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Dietas milagros que preocupan
Las dietas milagro que preocupan a endocrinólogos y nutricionistas
Nada se consigue sin esfuerzo y las dietas para adelgazar que prometen perder mucho peso en poco tiempo están abocadas al fracaso. Distinguir a tiempo cuándo estamos ante una dieta milagro puede ahorrarnos muchos disgustos.
- Por Gema López Albendea, publicado en Cuidate Plus el 06-10-2021
Con el otoño llega una vez más la operación de cambio de armario. Es el momento de enfrentarse a esas prendas del año pasado que todavía podemos aprovechar: pantalones, faldas, camisas… Pero, ¡horror!, nos queda todo pequeño. El caldo de cultivo perfecto para caer en la tentación de las dietas milagro. Un concepto que año tras año hace saltar las alarmas entre los especialistas de la nutrición.
Como explica Ana de Hollanda, coordinadora del grupo de obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), el mundo de las dietas está lleno de falsas promesas y bulos. “Debemos evitar aquellas con resultados milagrosos en poco tiempo y sin esfuerzo, así como también de todas las que nos prohíban o nos restrinjan algún grupo de alimento”, asegura.
Algo que recalca Luis Frechoso, presidente del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas del Principado de Asturias (Codinupa) y miembro del Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas (Cgcodn). “La mayoría de las planificaciones que se aconsejan suelen tener efectos rápidos sobre el parámetro que más se utiliza como marcador de salud -aunque no debería ser así- que es el peso corporal total”, comenta.
Cuidado con las dietas muy restrictivas
Este explica que las más preocupantes son pautas de muy baja energía y bastante restrictivas, algo que puede acarrear problemas sobre el metabolismo y a nivel hormonal. “Por ejemplo, en el caso de las mujeres, la población más afectada por las dietas milagro, puede tener efectos negativos a nivel reproductivo”, advierte.
Según la especialista de la SEEN, otra de las grandes preocupaciones de nutricionistas y endocrinólogos en cuestión de dietas es que sean muy bajas en calorías y que no incluyan los tres principales macronutrientes: proteínas, hidratos de carbono y grasas. “Hay que huir de este tipo de dietas debido a que pueden inducir una gran pérdida de peso inicial, pero que, sin un seguimiento adecuado, terminan desembocando en una recuperación ponderal”, afirma.
Esta indica que, si no están correctamente diseñadas, pueden provocar una gran pérdida de la masa muscular que luego no se puede recuperar. “A largo plazo, estos períodos de pérdida de peso seguidos de recuperación ponderal pueden afectar a la composición corporal, es decir, a los porcentajes de grasa y músculo que tenemos”.
También pueden afectar negativamente al gasto metabólico basal, es decir, la cantidad de calorías que nuestro cuerpo gasta en reposo. “Además, las dietas extremadamente restrictivas en personas susceptibles o con problemas de conducta alimentaria pueden desencadenar mayor ansiedad y empeorar el estado psicológico”, advierte de Hollanda.
Adiós a los términos ‘operación bikini’
Aunque acabamos de dejar el verano atrás, ambos especialistas coinciden en la necesidad de desterrar los términos operación bikini de nuestro vocabulario. “El objetivo de una o un dietista-nutricionista no es conseguir que una persona entre en una talla 32, ese no debe ser el propósito principal de una intervención dietética”, recuerda el presidente de Codinupa.
“Es un concepto que no debería de existir, ya que deja fuera de foco el objetivo principal de la pérdida de peso, que es la salud. En el momento en que nos encontremos con un problema de sobrepeso u obesidad, debemos abordarlo desde ese punto de vista y no sólo del aspecto físico, independientemente de la época del año en la que nos encontremos”, asegura de Hollanda.
Los dos indican que, para lograrlo, es importante que la palabra dieta no se asocie a algo negativo o sacrificado, sino al patrón alimentario que cada persona lleva diariamente. Y para que éste sea saludable y fomente la pérdida de peso, en los casos que sea necesario, debe estar asociado a la dieta mediterránea e incluir todos los grupos de alimentos, centrándose en los frescos de proximidad. “La dieta debe ser personalizada de acuerdo a las preferencias de la persona, su objetivo, actividad física y su estado de salud”, comenta la portavoz de la SEEN.
Por otra parte, ha de estar apoyada en un cambio de estilo de vida, no solo de alimentación, sino también de ejercicio físico, hábitos de sueño, manejo del estrés y de la ansiedad. “Para diseñar una dieta es importante conocer la historia de la persona, conocer los determinantes específicos en su vida que le han llevado al peso actual. Y para eso es fundamental el asesoramiento de una dietista-nutricionista, el consejo del médico de familia o del endocrinólogo, sobre todo en los casos más importantes de obesidad”, considera de Hollanda.
En este sentido, Frechoso comenta que es importante que exista un trabajo conjunto entre el profesional sanitario, el dietista-nutricionista y el paciente, y poner en práctica todas las pautas que se trabajen en la consulta. “De igual forma, hay que tener paciencia y comprender que se necesita tiempo para alcanzar un objetivo sano y duradero”, finaliza.
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