas en inglés) es un sistema único que durante más de 10 años ha medido las tendencias del sobrepeso y la obesidad entre los niños en edad escolar primaria. COSI consiste en tomar medidas estandarizadas de peso y altura de alrededor de 250.000 niños en la Región Europea de la OMS (de 6 a 9 años), proporcionando datos representativos a nivel nacional para los países participantes, así como un gran conjunto de datos de la Región para el Análisis de los Determinantes de Sobrepeso y Obesidad Infantil. Los últimos datos son la cuarta ronda de análisis de este proyecto.
Tasas elevadas, pero en disminución
«En países como Italia, Portugal, España y Grecia, aunque las tasas son altas, ha habido una disminución importante atribuible a un esfuerzo muy significativo que estos países han puesto en los últimos años en la gestión y prevención de la obesidad infantil», dice el doctor Joao Breda, jefe de la Oficina Europea de la OMS para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles en Moscú, Rusia.
Un total de 38 países de la región de la OMS participaron en esta ronda de presentación de datos, y 34 presentaron datos de sobrepeso y obesidad para niñas y niños. Sin embargo, algunos países grandes, como Reino Unido y Alemania, no participan. Reino Unido, por ejemplo, tiene su propio sistema de vigilancia de la obesidad en niños de 4 a 5 años y de 10 a 11 años.
Muchos países también presentaron otros datos nutricionales, como los hábitos alimenticios, como parte del programa. Alentadoramente, hubo varios países en los que tres cuartas partes o más de niños y niñas comen fruta todos los días o la mayoría de los días (entre 4 y 6) de la semana. Estos incluyen Irlanda, Dinamarca, Albania, Montenegro, Portugal, Italia, San Marino, Rusia y Turkmenistán. Los datos sobre esta cuestión de Escandinavia y Francia no estaban disponibles.
Los niños en estos países también tenían un menor consumo de alimentos como pizza, patatas fritas, hamburguesas, salchichas o pasteles de carne, consumiéndolos de 1 a 3 días por semana o nunca. Otros datos recopilados por el proyecto incluyen la opinión de los padres sobre el estado de peso del niño y también los hábitos de actividad física, aunque de nuevo no todos los 34 países presentaron datos sobre este tema.
Breda dice: «Es crucial aumentar el consumo de frutas y verduras en los niños, al mismo tiempo que se reduce la ingesta de dulces y especialmente refrescos azucarados. También es muy importante aumentar la conciencia de los padres y las familias sobre el problema de la obesidad infantil, dado que nuestros datos muestran que muchas madres no reconocen a sus hijos con sobrepeso u obesidad».
- Y añade: «Nuestro sistema de vigilancia, que es el más grande del mundo en su género, es de vital importancia porque proporcionará inteligencia en términos del tamaño del problema, sus determinantes y el progreso realizado por los países. Algunos países involucrados han estado recopilando estos datos desde que comenzamos en 2007 y pronto estará disponible un análisis de tendencias. Los datos son realmente útiles para los responsables políticos». El Mundo 24 MAY. 2018
En 2045 casi una cuarta parte del mundo estará obesa
La obesidad y la diabetes tipo 2 se presentan como las grandes epidemias con las que habrá que luchar en el futuro. Y las perspectivas no son nada halagüeñas. De continuar con las tendencias actuales, en 2045 el 22 por ciento de la población estará obesa y el 12 por ciento padecerá diabetes tipo 2.
La obesidad es uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, que es la primera causa de muerte en los países desarrollados, por delante del cáncer. (UGR)
Uno de los grandes problemas de salud a los que nos enfrentamos en un futuro a medio plazo es el de la obesidad. Viena está acogiendo estos días el Congreso Europeo de Obesidad, en donde se están presentando las últimas novedades e investigaciones en este campo. Y lo cierto es que las perspectivas de futuro son inquietantes ante un problema que no deja de crecer.
Así se desprende de un estudio presentado por Alan Moses, director médico de Novo Nordisk, de Søborg, en Dinamarca, en el cual se destaca que en caso de continuarse con las tendencias actuales, en el año 2045 la tasa de obesidad global mundial alcanzará el 22 por ciento, un 8 por ciento más que en 2017. Este estudio también predice que para el mismo año la diabetes tipo 2 afectará al 12 por ciento de la población mundial, un 3 por ciento más que ahora.
Los datos de población de todos los países del mundo se obtuvieron de la Colaboración de factores de riesgo de enfermedades no transmisibles (una base de datos de la OMS). Para cada país, la población se dividió en grupos de edad. Desde 2000-2014 la población en cada grupo de edad se dividió en categorías de índice de masa corporal (IMC). Para cada país y grupo de edad, se proyectó la proporción de personas en cada clase de IMC. Luego se aplicó el riesgo de diabetes para cada edad y el grupo de IMC, lo que permitió estimar la prevalencia de la diabetes en cada país cada año. La prevalencia para cada país se calibró para coincidir con las estimaciones regionales de la Federación Internacional de Diabetes, tomando en cuenta las diferencias en el modo de vida, la nutrición y la disposición genética para la diabetes.
«Los números que hemos obtenido subrayan el asombroso desafío que enfrentará el mundo en el futuro en términos de la cantidad de personas que son obesas, o tienen diabetes tipo 2, o ambas cosas a la vez. Además de los desafíos médicos que estas personas deberán enfrentar, los costos para los sistemas de salud de los países serán enormes», dice Alan Moses. «Se prevé que la prevalencia mundial de la obesidad y la diabetes aumente dramáticamente a menos que la prevención de la obesidad se intensifique significativamente». El desarrollo de programas globales eficaces para reducir la obesidad ofrece la mejor oportunidad para desacelerar o estabilizar la prevalencia insostenible de la diabetes.
Y es que aunque los investigadores del estudio reconocen que llevar a cabo acciones inmediatas no revertirá rápidamente los porcentajes de obesidad y diabetes tipo 2, es necesario empezar a trabajar ahora para lograr invertir estas tendencias. Así, consideran necesario que para conseguir que la diabetes tipo 2 no supere el 10 por ciento en el 2045, será necesario que el porcentaje de obesidad se reduzca desde el 14 por ciento actual al 10 por ciento.
Es evidente que estos porcentajes son generales y que deben adaptarse a la realidad de cada país. Estos muestran tendencias individuales y deben tener sus propios objetivos. Por ejemplo, si continúan las tendencias actuales en Estados Unidos, la obesidad aumentará del 39 por ciento en 2017 al 55 por ciento en 2045, y las tasas de diabetes del 14 al 18. Para mantener las tasas de diabetes en los Estados Unidos estables entre 2017 y 2045, la obesidad debe caer del 38 por ciento actual al 28. «Cada país es diferente en función de las condiciones genéticas, sociales y ambientales únicas, por lo que no existe un enfoque de ‘talla única’ que funcione. Los países deben trabajar en la mejor estrategia para ellos».
¿Dieta vegetariana como solución?
Sin embargo no todo son mensajes catastrofistas y en Viena también hay espacio para las soluciones. Y una de ellas parece ser la dieta vegetariana, aunque no se siga de una forma estricta. Hasta ahora las evidencias sugerían que las dietas veganas o vegetarianas con alto contenido de vegetales y que eliminan la totalidad o la gran mayoría de los productos de origen animal pueden reducir el riesgo de desarrollar obesidad. Sin embargo, se sabía poco acerca de cómo los diversos grados de adherencia a una dieta basada en vegetales más allá de una estricta dieta vegetariana o vegana influía sobre el sobrepeso.
Para investigar esto, Zhangling Chen y otros investigadores de Erasmuc MC Rotterdam, en los Países Bajos, examinaron la asociación entre diferentes niveles de dieta basada en vegetales e índice de masa corporal (IMC), circunferencia de la cintura, índice de masa grasa (peso de la grasa en relación con la altura) índice de masa libre de grasa y porcentaje de grasa corporal a largo plazo en 9.641 adultos de mediana edad y ancianos un estudio en curso en la población de los Países Bajos.
Los datos dietéticos se recogieron utilizando un cuestionario detallado de frecuencia de alimentos al comienzo de cada una de las tres subcohortes (1989-1993, 2000-2001 y 2006-2008). A partir de eso, los investigadores crearon un índice de dieta basada en vegetales para puntuar el grado de alimentos de origen vegetal frente a los alimentos de origen animal para cada participante. Los participantes obtuvieron puntuaciones positivas por consumir alimentos a base de vegetales, como nueces, frutas y verduras, y obtuvieron puntuaciones negativas al comer alimentos de origen animal como carne, productos lácteos y pescado. Un puntaje más alto indicaba una mejor adherencia a una dieta alta en alimentos de origen vegetal y baja en productos de origen animal.
El resultado del estudio sugiere que una dieta más basada en plantas y menos basada en animales, más allá de la estricta adhesión a las dietas veganas o vegetarianas, puede ser beneficiosa para prevenir el sobrepeso o la obesidad en las poblaciones de mediana edad y ancianos. «En otras palabras, consumir una dieta basada en vegetales para proteger contra la obesidad no requiere un cambio radical en la dieta o una eliminación total de la carne o los productos de origen animal. En cambio, se puede lograr de varias maneras, como la reducción moderada del consumo de carne roja o comer algunas verduras más. Esto respalda las recomendaciones actuales para cambiar a dietas ricas en alimentos vegetales, con bajo consumo de alimentos de origen animal» explica Zhangling Chen. Miguel Ramudo. Diario Mádico 24/05/2018
Los países del Sur de Europa tienen las tasas de obesidad infantil más altas
Los datos de obesidad infantil de los países del Sur de Europa siguen siendo preocupantes. Aunque lo positivo es que las medidas tomadas en algunos de ellos, como España, han servido para que se hayan reducido las cifras.
Casi uno de cada cinco niños padece de obesidad infantil en el Sur de Europa. Italia, Chipre, España, Grecia, Malta y San Marino tienen el dudoso honor de encabezar el último ranking elaborado por la Iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil de la OMS (COSI son sus siglas en inglés), con datos correspondientes al periodo de tiempo entre 2015 y 2017. Las cifras de obesidad infantil en esos países varían entre el 18 y el 21 por ciento. Por el contrario, en Francia, Noruega, Irlanda, Letonia y Dinamarca las cifras están solo entre el 5 y el 9 por ciento. Los datos han sido presentados en el marco del Congreso Europeo de la Obesidad que se está celebrando en Viena.
«En países como Italia, Portugal, España y Grecia, aunque las tasas son altas, ha habido una disminución importante atribuible a un esfuerzo muy significativo que estos países han puesto en los últimos años en la gestión y prevención de la obesidad infantil», dice Joao Breda , Jefe de la Oficina Europea de la OMS para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles con sede en Moscú (Rusia).
- Las cifras de obesidad en el sur de Europa oscilan entre el 18-21%
COSI es un proyecto que durante más de diez años se ha dedicado a evaluar las tendencias de sobrepeso y obesidad en todo el mundo. Para analizar el impacto en Europa, se han registrado los datos de más de 250.000 niños con edades entre los 6 y los 9 años. En este proceso han participado un total de 38 países, aunque algunos como Alemania o el Reino Unido no lo han hecho al contar con registros nacionales propios.
Algunos de los países también han facilitado datos sobre los hábitos alimenticios de los niños. Así por ejemplo un dato positivo que se destaca es que 3 de cada 4 niños en Irlanda, Dinamarca, Albania, Montenegro, Portugal, Italia, San Marino, Rusia y Turkmenistán comen fruta todos los días o la mayor parte. Destaca además que en esos mismos países, el consumo de pizza, patatas fritas o hamburguesas oscila entre 1 o 3 veces a la semana y nunca.
«Es crucial aumentar el consumo de frutas y verduras en los niños, al tiempo que se reduce la ingesta de dulces y, en particular, los refrescos azucarados. También es muy importante aumentar la conciencia de los padres y las familias sobre el problema de la obesidad infantil, dado que nuestros datos muestran que muchas madres no reconocen que sus hijos tienen sobrepeso u obesidad» explica Breda.
- Asocian un mayor riesgo de IC en la vida adulta si existe obesidad en la adolescencia
El peligro de la pubertad
Pero aunque la obesidad infantil es un tema muy serio, los últimos estudios que se han presentado en el congreso sugieren que la pubertad es un momento de especial trascendencia. Un mayor riesgo de insuficiencia cardiaca en edad adulta o de cáncer de colón parece estar relacionado con el aumento de peso durante esta etapa de la vida.
En el primero de los casos, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Gotemburgo en Suecia parece indicar que los niños que tienen sobrepeso durante la pubertad tienen más riesgo de sufrir una insuficiencia cardíaca durante la vida adulta que aquellos que son más delgados. Para hacer este estudio, se analizaron los registros de salud de más de 37,600 niños nacidos entre 1945 y 1961 que fueron seguidos hasta fines de 2013 para examinar cómo el IMC en la infancia y el IMC cambian durante la pubertad y se asocian con insuficiencia cardíaca en la edad adulta.
Los resultados mostraron que los niños que tenían un peso normal a los 8 años y que tenían sobrepeso durante la pubertad tenían tres veces más probabilidades de ser diagnosticados con insuficiencia cardíaca como adultos que los niños que no tenían sobrepeso cuando eran niños o durante la pubertad. No hubo asociación entre el sobrepeso en la infancia y la insuficiencia cardíaca.
- Un estudio relaciona un IMC alto en la infancia y la pubertada con mayor riesgo de CCR en hombres adultos
Los investigadores también encontraron que el riesgo de insuficiencia cardíaca aumentaba con el aumento del cambio de IMC durante la pubertad. Los niños en el cuartil superior de cambio de IMC durante la pubertad tenían más del doble de probabilidades de desarrollar insuficiencia cardíaca que los adultos en comparación con aquellos con un cambio en el IMC en el cuartil inferior.
«Nuestros hallazgos enfatizan la importancia de mantener un peso saludable desde una edad temprana. Dado que la insuficiencia cardíaca está en aumento en los adultos jóvenes, se necesitan más acciones a tomar en todo el mundo para frenar la creciente epidemia de obesidad», explica Maria Bydgell, una de las investigadoras.
Riesgo de cáncer de colon
El otro estudio también es de la Universidad de Gotemburgo, aprovechando los mismos datos que el anterior, y en este caso relaciona obesidad, pubertad y cáncer de colon. La investigación sueca sugiere que el sobrepeso en la infancia junto con el aumento excesivo de peso durante la pubertad puede contribuir al desarrollo del cáncer de colon en adultos en los hombres. Sin embargo, los niños con sobrepeso que no tienen un aumento de peso por encima del promedio durante la pubertad no parecen estar en mayor riesgo de cáncer de colon como adultos.
Los niños que tenían sobrepeso u obesidad a la edad de 8 años pero que tenían un cambio de IMC menor que el promedio durante la pubertad no tenían un mayor riesgo de cáncer de colon en adultos. En contraste, los niños con sobrepeso u obesos con un cambio de IMC más alto que el promedio durante la pubertad tenían un riesgo 48 por ciento mayor de desarrollar cáncer de colon en la edad adulta en comparación con la población más delgada. Ni el sobrepeso en la infancia ni un cambio alto en el IMC durante la pubertad se asociaron con un riesgo elevado de cáncer de recto.
Jimmy Celind, que dirigió esta segunda investigación, asegura que «el IMC durante la niñez y la adolescencia puede jugar un papel en el riesgo de cáncer de colon en la vida posterior. Específicamente, los hombres que tienen sobrepeso u obesidad como niños, con un aumento de peso superior al promedio durante la pubertad, corren un mayor riesgo de desarrollar cáncer de colon. Se necesita más investigación para descubrir si perder peso en la adultez podría reducir el riesgo.» Miguel Ramudo. Diario Médico | 24/05/2018
Leave a reply