Los veganos no están más sanos que los que apuestan por la dieta mediterránea

1 de cada 10 mujeres se identifica con el movimiento veggie.

¿Quién no ha oído hablar de las corrientes foodie, veggie, flexitariana o healthy? A los españoles cada día les interesa más el mundo de la nutrición y la gastronomía y se preocupan por seguir una alimentación saludable y variada. Hoy en día, no hay que esforzarse mucho para ver que cada vez hay más lugares en los que se pueden adquirir productos específicos para este tipo de personas.

En España, los establecimientos veggies (aquellos que incluyen oferta para veganos, vegetarianos o flexitarianos) se han duplicado en los últimos cinco años, y actualmente hay 1.800 establecimientos de restauración con un menú adaptado a sus necesidades, cuando en 2017 no superaban los 700, según revelan los datos de la nueva edición del estudio The Green Revolution. Entendiendo el auge del movimiento veggie, elaborado por la consultoría Lantern a inicios de este 2019, y que se presentaron en un acto celebrado a principios de febrero en Madrid y organizado por Lidl.

Según el estudio, en los últimos años se ha observado en España un aumento de los consumidores flexitarianos (que consumen carne o pescado esporádicamente), ya que actualmente el 35 por ciento de los españoles afirma que reduce su consumo de carne roja o directamente lo evita.

Otro dato que hace pensar en este mayor interés por estos tipos de alimentación es que el 52 por ciento de los españoles ha probado alguna alternativa de carne vegetal en los últimos 12 meses.

“El consumidor español está cambiando, está haciendo suyas tendencias que ya imperan en países como EEUU, Alemania y Reino Unido y cada vez busca soluciones más adaptadas a las nuevas corrientes internacionales y a su nuevo estilo de vida. Para 2023 el mercado global de sustitutos de carne alcanzará los 6,43 mil millones de dólares, con nuevas marcas y productos que aterrizan en el mercado para dar respuesta a estas necesidades», expuso Jaime Martín, CEO y fundador de Lantern. 

La salud es la principal razón por la que la población española escoge llevar a cabo un cambio de alimentación. Junto a ella también hay personas que deciden optar por una dieta u otra en base a cuestiones de índole ético o de sostenibilidad. Tanto es así que el 7,8 por ciento de la población residente en España mayor de 18 años es veggie y concretamente 1 de cada 10 mujeres se identifica con este movimiento, tal y como destaca la consultora Lantern en estudios anteriores.  

El aumento de frutas y verduras en la dieta sí es sinónimo de salud, siempre y cuando se combine con otras fuentes de proteínas animales, algo que no ocurre en las dietas veganas. Este “es un método de alimentarse en el que se eliminan los alimentos de origen animal: carnes, pescados, lácteos o huevos”, recuerda a CuídatePlus Jesús Román, director científico de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca).

Según datos del Grupo HM Hospitales “se estima que el 3 por ciento de los españoles son vegetarianos de los que una tercera parte no sólo excluyen de su alimentación cualquier tipo de carne o pescado, sino también todos aquellos productos de origen animal como huevos, leche y sus derivados”.

Al eliminarse los alimentos de origen animal, “este tipo de alimentación suele conllevar una menor ingesta calórica así como la proteína total de grasas saturadas”, informa Román. En su opinión, “las ventajas o desventajas de esta dieta están en función de las características de la persona, de su estilo de vida y de los alimentos que entren a formar parte de su vida. Por tanto, se puede hacer una dieta omnívora desequilibrada y poco saludable así como una dieta vegana inadecuada o, por el contrario, saludable”.

La clave está en la planificación

“Una dieta vegana bien planificada puede ser igual de saludable que la mediterránea, pero ser vegano en ningún caso es más saludable”, sentencia Mamen Palomo Domingo, nutricionista del Servicio de Endocrinología y Nutrición de los Hospitales Universitarios Montepríncipe y HM Torrelodones, en Madrid. La experta advierte que “una dieta vegana es una dieta compleja que requiere altos conocimientos y la supervisión de un nutricionista”. Así también lo ve Román. El desconocimiento y una planificación inadecuada puede “conllevar carencias de algunos nutrientes esenciales, lo que puede dar lugar a problemas de salud”.

Si no se siguen estos consejos, “pueden aparecer problemas en cuanto a la cantidad y calidad de la proteína ingerida, a la presencia de vitamina B12, cuyo origen es exclusivamente animal, y a la presencia de algunas sustancias, como el calcio y el hierro, que no siempre son fáciles de obtener”.

Tal y como detalla Palomo Domingo, las carencias y problemas más comunes serían:

·         Vitamina B12: que no se encuentra en alimentos de origen vegetal, por lo que los veganos requieren suplementación. Su carencia puede dar lugar a anemia perniciosa.
·         Calcio: su déficit puede dar lugar a problemas en huesos y dientes e incluso alterar las funciones musculares y nerviosas.
·         Hierro: su absorción se ve limitada con respecto a la de quienes consumen carne o pescado, pudiendo dar lugar a anemia ferropénica.
·         Vitamina D: su presencia en pocos alimentos de forma natural puede verse agravada por una dieta vegana, siendo fundamental para la absorción del calcio. Su carencia durante las etapas de desarrollo puede dar lugar a raquitismo y en la edad adulta a osteoporosis. Si no hay una correcta exposición al sol, se recomienda suplementarla.
·         Ácidos grasos omega 3: la principal fuente de omega 3 son los pescados azules, aunque también puede encontrarse en vegetales. Su carencia puede afectar a las funciones cerebrales, visuales y a la salud del corazón.
·         Proteínas: las proteínas vegetales tienen un valor biológico menor que las de origen animal, es decir, son menos completas, por eso, es necesario conocer cómo combinar los diferentes vegetales. Su carencia puede dar lugar a problemas asociados a la deficiencia de aminoácidos esenciales.

¿Qué ocurre con los niños?

La mayoría de las personas que apuestas por seguir este tipo de alimentación suelen ser mujeres. Se ha mencionado anteriormente que 1 de cada 10 españolas llevaría una dieta vegguie. Teniendo en cuenta este dato y que en la mayoría de los hogares es la mujer quien se encarga de realizar la compra y de la alimentación del resto de la familia, no es de extrañar pensar que muchos de los niños sigan los pasos de sus padres. En este caso, ¿qué puede ocurrir? ¿estarían bien alimentados y nutridos? Para Román, todo dependerá “de la edad del niño aunque con una buena asesoría nutricional y un estudio dietético adecuado no tendrían que plantearse problemas”.

Sin embargo Palomo Domínguez discrepa y considera que esta dieta conlleva demasiadas limitaciones y que no es la más adecuada en esta etapa de la vida. “La opción más saludable para ellos es la que incluya la mayor variedad de alimentos posible y la que tenga menos restricciones”.

En los casos en los que los padres son veganos recomienda “optar por opciones menos estrictas como la dieta ovolactovegetariana, que incluye huevos y lácteos. También tendrían que tener en cuenta la suplementación de los nutrientes que no se encuentran en los alimentos consumidos. “Un déficit de calcio, vitamina D y proteínas de alto valor biológico podría afectar al crecimiento y, un déficit de omega 3, a su desarrollo intelectual”.

Sustitutos para las carnes y pescados

Aunque estas personas no toman carnes o pescado, “buscan alimentos ricos en proteína de calidad, normalmente derivados de la soja, (como el tofu), o el seitán, y mezclas de diferentes cereales con legumbres cuyas proteínas también son de gran calidad”, indica Román.

Este mercado también ha hecho que cobren mayor importancia otros productos que no eran habituales en la dieta europea como la chía o el amaranto “que también pueden ser de interés por sus propiedades”, tal y como señala el miembro de Sedca

Joanna Guillén Valera. Cuidate Plus, 22 de Febrero de 2019