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Dietas personalizadas
La falta de recursos en primaria impide la creación de dietas personalizadas
La presencia de dietistas y nutricionistas en los centros de salud de AP aportaría un beneficio a los pacientes con multitud de patologías que exigen restricciones alimentarias.
¿Pueden existir interacciones y problemas entre dietas?
Por Gema L. Albendea. Publicado en Diario Médico el – Mié, 01/11/2023 –
La labor realizada desde la atención primaria a la hora de educar a la sociedad sobre nutrición y dietas saludables es esencial. De hecho, los médicos y nutricionistas que tenemos en salud comunitaria plantean diariamente multitud de dietas específicas que van a formar parte del tratamiento personalizado de sus pacientes: alérgicos e intolerantes, personas con problemas de deglución, con diabetes, con enfermedades cardiovasculares o renales, etc.
¿Pero pueden existir interacciones y problemas entre dietas? «Claro que sí, a mí me han llegado pacientes a la consulta de nutrición con hasta siete tipos de restricciones alimentarias diferentes, en función de sus patologías, y en esos casos es esencial contar con dietistas y nutricionistas que puedan elaborar pautas personalizadas. Sobre todo para que el paciente no coja miedo a la comida», explica Violeta Ramírez, coordinadora del Grupo Nacional de Nutrición de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC), además de representar también al grupo de trabajo de Castilla y León (Socalemfyc).
El problema es que, salvo en Cataluña y en Galicia, el resto de comunidades autónomas no cuentan con estos profesionales en primaria, y la falta de tiempo y recursos hacen que los consejos aportados a los pacientes desde los centros de salud sean muy generales. Casi siempre centrados en la habitual dieta mediterránea y en evitar azúcares y procesados, y sin poder profundizar en cada una de sus patologías.
Salud oral
Esta pregunta se ha planteado también en la presentación de la campaña Salud oral y nutrición, diseñada por el Consejo General de Dentistas en colaboración con la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC). Su objetivo es mejorar el estado de nuestras bocas y dientes a través de dietas específicas y de hábitos de higiene.
Por el momento se han unido 1.100 dentistas de toda España, y ha arrancado con el lanzamiento de una guía con la que se quiere ayudar a los profesionales de la odontología a construir una base preventiva para abordar enfermedades orales a través de la nutrición. Y que, a partir de ellos, se aumente la conciencia entre la población general sobre el vínculo entre ambas partes.
Hábitos saludables
La guía muestra, entre otros aspectos, cómo la alimentación específica para el cuidado y la prevención de enfermedades odontológicas no es muy diferente a las recomendaciones generales de unos buenos hábitos alimenticios: predominio de productos frescos y de temporada, sobre todo frutas y verduras, evitar azúcares y productos procesados, limitar la ingesta de proteínas, dando prioridad a la del huevo y el pescado, eliminar el alcohol y el tabaco, etc.
No obstante, durante la presentación de la campaña los miembros del Consejo de Dentistas participantes estuvieron de acuerdo en afirmar que hay ciertos nutrientes que están íntimamente ligados a la salud de boca y dientes, como el calcio y las vitaminas A, C y E.
«Necesitamos una provisión adecuada y equilibrada de vitaminas, minerales, fibra, agua, carbohidratos, proteínas, grasas y otros micronutrientes. La falta de uno o varios de ellos puede influir en el crecimiento maxilofacial, en enfermedades dentales y de la mucosa oral e, incluso, propiciar el cáncer oral”, «resumió Joan Carrera, miembro del Consejo.
Dietas individualizadas
Durante el evento también se recordó que este tipo de dietas deben estar individualizadas, teniendo en cuenta la edad y las características de cada persona. De la misma forma que se deben tener muy presentes, como se comentaba anteriormente, las patologías del paciente antes de preparar una dieta de mejora de la salud bucodental.
En este sentido, la guía incluye apartados específicos con recomendaciones nutricionales y problemas odontológicos que se pueden evitar en etapas determinadas de la vida, como son el embarazo, la infancia, la adolescencia y edades avanzadas. Cuatro bloques específicos que también tienen en cuenta aspectos sociales que pueden poner en riesgo la salud oral, como pueden ser el poder adquisitivo o la dificultad para trasladarse, entre otros.
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