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El atún: una especie viajera ejemplo de sostenibilidad
El atún: una especie viajera ejemplo de sostenibilidad
La flota pesquera española lidera varias de las iniciativas puestas en marcha para asegurar la sostenibilidad de todas las especies de atunes a largo plazo
Por Marine Stewardship Council (MSC) 28 de mayo de 2024
El atún es una de las especies más cotidianas en nuestra cesta de la compra. Su versatilidad, precio y valor nutricional hacen que esta proteína sea muy apreciada tanto en elaboraciones sencillas como en platos más complejos. En las siguientes líneas te contamos más acerca de este pescado azul y de las iniciativas que se han llevado adelante y se están desarrollando para asegurar la sostenibilidad de todas las especies de atunes a largo plazo.
Especies comerciales del atún
En España se consumen al año más de cuatro kilos de atún por persona, la mayoría en conserva. A pesar de ello, falta mucho conocimiento sobre esta fascinante especie. Para empezar, al hablar de atún nos referimos a un grupo de especies de las cuales destacan cinco especies comerciales:
- bonito (Thunnus alalunga)
- atún listado (Katsuwonus pelamis)
- atún rabil (Thunnus albacares)
- atún patudo (Thunnus obesus)
- atún rojo (Thunnus thynnus)
Estas especies se distribuyen en 23 poblaciones, de las cuales el 78 % se encuentra en buen estado, el 13 % sufre sobrepesca y 9 % se halla en un nivel intermedio, según el informe ‘Estado de las Pesquerías de Atún en el Mundo 2024‘, realizado por la Fundación Internacional para la Sostenibilidad de la Pesca (ISSF).
La especie más comercializada del mundo es el atún listado que se captura principalmente en el Pacífico Occidental. En España, el consumo se centra en el atún rabil (usualmente en lata) y el bonito (en lata, en tarro y en fresco durante la temporada de verano).
Modelo de gestión de pesca de atún
Lo más característico de los atunes es que son especies migratorias, que se desplazan miles de kilómetros, por lo que su pesca se realiza por lo general en aguas internacionales. Esta característica del atún ha requerido desde hace décadas un modelo de gestión diferente donde distintos países se ponen de acuerdo sobre las medidas para su conservación: cuánto se puede pescar, quién puede pescar y qué acciones concretas se van a poner en marcha para asegurar que las diferentes poblaciones de atún estén en buen estado de abundancia.
✔️ Resultados positivos
El modelo de gestión internacional es muy complejo y se ha ido fortaleciendo en las diferentes regiones oceánicas a través de las Organizaciones Regionales de Pesca. Las medidas tomadas en el seno de estas organizaciones han permitido, por ejemplo:
- que el bonito del Atlántico Norte se mantenga en un estado excelente y las capturas se hayan podido incrementar año a año, lo que ha supuesto más ingresos para las flotas que pescan esta importante especie.
- la recuperación del atún rojo, una especie emblemática que estuvo en situación crítica en la década de los 2000 y ahora está recuperada.
✔️ Retos
No obstante, sigue habiendo enormes retos para asegurar la sostenibilidad de todas las especies de atunes a largo plazo.
En los atunes tropicales, capturados mayormente en el océano Pacífico, Atlántico u Índico, gran parte de las especies de atún se encuentran en un estado saludable. Aun así, es importante fortalecer las medidas de gestión y reducir los impactos de la pesca de atún en el ecosistema y en otras especies, particularmente si son vulnerables, amenazadas o en peligro de extinción.
Por ejemplo, la pesca del atún puede afectar negativamente a tiburones, rayas y tortugas, que son capturadas de forma incidental. También puede generar pesca fantasma de otras especies, cuando quedan atrapadas en los aparejos perdidos o abandonados; y estos aparejos pueden también afectar a corales u otros ecosistemas vulnerables, si se acercan a la costa.
Iniciativas de la flota atunera
Con el fin de evitar todos estos impactos negativos:
- la flota atunera de altura ha puesto en marcha ambiciosas iniciativas para mejorar las artes de pesca y formación de la tripulación, que posibilitan minimizar la captura incidental y permitir la liberación y supervivencia de las especies capturadas que no sean atún.
- se han mejorado los sistemas de localización y recuperación de los aparejos de pesca con el objetivo de evitar que se pierdan e impacten en los corales.
- a través de programas de observadores a bordo y proyectos científicos se está logrando un mejor conocimiento de las poblaciones de atún y de los factores ligados a su pesca que afectan al ecosistema.
✔️ La flota española y la certificación MSC para diversas especies
La flota pesquera española está liderando muchos de los cambios citados.
- Las cofradías vascas participaron de forma activa en la mejora de la gestión del bonito del Norte y logró la certificación MSC de pesca sostenible en 2016. Actualmente, esta certificación del Marine Stewardship Council integra 186 embarcaciones de País Vasco, Cantabria y Asturias, que operan bajo un mismo certificado.
- También el atún rojo capturado por flota española en el estrecho de Gibraltar ha logrado la certificación MSC, demostrando la recuperación de esta especie en el área Mediterráneo-Atlántico Oriental.
- Y en túnidos tropicales, las embarcaciones españolas están trabajando estrechamente en ambiciosos proyectos científicos y tecnológicos para lograr una pesca más eficiente y sostenible, reducir la pesca fantasma o los residuos generados por los artes de pesca. Todo ello ha permitido que más de 396 millones de kilos de atún capturado con flota de empresas españolas cuente con la certificación MSC.
Este compromiso es esencial para asegurar que podremos seguir disfrutando del atún en el futuro. Un mejor conocimiento y gestión de las poblaciones de atún va a ser también clave para la adaptación a los efectos del cambio climático en el océano que se prevé afecte a la distribución y abundancia de estas emblemáticas especies.
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