.Alimentación y Nutrición
El consumo excesivo de ultraprocesados por los niños españoles
Casi la mitad de la dieta de los niños en España procede de alimentos ultraprocesados
Así lo demuestra un estudio liderado por un equipo investigador de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili (URV) en Cataluña
Por Europa Press, 23 de enero de 2025
Cerca de la mitad de la dieta de los niños en España procede de alimentos ultraprocesados, según muestra un estudio liderado por un equipo investigador de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili (URV) en colaboración con el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) y el Centro de Investigación Biomédica en Red Obesidad y Nutrición (CIBEROBN).
La investigación, publicada en JAMA y recogida por la revista Consumer, analizó el impacto en la salud de una dieta rica en ultraprocesados en 1.500 niños entre los tres y los seis años de Reus, Córdoba, Santiago de Compostela, Navarra, Valencia, Barcelona y Zaragoza, que forman parte del estudio multricéntrico CORALS. Esta encontró que de cada 100 gramos de alimento consumidos por los niños, unos 47 gramos eran ultraprocesados.
El pediatra de Atención Primaria y secretario general de la Sociedad Catalana de Pediatría, Pepe Serrano, ha confirmado en declaraciones para Consumer que en los últimos años se ha producido un cambio en los patrones dietéticos de los más pequeños, en los que antes predominaba «la cocina de la abuela», que ha sido sustituida por «una cantidad enorme de alimentos poco recomendables».
«En la alimentación complementaria, a partir de los seis meses, ya hay productos específicamente diseñados para bebés que son ultraprocesados y poco recomendables, que se venden en supermercados y farmacias y que son innecesariamente ricos en azúcares y sal», ha señalado Serrano. Sin embargo, el pediatra ha advertido de los riesgos que tiene el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados en los niños por su contenido en grasas, azúcares y sal, además de por la posibilidad de que los niños se habitúen a las texturas y sabores de estos alimentos y luego sea más difícil atraerlos hacia la fruta o la verdura. «A partir de un año de vida, un menor puede comer los mismos alimentos que un adulto; la única precaución que debemos tomar tiene que ver con la forma y el tamaño del alimento para evitar que se atraganten», ha afirmado Serrano.
Sobre los efectos del consumo de ultraprocesados en la primera infancia, la profesora investigadora de la URV y coautora del estudio citado, Nancy Babio, ha comentado una alteración en los parámetros cardiometabólicos. En este sentido, los niños que consumían más ultraprocesados tenían unas puntuaciones más altas en el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura, el índice de masa de grasa y los niveles de azúcar en sangre, así como niveles más bajos de colesterol HDL en sangre.
En esta línea, Babio ha añadido que, según las estadísticas, la esperanza de vida va a empezar a decrecer como consecuencia del adelanto de enfermedades que ahora son propias de la adultez, motivado por las elecciones alimentarias. «No solo vivirán menos, sino con menos calidad de vida», ha indicado Babio sobre las nuevas generaciones.
No obstante, la experta ha asegurado que la solución no está en prohibir el consumo de estos alimentos en casa porque, según considera, «la restricción conduce al abuso». «Un alimento prohibido genera deseo y al final, cuando lo comen, se exagera el consumo», ha concluido.
Más del 36% de los niños en España tienen obesidad o sobrepeso por el auge de los ultraprocesados
Publicado en Restauración Colectiva el Lunes, 03 de febrero 2025
Más del 36% de los niños españoles presentan sobrepeso u obesidad, una tendencia que se agrava por el aumento del consumo de alimentos ultraprocesados, que ha pasado del 11% en 1990 al 40% en 2023. Un estudio reciente realizado por la URV y otros centros revela que casi la mitad de los alimentos consumidos por los niños son ultraprocesados, lo que se asocia a mayores índices de masa corporal, mayor circunferencia de cintura y un deterioro en los parámetros cardiometabólicos.
La revista Consumer informa de que en España más del 36% de los niños sufren sobrepeso u obesidad, una estadística que confirman otros estudios, como el Aladino 2023 (sobre alimentación, actividad física, desarrollo infantil y obesidad). Estas cifras alarmantes, llegan acompañadas por un fenómeno aún más grave, la aparición temprana de enfermedades cardiometabólicas, como diabetes tipo 2, hipertensión o colesterol alto, que antes eran casi exclusivas de los adultos.
Cambios en la alimentación infantil
Durante las últimas décadas, la dieta infantil en España ha sufrido un cambio radical y el consumo de alimentos ultraprocesados se ha disparado, pasando del 11% en 1990 al 40% en 2023, aunque hay estudios que apuntan a datos aún más altos. Un estudio publicado en la revista Jama en mayo de 2024 y liderado por un equipo investigador de la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili (URV) en colaboración con el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) y el Centro de Investigación Biomédica en Red Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), encontró que, de cada 100 gramos de alimento consumidos por los niños, unos 47 gramos eran ultraprocesados.
Pepe Serrano, pediatra de atención primaria y secretario general de la Sociedad Catalana de Pediatría, con más de 35 años de experiencia, insiste en el cambio de hábitos en las familias: “Antes predominaba la cocina de la abuela, pero ahora se ha perdido y ha sido reemplazada por una cantidad enorme de alimentos poco recomendables”.
Esta transición hacia un mayor consumo de ultraprocesados ha desplazado las tradiciones dietéticas saludables, como la dieta mediterránea, que se caracteriza por su riqueza en vegetales, frutas, legumbres y pescado, todos frescos y preparados de maneras que mantienen su valor nutricional. Pero la globalización ha arrasado con la mayoría de las dietas tradicionales, desplazando alimentos saludables y poniendo en su lugar productos con escaso valor nutricional y con un altísimo grado de adherencia por sus características, como su bajo precio o su sabor.
“En la alimentación complementaria, a partir de los seis meses, ya hay productos específicamente diseñados para bebés que son ultraprocesados y poco recomendables, que se venden en supermercados y farmacias y que son innecesariamente ricos en azúcares y sal”, explica el pediatra Pepe Serrano para la revista Consumer.
Como señala Serrano, según la ciencia no existen productos destinados a los niños. “A partir de un año de vida, un menor puede comer los mismos alimentos que un adulto; la única precaución que debemos tomar tiene que ver con la forma y el tamaño del alimento para evitar que se atraganten”, recuerda Serrano.
El efecto de los ultraprocesados en los menores
Comer alimentos ultraprocesados desde pequeños tiene dos efectos negativos claros, explica el pediatra Pepe Serrano: “un efecto directo, porque aquello que comen no es adecuado por la cantidad de grasas, azúcares o sal, pero también tiene una consecuencia indirecta: los niños se van habituando a texturas y sabores que no existen en los alimentos sin procesar”, por lo que es casi imposible que se sientan atraídos por la fruta o las verduras.
El estudio de la Universitat Rovira i Virgili, investigó el impacto que tiene en la salud una dieta rica en ultraprocesados en 1.500 niños entre los tres y los seis años de diferentes ciudades (Reus, Córdoba, Santiago de Compostela, Navarra, Valencia, Barcelona y Zaragoza), que forman parte del estudio multicéntrico Corals. “Aunque se trate de un estudio observacional, la tendencia que hemos visto es alarmante”, dice Khoury, doctora adscrita a todos estos centros e investigadora principal del estudio. “El consumo de ultraprocesados en la primera infancia ya muestra afectación en los parámetros cardiometabólicos”, añade Nancy Babio, profesora investigadora de la URV y coautora del estudio.
Según los resultados, los niños que consumían más ultraprocesados tenían unas puntuaciones más altas en el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura, el índice de masa de grasa y los niveles de azúcar en sangre. También tenían niveles más bajos de colesterol HDL –el ‘bueno’– en sangre. “Lo importante no es la cifra, si no que, si ya con tres años vemos esta relación y esto se mantiene en el tiempo, estos niños aumentarán de peso y se presentaran las comorbilidades asociadas”, afirma Babio.
Las elecciones alimentarias que tomamos para nuestros hijos, marcadas por la presencia excesiva de ultraprocesados, están determinando su salud presente y futura. “En la historia de la humanidad, cada nueva generación ha aumentado su esperanza de vida respecto a la anterior. Las estadísticas nos dicen que, por primera vez en la historia, nuestros hijos vivirán menos que sus padres porque se adelantan 30 años todas las enfermedades del adulto. No solo vivirán menos, sino con menos calidad de vida”, concluye Nancy Babio.
En las edades tempranas es donde se establecen los hábitos, que se consolidan en la adolescencia. Esto, junto con las consecuencias nefastas que tienen sobre la salud, nos podría llevar a pensar que lo mejor sería prohibir el consumo de estos alimentos en casa, pero Babio opina diferente: “Una de las cosas que me gusta decir es que es la restricción conduce al abuso. Un alimento prohibido genera deseo y al final, cuando lo comen, se exagera el consumo”.
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