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El calcio, más allá de un aliado para los huesos
El calcio, más allá de un aliado para los huesos
Este mineral es también fundamental para el corazón, los músculos, los nervios y la coagulación de la sangre
Por Virginia Delgado, publicado en Medicina Responsable 27 de septiembre de 2024
El calcio no sólo es un mineral que necesita nuestro cuerpo para mantener los huesos y dientes fuertes. También es importante para el corazón, los músculos, los nervios y la coagulación de la sangre. “Es fundamental, ya que participa en funciones básicas como la contracción muscular, la transmisión de las señales nerviosas y la coagulación sanguínea. Además, facilita el transporte de distintos elementos a través de las membranas celulares y actúa como cofactor de algunas enzimas por lo que interviene en múltiples procesos metabólicos”, ha explicado a Medicina Responsable Nuria García de la Torre, endocrinóloga de adultos en Centro Creciendo Madrid.
Para tener buena salud es básico contar con una aportación adecuada de calcio. No obstante, hay etapas de la vida en la que sus necesidades aumentan, como en aquellas en las que se produce un crecimiento activo. “En el embarazo, la infancia y la adolescencia se requiere un suministro adecuado para la formación y crecimiento de los huesos. Posteriormente, en las mujeres hay dos etapas de mayor demanda: la lactancia y tras la menopausia, ya que la falta de estrógenos acelera la pérdida de densidad mineral ósea”, ha subrayado la endocrinóloga.
El déficit de calcio puede disminuir la resistencia de los huesos y provocar osteoporosis (adelgazamiento de los huesos), osteomalacia (reblandecimiento de estos), mineralización ósea defectuosa, así como raquitismo en los niños. Por ello, es primordial incluir en nuestra dieta alimentos y suplementos ricos en este mineral. “Los principales son los productos lácteos, especialmente el queso, y los pescados pequeños, como las sardinas, boquerones y chanquetes, sobre todo, si se comen con espinas que es donde se encuentra la mayor concentración de calcio. Aunque lo contienen en menor cantidad, también hay fuentes vegetales de este mineral, como algunos frutos secos (almendras y avellanas), legumbres (soja, garbanzos y judías blancas) y las verduras de hoja verde oscura, como las espinacas, las acelgas, la col rizada o el brócoli”, ha enumerado la doctora Nuria García de la Torre.
Para asegurarnos una correcta aportación diaria de calcio, este debe absorberse adecuadamente, lo que se consigue teniendo buenos niveles de vitaminas D, K y B12, de magnesio, manganeso y zinc. Además, reducir el consumo de cafeína y hacer ejercicio físico también ayuda.
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