Noticias. Enfermedades relacionadas con la Obesidad
¿Debemos vacunarnos contra la gripe?
La próxima campaña de vacunación contra la gripe
Publicado en The Conversation el 3 noviembre 2021
Autoría: Raúl Rivas González. Catedrático de Microbiología, Universidad de Salamanca
Octubre es el mes de la prevención del cáncer de mama y la casilla de salida que marca el comienzo de una nueva temporada de gripe. En general, anualmente entre el 5 % y el 15 % de la población se ve afectada por la gripe. Cada año acontecen entre 3 y 5 millones de casos de gripe grave y alrededor de 650 000 muertes en todo el mundo.
Esta situación recurrente representa una carga importante para los sistemas sanitarios y la economía de los países. En este planeta globalizado e interconectado, no parece acertado cuestionar si habrá una próxima pandemia de gripe. Quizás sea más oportuno preguntar, sencillamente, cuándo ocurrirá.
La estrategia mundial contra la gripe para el periodo 2019-2030 proporciona un marco para que la OMS y los países aborden la gripe de manera integral. El objetivo es poner en marcha programas nacionales sólidos que contemplen desde la vigilancia hasta la prevención y el control de la enfermedad. La estrategia está centrada en el desarrollo de mejores herramientas mundiales, como vacunas y tratamientos antivirales. Pero también en la planificación de la seguridad sanitaria a nivel nacional y en aumentar los esfuerzos de cobertura sanitaria universal.
¿Cómo se diferencia un resfriado de la gripe?
Una persona portadora del virus de la gripe puede contagiar la enfermedad al toser o estornudar. Y es contagiosa desde 1 a 2 días antes de que se desarrollen los síntomas hasta 5 días después de que aparezcan.
En ocasiones, en los primeros estadios, la gripe puede ser confundida con un resfriado, pero son dos enfermedades muy diferentes. Los síntomas de la gripe aparecen repentinamente con fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza y fatiga. A diferencia de un resfriado, que suele empezar con dolor de garganta y congestión nasal y agravarse gradualmente. En general, los síntomas de un resfriado son leves en comparación con los de la gripe.
Los rinovirus, de los cuales existen más de 100 subtipos, causan la mayoría de los resfriados comúnes, aunque a veces detrás algunos resfriados puede haber adenovirus, coronavirus y metapneumovirus humanos. La gripe está causada por influenzavirus.
Circulando con covid-19
La temporada de gripe 2021-2022 será la segunda en la que la gripe y la covid-19 convivan. Por lo tanto, es importante asegurar que las personas con mayor riesgo de sufrir complicaciones graves por gripe estén protegidas, al igual que los trabajadores sanitarios, para que los sistemas de salud no queden abrumados y comprometidos por brotes combinados de gripe y covid-19.
La vacunación contra la gripe ayuda a que haya suficientes recursos disponibles para brindar atención a quienes la necesiten, cuando la necesiten.
Está especialmente recomendada a personas mayores, preferentemente a partir de los 65 años de edad, con especial énfasis en aquellas que conviven en instituciones cerradas. Pero también a mujeres embarazadas y que estén en el puerperio; menores entre los 6 meses y los 2 años de edad con antecedentes de prematuridad menor de 32 semanas de gestación; personas de cualquier edad, con 6 meses o más, residentes en centros de acogida o sociosanitarios y en instituciones penitenciarias de manera prolongada; menores entre los 6 meses y los 18 años de edad que reciben tratamiento prolongado con ácido acetilsalicílico (por la posibilidad de desarrollar un síndrome de Reye tras la gripe); personas con menos de 65 años de edad que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe por enfermedades crónicas cardiovasculares, neurológicas o respiratorias; inmunosuprimidos; diabéticos; enfermos de cáncer; pacientes con obesidad mórbida, etc.
Sin olvidar a las personas que pueden transmitir la gripe a aquellas que tienen un alto riesgo de presentar complicaciones. A este grupo pertenece, entre otros, el personal sanitario, personas que trabajan en instituciones geriátricas o en centros de atención a enfermos crónicos, estudiantes en prácticas en centros sanitarios y sociosanitarios, personas que proporcionen cuidados domiciliarios a pacientes de alto riesgo o mayores, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, servicios de protección civil, bomberos y personal de centros de internamiento.
¿Y qué pasa con quienes no están en la lista? En general, las personas con ciertas enfermedades o con el sistema inmunitario debilitado tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones de la gripe. Sobre todo neumonía, bronquitis, infecciones sinusales e infecciones del oído.
Evitar cruces de especies para evitar pandemias
Es importante destacar que las personas que, por su trabajo, están directamente expuestas a aves silvestres o a aves domésticas y a cerdos en granjas o explotaciones avícolas o porcinas también deberían vacunarse contra la gripe. La finalidad es reducir la oportunidad de una infección concomitante de virus humano y aviar o porcino, disminuyendo la posibilidad de recombinación o intercambio genético entre ambos virus.
Los influenzavirus A son los agentes causales de la gripe común en humanos y de las gripes aviares, porcina y equina. Los virus de la gripe poseen una alta tasa de mutación y un fenómeno conocido como redistribución genética que permite al virus generar muchas combinaciones distintas.
Todas las pandemias de gripe conocidas han sido ocasionadas por virus gripales del tipo influenza A. Los virus de influenza tipo A pueden dividirse en diferentes subtipos dependiendo de los genes que constituyen las proteínas de superficie, la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N). Las proteínas hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N) del virus constituyen los sitios principales de reconocimiento antigénico por parte del sistema inmunitario del hospedador.
Existen 18 subtipos de hemaglutinina y 11 subtipos de neuraminidasa diferentes, de H1 a H18 y de N1 a N11 respectivamente, por lo que potencialmente existen decenas de combinaciones del subtipo de influenza A, como por ejemplo los famosos H1N1, H3N2, H5N8, H2N2, etc. Es destacable que dentro de cada subtipo existe una considerable variabilidad genética, antigénica y fenotípica, lo que repercute en la patogenicidad de la cepa.
La vacuna de este año
En el mes de febrero de cada año, la OMS publica la composición de la vacuna para su utilización en el hemisferio norte. Las vacunas trivalentes recomendadas para esta temporada 2021-2022 tienen diferentes componentes:
- Las producidas a partir de huevos embrionados y las vacunas vivas atenuadas contienen una cepa análoga a A/Victoria/2570/2019 (H1N1)pdm09, una cepa análoga a A/Cambodia/e0826360/2020 (H3N2) y una cepa análoga a B/Washington/02/2019 (linaje B/Victoria).
- Las producidas a partir de cultivos celulares contienen una cepa análoga a A/Wisconsin/588/2019 (H1N1)pdm09, una cepa análoga a A/Cambodia/e0826360/2020 (H3N2) y una cepa análoga a B/Washington/02/2019 (linaje B/Victoria).
- Las vacunas tetravalentes deben contener en su composición, además de las anteriores, una cepa análoga a B/Phuket/3073/2013 (linaje B/Yamagata/16/88).
Los objetivos para la temporada 2021-2022 están en consonancia con los establecidos por la Organización Mundial de la Salud y por la Comisión Europea. Pretenden alcanzar o superar coberturas de vacunación del 75 % en mayores y aumentar las coberturas de vacunación en profesionales sanitarios y grupos de riesgo.
Según ha demostrado la evidencia emergente en algunos países, el riesgo de muerte en personas infectadas por el SARS-CoV-2 aumentó a más del doble cuándo los afectados también padecían gripe.
En otoño e invierno no olvide ventilar y dejar pasar la luz solar
Publicado en The Converstion el 2 noviembre 2021
Autoría: Roberto Alonso González-Lezcano. Profesor Titular de Universidad en el área de Construcciones Arquitectónicas, Universidad CEU San Pablo
Por mucho frío que haga, debemos ventilar todos los días. No solo para renovar el aire sino también para sanearlo, pues en invierno no somos tan proclives a abrir las ventanas y debido a esto se acumulan muchas sustancias nocivas.
Se produce un exceso de dióxido de carbono, monóxido de carbono y partículas orgánicas volátiles provocadas por humedades y la falta de renovación de aire. También pueden concentrarse aerosoles, humos de tabaco, barnices, pinturas, productos de limpieza, las partículas de alimentos tras cocinar, otras provenientes de alfombras y moquetas, calefacciones, hornos, mascotas, muebles, objetos de plásticos, etc.
Teniendo en cuenta que todo ello se concentra en el aire que respiramos, ventilar es imprescindible para sanearlo y que no tenga consecuencias negativas para la salud.
Recordemos que un alto nivel de contaminación de aire puede ocasionar un mayor riesgo de infecciones, problemas respiratorios, enfermedades cardíacas y cáncer de pulmón, las cuales afectan en mayor proporción a población vulnerable.
Así, el entorno será saludable y no proliferarán más virus y bacterias de lo habitual. De hecho, en época de coronavirus cobra aún mayor importancia.
Cuál es el mejor momento para ventilar el hogar
Recordemos que con hacerlo entre 10 y 15 minutos diarios será suficiente para renovar el aire de una estancia, aunque dependerá del número de personas que vivan en cada hogar.
¿Pero en qué momento del día es más adecuado para no pasar frío? Lo ideal es ventilar preferiblemente en el momento más cálido del día. Por ejemplo, por la mañana para no tener que apagar y encender la calefacción.
Además, el uso de la calefacción también genera la proliferación de moho, por lo que airear a pesar de las bajas temperaturas es necesario.
En el caso de disponer de un sistema de calefacción central, la bomba de calor se habrá apagado durante la noche, por lo que se pueden aprovechar esos minutos antes de que vuelva a encenderse.
Asimismo, si durante la mañana hace mucho frío, es conveniente abrir las ventanas en el momento en que la temperatura exterior sea mayor, es decir, hacia el mediodía o en el momento en el que incida más el sol.
Las dependencias más importantes son el dormitorio (por las mañanas, después de levantarnos), el cuarto de baño y la cocina.
¿Crear corrientes de aire o ventilar poco a poco?
Aunque hayamos oído habitualmente que crear corriente es bueno para ventilar, está técnica no es estrictamente necesaria. Puede ventilar dependencia por dependencia porque, en realidad, solamente necesita renovar el aire. Aún menos sentido tendría crear grandes corrientes si lo hace durante un momento de mucho frío. Con la ventilación por salas no solo logrará purificar el aire de las estancias sino que apenas lo apreciará el termostato.
No obstante, si lo que quiere es purificar el interior y eliminar aún más toxinas, puede abrir todas las ventanas y puertas a la vez para generar grandes corrientes de aire.
Pero lo ideal será aprovechar el momento en el que no hay nadie en el hogar para evitar el frío y hacerlo durante varios minutos (menos que si lo hace por estancias). Esta técnica resulta efectiva cuando hay numerosas aberturas y están distribuidas de tal forma que permiten que esas corrientes sean de gran caudal.
En este sentido, también pueden dejarse las ventanas entreabiertas, entre unos 10 y 15 centímetros para que el aire se renueve continuamente.
Sea cual sea la técnica que consideremos más adecuada según nuestras condiciones, ante todo debemos asegurarnos de que cuando vayamos a ventilar la calefacción esté apagada. De lo contrario, el consumo de electricidad será mucho mayor, lo que dará lugar también a más contaminantes atmosféricos.
La magia del extractor y los filtros de aire
Otro punto importante para la ventilación del hogar con efectos beneficiosos para la salud es el uso del extractor durante el cocinado. En este momento también podemos aprovechar para abrir las ventanas.
Asimismo, podemos instalar un filtro de aire o un deshumidificador en casas donde vive gente mayor para evitar el frío. Los deshumidificadores resultan imprescindibles en climas o ambientes húmedos y sus filtros contribuyen a limpiar el ambiente. De esta forma, renuevan el aire sin intervenir en la temperatura.
En los hogares no es necesario (como sucede en las aulas o los espacios de trabajo compartidos) instalar sensores de CO₂. El Comité de Salud Medioambiental de la Asociación Española de Pediatría aconsejó incorporarlos en las aulas para monitorizar los niveles y comprobar que estuviese siempre por debajo de 700 ppm (partes por millón).
Este objetivo también puede conseguirse con aperturas de ventanas durante 10 o 15 minutos o aperturas parciales durante unos 20 o 30 minutos. También es útil disponer de un higrómetro para conocer la humedad del aire.
En general, toda esta circulación del aire permitirá que se oxigene y facilitará la expulsión de las partículas de polvo y los ácaros. Además, regulará la humedad del ambiente y eliminará los malos olores.
La luz solar también debe llegar a todas las dependencias
Por último pero no menos importante, los rayos ultravioleta también deben actuar contra los microorganismos, por lo que también es beneficioso que la luz del sol alcance el mayor espacio posible de la dependencia.
La luz solar directa puede suprimir las bacterias en las superficies más rápidamente, así como higienizar y purificar el aire del ambiente.
Por todas estas razones es tan importante un buen diseño arquitectónico de los espacios y buenas estrategias bioclimáticas de diseño que aprovechen la luz solar.
Es decir, no solo por la calefacción solar pasiva que brinda el sol en invierno sino porque al abarcar el máximo espacio en interiores se puede desinfectar una mayor porción del espacio interior si el rayo de sol entra como iluminación solar directa. De esta manera la luz ultravioleta se encargará de desinfectar y esterilizar el ambiente de microorganismos patógenos.
En definitiva, al ventilar se obtienen grandes beneficios como la reducción de la concentración de CO₂, que en grandes concentraciones provoca que la respiración sea más fatigosa dado que desplaza el oxígeno del aire. Además, ventilar disminuye las partículas orgánicas volátiles, regula la humedad para que esté menos seco el hogar. Permitir que entren los rayos de sol tiene un efecto desinfectante en el entorno.
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