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El azúcar en los alimentos para niños
Dulces para niños bien cargados de azucarillos
Un estudio que acaba de publicar la revista ‘Bristish Medical Journal Open’ señala que sólo el 9% de los yogures de los supermercados analizados son bajos en azúcar y casi ninguno de estos forma parte de la categoría de lácteos destinados específicamente a los niños, que son los que más yogures consumen generalmente. Son, concretamente, los naturales/griego. El resto (de sabores, con frutas, orgánicos, bebidos, de postre…) contienen hasta 10 gramos de azúcares añadidos. Esto significa que con el consumo de un yogur de piña, por ejemplo, cuyo contenido en azúcares es de 15,6 gramos, estamos consumiendo la mitad del máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los sobaos
Dos sobaos pasiegos de 75 gramos contienen más de 28 gramos de azúcar, según la plataforma sinAzucar.org, tres más del máximo diario recomendado por la OMS.
Galletas de chocolate
Cuatro galletas rellenas de chocolate de las que toman muchos niños en el desayuno tienen 33,6 gramos de azúcar, equivalente a más de ocho terrones de los que se añaden al café.
Golosinas
Una bolsita de dulces de cumpleaños de 100 gramos contienen 56 gramos de azúcar, es decir, 14 terrones.
Tableta de chocolate
Una tableta de chocolate con leche destinada al público infantil puede tener casi el 60% de su contenido de azúcares, 57,8 gramos en una pieza de 100 gramos.
Galletas de desayuno
Ocho galletas anunciadas como ideales para el desayuno de los más pequeños pueden aportar lo mismo que cuatro azucarillos.
Un potito para bebés
Por ejemplo, en un potito de manzana, plátano y galleta (de 250 gramos) hay contenidos 27,5 gramos de azúcares libres. Es decir, los pequeños están ingiriendo en una sola comida 6,8 terrones de azucár.
Bollería industrial
Hay una amplia gama de bollería industrial que por cada 55 gramos puede contener 21 gramos de azúcares. Esto supone 5,25 terrones.
Barras de chocolate
En esta categoría hay varias marcas. Sólo en 60 gramos llevan 36 de azúcar, 11 más del máximo aconsejado por la OMS. Equivale a nueve terrones.
LAURA TARDÓN El Mundo 19 SEP.
Ni los yogures ecológicos o para niños se salvan del abuso del azúcar añadido
Los yogures españoles suelen llevar más de 10 gramos de azúcar, cuando la lactosa digerida no supera los cinco, una realidad de lo menos beneficiosa sobre todo para los niños
Yogures de sabores, con frutas, bebidos, los dirigidos específicamente a los niños, incluso los orgánicos… Ninguno se salva de la amenaza del azúcar. Según un estudio británico, el contenido de la mayoría de estos productos está muy por encima del umbral recomendado. Y en España, la oferta láctea de los supermercados no es mucho mejor. Por ejemplo, el etiquetado de un yogur normal de piña muestra 15,6 gramos de azúcar en un envase de 125 gramos.
«Es muy elevado», afirma el dietista-nutricionista y divulgador científico Aitor Sánchez. «Teniendo en cuenta que el azúcar propio de la lactosa digerida es de unos cuatro o cinco gramos, deducimos que, entonces, la industria está añadiendo unos 10 gramos». Un agregado sin justificación que lejos de aportar beneficios nutricionales, aumenta las probabilidades de sobrepeso y obesidad y, en consecuencia, todas las enfermedades asociadas al exceso de kilos, como las coronarias, la hipertensión, ictus, artrosis y algunos tipos de cáncer (mama, endometrio, colon).
Atendiendo a razones de salud, las últimas guías de la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconsejan reducir la ingesta de azúcares libres (los que se añaden a los alimentos) a menos del 10% de las calorías diarias. Sin embargo, con yogures que hasta triplican el contenido de azúcar propio de la lactosa, «el consumo de un solo envase de 125 gramos ya supondría la mitad de azúcar que como mucho se recomienda tomar al día», argumenta Sánchez.
Lo preocupante para los autores de la investigación británica es que «el yogur, que es percibido como un ‘alimento saludable’, puede ser una fuente no reconocida de azúcares agregados en la dieta». Con el objetivo de identificar y comprobar qué parte de estos productos no resulta tan saludable, un grupo de expertos de las universidades de Surrey y Leeds (Reino Unido) han evaluado los nutrientes de casi 900 yogures disponibles en cinco grandes cadenas de supermercados online de Reino Unido (lo que supone el 75% de la cuota de mercado).
Se clasificaron en ocho categorías: los dirigidos a los niños, los bebidos, otras alternativas (de soja), de postre (como la mousse de chocolate), con fruta, de sabores, orgánicos y natural/griego. Sólo los incluidos en esta última categoría contenían un promedio de cinco gramos por cada 100. «Ésta es precisamente la cantidad máxima por la que puede adjudicarse la definición ‘bajo en azúcar'», aclara Bernadetter Moore, del departamento de Ciencias nutricionales de la Universidad Surrey y uno de los autores de este análisis que acaba de publicar la revista ‘Bristish Medical Journal Open’ (BMJ Open).
El resto de los productos estudiados «excedía significativamente el contenido de azúcar recomendado», según reza el artículo. En palabras de Aitor Sánchez, en España no es muy diferente: «De todas las propuestas de un estand de yogures, sólo son saludables los naturales. Entre el 80% y el 90% de las opciones son azucaradas o edulcoradas». Según refleja el artículo británico, sólo el 9% de los yogures analizados son bajos en azúcar y casi ninguno de estos forma parte de la categoría de niños, que son los que más yogures consumen generalmente. «Esto es preocupante, sobre todo teniendo en cuenta el aumento de la obesidad infantil y la prevalencia de caries dental en esta parte de la población», alega Moore.
Como era de esperar, y a tenor de los datos aportados por ‘BMJ Open’, los yogures que más azúcar añadido tienen son los postres, con un promedio de 16,4 gramos por cada 100, «lo que representa más del 45% de la ingesta de energía diaria», puntualizan los investigadores. Después, continúa la categoría de orgánicos (con 13,1 gr/100 gr), de sabores (con 12 gr/100gr), con frutas (11,9 gr/100 gr), infantil (con 10,8 gr/100gr), otras alternativas (9,2 gr/100 gr), los bebidos (9,1 gr/100 gr) y los naturales/griego (5 gr/100 gr).
Es cierto que la evidencia científica sugiere que el yogur y otros productos lácteos fermentados ayudan a la salud digestiva y general. Constituye una buena fuente de bacterias ‘amigas’ y también aporta proteínas, calcio, yodo y vitamina B. Además, resumen los autores en el estudio, «tiene efecto positivo en el desarrollo de los huesos y reduce la erosión de los dientes». Sin embargo, y a la vista del análisis, «no todos los yogures son tan saludables como quizás los consumidores los perciban, por lo que convendría una reformulación para la reducción de azúcares añadidos«.
En esta misma línea, el experto español explica que si se atiende a la salud, «ningún yogur debería llevar azúcares añadidos y no existe razón nutricional que justifique lácteos específicamente dirigidos a los niños. Esto se hace exclusivamente desde un punto de vista publicitario».
Para aprovechar los beneficios del yogur sin la amenaza del azúcar, aparte de una regulación más estricta para la industria láctea, explica Aitor Sánchez, «debería fomentarse el consumo de estos productos, pero matizando aquellos que no llevan azúcares añadidos, es decir, los naturales». A quien no le guste el sabor, se puede mezclar con fruta, frutos secos e incluso fruta deshidratada. Hay opciones saludables para esquivar los embistes del azúcar. LAURA TARDÓN El Mundo 19 SEP.2018
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