.Actividad Física
¿Cuánto tiempo de ejercicio es necesario para…?
¿Cuánto tiempo de ejercicio es necesario para proteger al corazón?
Un trabajo midió cómo la actividad física sostenida en el tiempo ayuda a bajar el riesgo de insuficiencia cardíaca.
Ser sedentario es factor de riesgo para el corazón y otras enfermedades crónicas no transmisibles.
Nunca es tarde para cambiar de hábitos. Existe evidencia de que optar por una alimentación variada y equilibrada, dejar el cigarrillo y realizar actividad física regular contribuyen a vivir más y mejor. Ahora, un reciente estudio arrojó nuevos datos sobre el efecto protector del ejercicio para el corazón.
«En términos cotidianos, nuestros hallazgos sugieren que realizar los 150 minutos recomendados de actividad moderada a vigorosa cada semana en la mediana edad, como caminar rápido o andar en bicicleta, puede ser suficiente para reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca en un 31%», explicó Chiadi Ndumele, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y autor principal de la investigación, en la que se realizó un seguimiento de 11.000 adultos (con una edad promedio de 60 años) durante 19 años.
El trabajo publicado en la revista Circulation mostró, además, que pasar de ser sedentario a mantener niveles de actividad recomendados durante seis años en la mediana edad puede reducir el riesgo de insuficiencia cardíaca en un 23%. Mientras que pasar seis años sin realizar ejercicio durante esa etapa de la vida se relaciona con un mayor riesgo de ese trastorno, que según estadísticas oficiales se convirtió en los últimos 20 años en la principal causa de muerte en la Argentina.
«La población de personas con insuficiencia cardíaca está creciendo, ya que cada vez viven más y sobreviven a ataques y otras formas de enfermedad cardíaca», dijo por su parte la becaria de Cardiología de esa universidad, Roberta Florido.
Y apuntó que, a diferencia de otros factores de riesgo de enfermedad cardíaca, como la presión arterial o el colesterol alto, «no hay medicamentos específicamente efectivos para la insuficiencia cardíaca, por lo que debemos identificar estrategias para la prevención».
«Lo que sí existe son los bloqueadores beta y algunos inhibidores pero son medicamentos de prevención secundarios, es decir, que trabajan para reducir la carga de trabajo del corazón una vez que la disfunción ya está presente», precisó.
Varios estudios, comentó Florido, sugieren que las personas más activas físicamente tienen menores riesgos de insuficiencia cardíaca que quienes son más sedentarias pero se sabía poco sobre el impacto de los cambios en los niveles de ejercicio en el tiempo y su relación con esa condición cardiológica.
«Por ejemplo, si usted es sedentario la mayor parte de su vida pero luego comienza a hacer ejercicio en la edad madura, ¿eso disminuye su riesgo de insuficiencia cardíaca? O bien, si está activo la mayor parte de su vida pero luego deja de estarlo en la edad madura, ¿aumentará el riesgo?», graficó.
Los participantes fueron monitoreados anualmente durante eventos de enfermedad cardiovascular como ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca mediante entrevistas telefónicas, registros hospitalarios y certificados de defunción. En el transcurso del estudio, hubo 1.693 hospitalizaciones y 57 muertes por insuficiencia cardíaca.
Además, en la primera y tercera visitas, realizadas con seis años de diferencia, cada paciente completó un cuestionario que le pedía que evaluara sus niveles de actividad física, que luego se clasificaban como deficientes, intermedios o recomendados según las pautas de la Asociación Estadounidense del Corazón.
La cantidad recomendada es de al menos 75 minutos por semana de ejercicio a una intensidad vigorosa o al menos 150 minutos por a un nivel moderado. De uno a 74 minutos por semana de intensidad vigorosa o de uno a 149 minutos por semana de ejercicio moderado por semana se cuentan como actividad de nivel «intermedio». Y la actividad física calificó como «pobre» si no había ningún ejercicio.
Después de la tercera visita, el 42% de los participantes (4.733 personas) dijo que realizaba los niveles recomendados de ejercicio; el 23% (2.594 personas) dijo que realizaba niveles intermedios, y el 35% (4.024 personas) admitió que tenía niveles pobres de actividad.
Así, hubo una disminución del riesgo de insuficiencia cardíaca del 31% entre la primera y la tercera visita, que aumentó un 18% en los 2.530 pacientes que reconocieron haber disminuido el nivel de actividad en ese lapso.
«A diferencia del ataque cardíaco, en el que muere el músculo, la insuficiencia está marcada por una incapacidad crónica del corazón para bombear suficiente sangre o bombearla lo suficiente como para aportar el oxígeno necesario al cuerpo», detallaron los investigadores en el estudio. Clarín 16-05-2018
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