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Dos artículos sobre la etiqueta Nutri-Score
Nutri-Score y la pirámide nutricional de la dieta mediterránea
A diario: alimentos procedentes de los cereales, preferiblemente integrales (A)
Los cereales y sus derivados, como la pasta, el pan y el arroz, son alimentos que no pueden faltar dentro de la dieta mediterránea, por ello aparecen situados en la base de la pirámide. Esta posición privilegiada significa que debemos consumirlos con frecuencia, ya que son productos que nos aportan una gran cantidad de energía.
Nutri-Score, aunque depende de los ingredientes y de su grado de procesamiento, les otorga la mejor clasificación. En concreto, todos aquellos productos que son integrales y bajos en azúcar, al proceder de cereales enteros o de harinas procedentes de cereales enteros, obtienen una A. En el polo opuesto se encuentran la gran mayoría de los cereales de desayuno, que están clasificados con una C, D o E y que no son una recomendación saludable en absoluto. Eso sí, hay algunas marcas, en concreto ciertos copos de avena o mueslis que son ricos en fibra y no llevan azúcares, que han obtenido una óptima clasificación (A y B).
Varias veces al día: productos vegetales (A)
Las verduras, hortalizas y frutas son la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra. De todas ellas, que también son prioridad en la pirámide, hay que comer cinco raciones al día (tres de fruta y dos de verdura y/o hortalizas).
Hay que señalar que el etiquetado Nutri-Score no se aplica a los productos al peso, sino a los empaquetados, pero todos los alimentos frescos o en conserva de origen vegetal, como por ejemplo las bolsas de ensaladas preparadas, el brócoli, las judías verdes, las espinacas, la zanahoria rayada, los espárragos, los tomates triturados (las salsas de tomate sencillas), el gazpacho o los pimientos también obtienen una A.
Aceite de oliva. La grasa principal para cocinar y condimentar en la dieta mediterránea había sido clasificada con una C. Se trata de la mejor puntuación entre las grasas añadidas (destinadas a la condimentación o cocción) y entre los aceites vegetales, pues está mejor clasificado que los aceites de soja, girasol y maíz (clasificados D) o los de coco o palma (clasificados E) y mejor que la mantequilla (clasificada E). Sin embargo, el Ministerio de Consumo ha decidido dejarlo fuera del etiquetado Nutri-Score.
De dos a tres raciones diarias: lácteos (bajos en grasa)
Dos o tres derivados lácteos al día, preferiblemente bajos en grasa, también entran dentro del patrón de dieta saludable, ya que son una excelente fuente de proteína, minerales y vitaminas.
Nutri-Score otorga a la leche entera, rica en ácidos saturados y colesterol, una B, pero premia a la desnatada y baja en grasa con una A. Respecto a los quesos, existen grandes diferencias de calidad nutricional dentro de la categoría e, incluso, dentro de las mismas marcas. Algunos quesos frescos con 0 % de grasa saturada en su composición obtienen una A, al igual que los yogures desnatados y naturales. Pero hay quesos, como el roquefort, que están clasificados con una E porque tienen entre 3 y 4 g de sal por 100 gramos y son ricos en ácidos grasos saturados, al igual que ocurre con otros quesos curados, que también obtienen una E. Si no son bajos en grasa, en general la gran mayoría de los quesos están clasificados con una D y algunas mozzarellas con una C.
Legumbres (3-4 veces a la semana) y frutos secos a diario (A)
Lentejas, garbanzos, judías… Las legumbres, ya sean crudas o cocidas, también salen bien paradas, con una A. Y casi todos los frutos secos, como las nueces, las avellanas o las almendras, siempre que estos sean al natural o tostados (sin sal, fritos o con chocolate), obtienen una A.
Entre una y dos raciones al día (alternando): carnes blancas, pescado y huevos (A y B)
Las carnes blancas, el pescado y los huevos también hay que comerlos semanalmente, entre una y tres raciones al día, alternando durante la semana.
Pero entre estos grandes grupos de alimentos existe una gran variabilidad en el tipo y en la composición. Por ejemplo, en el pescado. Podemos comprarlo crudo, enlatado, ahumado, empanado… También existen diferentes marcas cuya composición puede variar, respecto al contenido en sal, azúcar, calorías, fibra o grasas saturadas. Todo ello es evaluado por el algoritmo de Nutri-Score antes de darle una clasificación.
Esto explica casos como el de una marca de sardinas en lata que ha obtenido una mala clasificación (D), algo que ha sido puesto en tela de juicio en las redes. Es el caso en concreto de alguna marca, ya que Nutri-Score no puntúa sistemáticamente mal a todas las sardinas. La prueba es que hay otras muchas marcas que obtienen una A y B. Otro ejemplo: el salmón. El fresco es clasificado como A, pero el ahumado está clasificado como una D, porque el algoritmo ha tenido en cuenta su riqueza en sal (2,5 a 3,5 de sal por 100 gramos) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece en 5 gramos el límite diario de sal para prevenir las enfermedades cardiovasculares. Una puntuación que de nuevo coincide con las prioridades de la dieta mediterránea, que fomenta el producto fresco y sin sal.
Ocasionalmente: carne roja (ternera, cerdo, caza), procesados y embutidos
Entre los productos que pueden comerse una vez a la semana se encuentra la carne roja no procesada. Se recomienda consumirla con moderación y en cantidades pequeñas, siempre dando preferencia a las que tienen menos grasa.
Entre la procesada, los embutidos se clasifican en su mayoría en D y, a veces, en E. Esto se explica por el hecho de que contienen muchas calorías y cantidades no despreciables de grasas saturadas y sal. Pero como todos los productos clasificados como D o E, los embutidos pueden consumirse perfectamente en el marco de una alimentación equilibrada.
A modo de excepción: snacks salados, dulces y bollería industrial
Estos alimentos tan adictivos son pobres en nutrientes y ricos en grasas saturadas, trans o hidrogenadas, azúcar y sal. Por eso, Nutri-Score les suspende a todos con la peor clasificación (D, E). Algunos chocolates negros y sin azúcares añadidos obtienen una C.
Nutri-Score: un algoritmo 100 % coherente con el modelo de la dieta mediterránea
El sistema de etiquetado se adapta a la dieta mediterránea, ya que puntúa con las mejores clasificaciones a los productos no procesados y con las peores a la mayoría de ultraprocesados
- Por Verónica Palomo, publicado en Consumer Eroski el miércoles 17 febrero de 2021
La pirámide de la dieta mediterránea sitúa en su base a los alimentos que deben sustentar nuestra alimentación y va relegando a estratos superiores a los productos que tenemos que comer más moderada y ocasionalmente. Es el patrón de alimentación saludable que recomiendan los expertos y Nutri-Score es coherente con él. Prueba de ello es que otorga la mejor puntuación a los productos no procesados, a los alimentos frescos y naturales, sobre todo verduras, frutas, hortalizas, cereales y frutos secos. Respecto a los alimentos que no son saludables, por su cantidad de azúcares, calorías y grasas saturadas, hay que señalar que, pese a las críticas recibidas, Nutri-Score está muy lejos de beneficiarlos, ya que la mayoría de ellos obtienen la puntuación menos favorable. Lo vemos a continuación.
Un ejemplo. De 220.522 alimentos ultraprocesados procedentes de la base de datos de productos Open Food Facts France, el 79 % están clasificados en el sistema Nutri-Score como C, D, y E, mientras que el 8 % se clasifica con una A y el 13 % en B. Como demuestra este estudio, los ultraprocesados que obtienen una puntuación favorable son una minoría en comparación con la gran mayoría de productos que han sido clasificados de manera desfavorable. Pero hay más.
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