.PORTADA.
El cáncer de mama y el exceso de grasas corporal
El 40% del cáncer de mama de receptores hormonales positivos en la posmenopausia se debe a exceso de grasa corporal
Un estudio español en más de 2.000 mujeres concluye que es un factor de riesgo significativo. El impacto poblacional podría subestimarse al medirlo con el IMC en vez del CUN-BAE.
Rodríguez Diario Médico 16/10/2024 – 08:00
El cáncer de mama es la primera causa de muerte en la población femenina a nivel mundial, según la OMS. Un estudio español ha analizado la relación de este tipo de tumor con la obesidad en más de 2.000 mujeres posmenopáusicas y ha concluido que alrededor del 40% de los casos con receptor de estrógenos positivo (ER+) podrían estar relacionados con el exceso de grasa corporal. La investigación se publica en Journal of Epidemiology and Community Health.
Este porcentaje es significativamente mayor que el 10% (uno de cada 10) de los casos que actualmente se atribuyen al exceso de peso, para el que se utiliza ampliamente como medida el índice de masa corporal (IMC). Esto indica que probablemente se ha subestimado el impacto real de la obesidad en el riesgo de cáncer de mama, señalan los investigadores, quienes apuntan que el IMC no es una medida muy precisa de la grasa corporal, particularmente en mujeres mayores, porque no tiene en cuenta la edad, el sexo ni la etnia.
Para el estudio compararon el IMC con el CUN-BAE, un estimador de la adiposidad corporal desarrollado por la Clínica Universidad de Navarra que tiene en cuenta la edad y el sexo, en 1.033 mujeres blancas posmenopáusicas con cáncer de mama y 1.143 libres de la enfermedad, pero emparejadas por edad, sexo y región geográfica. Todas las mujeres habían participado en el estudio multicaso-control MCC-España, que tenía como objetivo evaluar los factores ambientales y genéticos asociados con los cánceres de intestino, mama, estómago y próstata, así como la leucemia linfocítica crónica, entre personas de 20 a 85 años. [En este proyecto MCC-España participaron 13 provincias españolas: Asturias, Barcelona, Cantabria, Girona, Granada, Guipúzcoa, Huelva, León, Madrid, Murcia, Navarra y Valencia].
A todos los participantes se les preguntó sobre factores de riesgo potencialmente influyentes: sociodemografía, estilo de vida e historial médico y reproductivo a nivel personal y familiar. La información dietética se recopiló a través de un cuestionario de frecuencia de consumo alimentario semiestructurado validado de 140 ítems, y se utilizó un cuestionario autoadministrado para recopilar información sobre el consumo habitual de alcohol entre los 30 y los 40 años.
La herramienta CUN-BAE clasifica la grasa corporal como: menos del 35%; 35%–39,9%; 40%–44,9%; y 45% y más; mientras que el IMC clasifica el peso como: menos de 25; 25–29,9; 30–34,9; y 35 y más. El IMC promedio fue de poco más de 26 en el grupo de comparación y de poco más de 27 en las mujeres con cáncer de mama. El CUN-BAE promedio fue de poco menos del 40% en el grupo de comparación y casi del 40,5% en las mujeres con cáncer de mama.
Se observó un IMC inferior a 25 (referencia) en el 45% de las mujeres del grupo de comparación y en el 37% de las que padecían cáncer de mama, mientras que se observó un IMC de 30 o más, que significa obesidad, en el 20% del grupo de comparación y en poco más del 24% en el grupo de las que padecían cáncer, respectivamente.
Los investigadores observaron un CUN-BAE inferior al 35% (referencia) en el 20,5% de las mujeres del grupo de comparación y en el 16% de las que padecían cáncer de mama, y un CUN-BAE del 40% o superior en poco más del 46% de las mujeres del grupo de comparación y en el 53% de las que padecían cáncer de mama. Un CUN-BAE del 45% o más se asoció con más del doble de riesgo de cáncer de mama posmenopáusico en comparación con un CUN-BAE inferior al 35%.
No se observó una tendencia similar para el IMC, lo que llevó a los investigadores a estimar que el 23% de los casos de cáncer de mama eran atribuibles al exceso de grasa corporal utilizando el IMC y hasta el 38% utilizando el CUN-BAE.
Contenidos relacionados
Pero estas diferencias sólo fueron evidentes en el caso de los cánceres hormonalmente positivos (680 casos), en los que las proporciones estimadas atribuibles al exceso de grasa corporal fueron del 20% (IMC) y del 42% (CUN-BAE).
Los investigadores, de distintos hospitales e institutos de investigación de todo el país, indican que no se pueden establecer factores causales a partir de los hallazgos de este estudio de casos y controles. Y también reconocen que la fórmula CUN-BAE se calculó a partir de una muestra de personas sedentarias y que el número de cánceres de mama que no fueron hormonalmente positivos fue pequeño.
Sin embargo, concluyen: «Los resultados de nuestro estudio indican que el exceso de grasa corporal es un factor de riesgo significativo para el cáncer de mama con receptores hormonales positivos en mujeres posmenopáusicas. Nuestros hallazgos sugieren que el impacto poblacional podría subestimarse cuando se utilizan estimaciones tradicionales del IMC, y que se deberían considerar medidas más precisas de la grasa corporal, como CUN-BAE, al estimar la carga de cáncer atribuible a la obesidad en el cáncer de mama posmenopáusico». Algo que, añaden, es crucial para planificar iniciativas de prevención eficaces.
Josep Maria Borràs, coordinador científico de la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud y director del Plan Catalán de Oncología, en declaraciones a SMC España considera que el estudio está muy bien diseñado y permite claramente responder a la pregunta planteada. «Es interesante y aporta un dato crucial: importa mucho cómo medimos la grasa corporal y cómo está distribuida, y no solo el exceso de peso medido con el índice de masa corporal».
El exceso de grasa sería el causante de hasta el 40% de los cánceres de mama posmenopáusicos
Así lo ha demostrado un estudio realizado en España por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
Por Juan García, publicado en Medicina Responsable el 16 de octubre de 2024
El sobrepeso y la obesidad son factores que aumentan el riesgo tanto de aparición como de recaída del cáncer de mama. Con el objetivo de cuantificar esta relación, un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Ciencias Biomédicas y de la Salud de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha concluido que más del 40% de los casos del tipo más frecuente de cáncer de mama se pueden atribuir a un exceso de grasa corporal.
Esta investigación, publicada en la revista Journal of Epidemiology and Community Health, se basa en el análisis de 2.000 mujeres posmenopáusicas en toda España. Con estos resultados advierten de que las evidencias que existían hasta el momento habían subestimado el porcentaje de casos de cáncer de mama con receptor de estrógenos positivo (ER+) asociados al sobrepeso y la obesidad.
Para llegar a esta conclusión, la novedad que aporta el estudio es la medición de la grasa en base al Estimador de Adiposidad Corporal de la Clínica Universidad de Navarra (el denominado método CUN-BAE), en lugar de basarse únicamente en el índice de masa corporal (IMC). El IMC había sido tradicionalmente el indicador de prevalencia de la obesidad, aunque las últimas evidencias científicas señalan que no es preciso por sí solo para este propósito. Esto explica las bajas estimaciones que se manejaban hasta el momento, que atribuían solo un 10% de los casos al exceso de grasa basándose en este indicador.
Los autores de la investigación apuntan que este es un hallazgo “crucial” para planificar estrategias de prevención más efectivas. Para el coordinador científico de la Estrategia en Cáncer del Sistema Nacional de Salud, el doctor Josep Maria Borràs, el interés de este estudio se basa en que aporta un dato “crucial”, según recoge el Science Media Centre (SMC): “Importa mucho cómo medimos la grasa corporal y cómo está distribuida, y no solo el exceso de peso medido con el índice de masa corporal”.
Este estudio forma parte del proyecto multicéntrico caso-control (MCC)-España, cuyo objetivo es investigar los factores ambientales y genéticos relacionados con varios tipos de cáncer. Gracias a estas nuevas aportaciones, los autores confían en que se pueda avanzar en la promoción de hábitos saludables como factor preventivo frente a este y otros tipos de cáncer.
Leave a reply