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El aspartamo
Una investigación concluye que existen dudas de que el aspartamo sea seguro
Un estudio concluye que existen dudas de que el aspartamo sea seguro, los expertos han apuntado errores importantes en la revisión realizada por la EFSA sobre el edulcorante en 2013, apuntando que se descartaron 73 estudios en los que se concluía que el edulcorante podía ser perjudicial para los seres humanos.
Según los resultados de una investigación realizada por expertos de la Universidad de Sussex (Reino Unido), existen dudas de que el aspartamo sea seguro. Como sabemos, en el año 2013 la EFSA (Agencia de Seguridad Alimentaria de la Unión Europea) consideró que el aspartamo (E951) era un edulcorante seguro en los actuales niveles de exposición, dictamen que se basó, supuestamente, en la revisión de todas las investigaciones científicas que se habían realizado sobre este elemento con animales y seres humanos.
Sin embargo, los expertos de la Universidad de Sussex apuntan que la revisión realizada por la EFSA descartó 73 estudios en los que se concluía que el edulcorante podía ser perjudicial, además, los investigadores apuntan que a primera vista, el tratamiento del 84% de los estudios revisados por la EFSA no proporcionaba evidencias confiables sobre el aspartamo. Desde el año 1974, los resultados de algunas investigaciones y las conclusiones de algunos expertos, han advertido sobre los riesgos de este edulcorante que está presente en miles de productos alimenticios, que puede causar daño cerebral, cáncer de hígado y pulmón, lesiones cerebrales y trastornos neuroendocrinos, entre otros problemas.
A raíz de la revisión realizada, los responsables del estudio, el profesor Erik Millstone y la doctora Elisabeth Dawson, solicitan la suspensión de la autorización para comercializar o usar aspartamo en la Unión Europea, en espera de un examen exhaustivo de carácter independiente de las evidencias relevantes existentes, incluidos los documentos clave que fueron omitidos en la revisión realizada por la EFSA. Así mismo, se aboga por una revisión radical de los procesos de seguridad alimentaria de la UE, incluidas las discusiones que se llevan a cabo a puerta cerrada.
Se supone que la EFSA ha evolucionado y mejorado su transparencia informativa, ahora es más accesible que hace unos años. Recordemos que ha reforzado su política de independencia y a principios de año anunció que compartiría los datos de sus estudios en una plataforma de acceso abierto. Sin embargo, no se aclara si se darán a conocer todos los datos de las investigaciones realizadas en años anteriores.
Según los investigadores, si los puntos de referencia que utilizó el panel de la EFSA para evaluar los resultados de los estudios “tranquilizadores” se hubieran utilizado de forma sistemática para evaluar los resultados de los estudios que proporcionaron pruebas de que el aspartamo podía ser peligroso, el panel se habría visto obligado a concluir que existían pruebas suficientes para determinar que el aspartamo no es aceptablemente seguro. Erik Millstone ha criticado el hecho de que la EFSA no reconociera en su momento que existían numerosas deficiencias en esos estudios que promueven la seguridad del aspartamo, en su lugar, optó por detectar pequeños errores y defectos de procedimiento en todos los estudios que proporcionaban evidencias de que el edulcorante no era seguro.
Entre los errores que la investigación ha destacado, se encuentra el incumplimiento de las directrices de la EFSA sobre la transparencia de la evaluación de riesgos por múltiples motivos, la adopción de pequeños obstáculos para aceptar los estudios con una posición negativa ante el aspartamo, incluidos estudios que previamente se habían considerado como lamentablemente inadecuados y sin valor, la adopción de impedimentos excesivamente exigentes para aquellos estudios positivos que apuntaban efectos adversos del aspartamo, a pesar de que muchas de esas 73 investigaciones descartadas eran más confiables que la mayoría de estudios que no proporcionaban evidencias de posibles riesgos. Finalmente, se apunta la presencia de anomalías desconcertantes demostradas, incluyendo suposiciones inconsistentes y no reconocidas.
Teniendo en cuenta todos estos puntos, se podría deducir que la EFSA estaba interesada en validar la seguridad del aspartamo independientemente de los resultados negativos. El experto comenta que la investigación que ha realizado muestra claramente que la EFSA no reconoció numerosas deficiencias en los estudios favorables al aspartamo, pero sí los pequeños errores de los estudios que proporcionan evidencia de que el aspartamo puede ser peligroso para el ser humano.
La International Sweeteners Association (Asociación Internacional de Edulcorantes) ha publicado una declaración en respuesta a la investigación realizada por los expertos de la Universidad de Sussex, apuntando que las opiniones científicas de las distintas autoridades de seguridad alimentaria de todo el mundo han confirmado la seguridad del edulcorante. Ha recordado que el aspartamo ha sido objeto de amplias evaluaciones de seguridad con resultados positivos, y que la evaluación de la EFSA no hizo más que reafirmar que el edulcorante no plantea ningún problema de seguridad. Estas declaraciones son lógicas porque son parte interesada, lo que no inspira mucha confianza.
La asociación comenta que cuando los edulcorantes bajos en calorías se utilizan en alimentos, bebidas y como endulzantes de mesa, pueden ofrecer a los consumidores una variedad más amplia de sabores dulces con pocas o cero calorías, siendo una herramienta útil para sustituir el azúcar y como parte de una alimentación equilibrada, ayudando a reducir la ingesta de azúcares añadidos y calorías. A esto suma que estos edulcorantes no contribuyen a la caries dental. Con la breve nota no aclaran nada sobre las investigaciones que fueron descartadas o sobre aquellas que no aportaban nada y que fueron consideradas por la EFSA.
En fin, no estaría mal que la EFSA emitiera una nota con todos los detalles sobre los estudios que descarto en su momento, seguro que tendremos noticias al respecto. De momento, podéis conocer más detalles de la investigación a través de este artículo publicado en la página de la Universidad de Sussex, y en este otro publicado en Archives of Public Health.Gastronomía y Cía 24-07-19
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