.Enfermedades relacionadas con la Obesidad
¿Cuáles son los riesgos de tener el colesterol alto?
¿Cuáles son los riesgos de tener el colesterol alto?
Una de cada cinco personas supera el límite de colesterol en sangre recomendado
Po Nora Rosell, publicado en La Vanguardia. 04/12/2024 06:00
El colesterol, a menudo asociado a problemas de salud, no es perjudicial en sí mismo. Se trata de un lípido esencial para construir la membrana celular y producir sustancias clave, como las hormonas y los ácidos biliares. Aunque parte del colesterol proviene de los alimentos, el hígado lo genera de manera natural y actúa como su principal almacén. En la sangre, el colesterol no circula libremente, sino que se transporta dentro de las lipoproteínas. Habitualmente, se habla de colesterol “bueno” y colesterol “malo”, pero esta clasificación no se refiere al colesterol en sí, sino a las lipoproteínas que lo trasladan. La LDL (lipoproteína de baja densidad) se conoce como “malo” porque puede acumularse en las paredes arteriales, mientras que la HDL (lipoproteína de alta densidad) se conoce como “bueno” porque contribuye a eliminarlo, llevándolo de vuelta al hígado para su metabolismo.
El organismo está diseñado para funcionar adecuadamente con niveles normales de colesterol. Sin embargo, cuando se produce hipercolesterolemia (colesterol alto), el cuerpo responde formando placas de ateroma, acumulaciones ricas en colesterol que se adhieren a las paredes internas de las arterias. Los niveles óptimos de colesterol en sangre varían según la persona. El doctor Emilio Ortega, endocrinólogo del Hospital Clínic Barcelona, explica que “la edad es un dato que hay que tener en cuenta a la hora de interpretar los niveles de colesterol”. Con el envejecimiento, los niveles de colesterol en sangre tienden a aumentar de forma natural.
Existen otras causas detrás de la hipercolesterolemia. La más común es la obesidad, vinculada a una dieta excesiva y/o poco saludable, rica en alimentos procesadas. También hay factores genéticos que pueden alterar la capacidad del organismo para almacenar y distribuir el colesterol de forma eficiente, lo que se conoce como hipercolesterolemia primaria. La hipercolesterolemia secundaria, en cambio, ocurre cuando el aumento del colesterol es consecuencia de otra condición, como una enfermedad (obesidad, diabetes, hipotiroidismo…), un embarazo o un medicamento.
El nivel ideal de colesterol en sangre se sitúa por debajo de los 200 mg/dl (miligramos por decilitro). No obstante, este valor puede variar según las características individuales de cada persona. Se considera hipercolesterolemia cuando los niveles superan los 240 o 250 mg/dl. Según estas cifras, se estima que una de cada cinco personas excede ese límite. Además, el doctor Ortega, señala que “una de cada 250 personas tiene una forma grave de hipercolesterolemia familiar”, es decir, de origen genético.
La hipercolesterolemia resulta peligrosa principalmente porque las placas de ateroma que se forman en las arterias son responsables de enfermedades cardiovasculares como el infarto, el ictus o la irrigación sanguínea en las extremidades. Por lo general, esto no genera complicaciones agudas. Sin embargo, en casos excepcionales de alteraciones genéticas graves, los niveles de colesterol pueden alcanzar niveles tan elevados que provocan obstrucciones agudas en la microcirculación de diversos órganos.
Lo más común son las complicaciones crónicas, que ocurren cuando la hipercolesterolemia no se controla. Esto favorece el endurecimiento de las arterias y la formación de placas de ateroma, proceso conocido como aterosclerosis. Como resultado, pueden aparecer trombos, dolor en las piernas al caminar, e incluso problemas más graves como demencia, insuficiencia renal o problemas de erección. Debido al desconocimiento, en ocasiones no se detecta la causa subyacente porque estos síntomas no se asocian de forma directa con el colesterol alto. Por eso, Gemma Yago, enfermera del Hospital Clínic Barcelona, recomienda “que las personas mayores de 35-40 años se realicen un análisis de sangre para descartar hipercolesterolemia”.
Esto es crucial porque los niveles elevados de colesterol no suelen mostrar síntomas específicos. Sin embargo, en casos extremos, pueden aparecer signos visibles, como depósitos de colesterol alrededor de los ojos, en los tendones, bajo la piel de las palmas de las manos, codos o talones, e incluso en el iris del ojo. Estos signos son útiles para identificar a personas que tienen el colesterol alto debido a un problema genético. En cualquier caso, la recomendación general para prevenir cualquier complicación cardiovascular asociada al colesterol elevado es mantener hábitos de vida saludables.
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