.Hábitos de vida
El peligro del consumo de alcohol
El consumo intermitente de alcohol provoca pérdida de conexiones perineuronales en el cerebro de los adolescentes
Este daño podría afectar a la memoria y al aprendizaje y aumentar el riesgo de problemas cognitivos, según el grupo Neurofan, de la Facultad de Farmacia del CEU, autor del estudio.
Las redes perineuronales constituyen la matriz que rodea a las neuronas y las protege de diversos daños, como la exposición al alcohol. Foto: LUIS CAMACHO.
Gema Suárez Mellado Diario Médico 15.02.24
Investigadores del grupo Neurofan de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo han descubierto en un modelo animal que el consumo intermitente de alcohol, lo que se conoce como el botellón, durante la adolescencia produce un marcado descenso de las redes perineuronales en el hipocampo, «un área cerebral fundamental en procesos de memoria y aprendizaje», afirma Gonzalo Herradón, coordinador del grupo.
Este hallazgo, publicado en Neuropharmacology, es importante porque, por primera vez, descubren esta alteración en el cerebro del adolescente provocada por el alcohol. Según Herradón, estas redes constituyen la matriz que rodea a las neuronas y las protege de diversos daños, como la exposición a un tóxico como el alcohol. Y añade que sin esa matriz las neuronas se vuelven más vulnerables a esos daños. Además, «esa gran pérdida de neuronas inmaduras en el hipocampo adolescente se ha relacionado con problemas cognitivos a corto y largo plazo y con un aumento del riesgo de sufrir demencia u otras enfermedades neurodegenerativas de forma precoz«, advierte Herradón.
El coordinador de Neurofan explica a CF que la investigación se ha realizado con un modelo concreto: el de Acceso Intermitente a Alcohol durante la adolescencia (IAE, Intermittent access to ethanol). «Es un modelo hecho en ratones machos y hembras, en el que tienen acceso voluntario tres días a la semana a beber alcohol (o agua, es de elección). Es un modelo muy validado y traslacional para entender los efectos del consumo intermitente de alcohol durante la adolescencia».
CUÁNTO HAY QUE BEBER
Pero, ¿cuánto tiempo tendrían que estar haciendo botellón los adolescentes para sufrir estos daños? ¿Aparecerían desde los primeros consumos? A esta pregunta, Herradón responde que depende de los niveles de alcohol en sangre que se alcancen. «El caso más extremo es el de una intoxicación etílica aguda, con pérdida de conciencia, que en el ser humano suele conllevar el ingreso en Urgencias».
El experto apunta que el año pasado publicaron este modelo en ratón, con un daño muy marcado en ciertas áreas del cerebro, como el hipocampo, tanto en machos como en hembras tras una única administración aguda de alcohol. «En este modelo se observa una pérdida muy grande de neuronas inmaduras que no se van a recuperar». Y añade que se puede paliar esta pérdida con nuevos progenitores neuronales, pero no del todo. «Es una de las razones por las que en modelos animales se ven signos de deterioro cognitivo o demencia en el animal adulto, tras haber pasado por este tipo de intoxicaciones durante la adolescencia».
Ahora bien, en este estudio que acaban de publicar dice que el modelo empleado es «menos severo y más prevalente en el humano». Por tanto, confirma que se trata de «un consumo intermitente que, en cada ocasión, da lugar a unos niveles moderados de alcohol en sangre y que no conllevan ni intoxicación ni pérdida de conciencia». Así pues, han visto que, en este caso, se produce ese mismo daño en el hipocampo, eso sí «de menor intensidad, y, curiosamente, sólo en ratones macho». Por tanto, «al ser un daño menos profundo y perderse menos neuronas inmaduras, es más factible recuperar la neurogénesis en esa zona».
Es por ello que insiste en que, en cuestiones de drogas de abuso, «la dosis y el patrón de repetición del consumo es clave«.
Eso sí, Herradón deja claro que «lo importante no es recuperar las redes perineuronales perdidas, si no paliar el déficit de neuronas inmaduras que elimina el alcohol». Y es que afirma que «es muy posible recuperar las redes perineuronales, porque es una matriz muy dinámica, pero es muy difícil que la formación de nuevas neuronas (neurogénesis) palíen la perdida de neuronas inmaduras por el alcohol. Cuanto menor sea la perdida, más fácil será esta compensación».
ESTRATEGIA TERAPÉUTICA
Este hallazgo ha sido fruto de un proyecto de investigación del Plan Nacional Sobre Drogas (iniciado en 2019), en el que se observó cómo la modulación farmacológica de la proteína PTPRZ a través de un compuesto en investigación puede prevenir los efectos del alcohol en el hipocampo adolescente. Y es que, «esta proteína -especifica a CF- actúa como uno de los ganchos para anclar la matriz extracelular que envuelve esas neuronas, las redes perineuronales. Si conseguimos que el alcohol no disminuya estas redes, actuando sobre ese anclaje, incrementaremos la protección de esas neuronas a los efectos neurotóxicos del alcohol», señala Herradón.
Estamos pues, ante una estrategia terapéutica para la prevención del daño que produce el alcohol en el cerebro adolescente. «Además, la dosis ensayada de este compuesto es capaz de disminuir significativamente el consumo voluntario de alcohol en ratones adolescentes macho, no en hembras. En ratones hembra, probablemente, necesitemos subir la dosis, pero son ensayos que realizaremos a corto plazo», declara.
De momento, están en fase preclínica del desarrollo del compuesto, probando su eficacia y también han evaluado ciertos parámetros clave de farmacocinética. «Todavía queda por analizar los posibles efectos adversos del compuesto, aunque de momento, los ratones tratados durante varias semanas con el compuesto no han mostrado ninguno», asegura.
Asimismo, con el nuevo proyecto del Plan Nacional Sobre Drogas concedido en la convocatoria de 2023 al grupo del profesor Herradón, pretenden estudiar durante los próximos dos años si los efectos beneficiosos de esta nueva estrategia terapéutica también son capaces de prevenir el deterioro cognitivo a largo plazo que se observa tras el consumo episódico de altas cantidades de alcohol durante la adolescencia.
CERO ALCOHOL
Según Herradón, esta posible estrategia terapéutica estaría indicada en consumo de alcohol en general y, en este caso, en adolescencia en particular. Eso sí, «el objetivo debe ser siempre reducir el consumo de alcohol lo máximo posible mediante estrategias holísticas, que incluyan educación de la población, leyes, prevención, etc.», subraya. Y es que, reafirma que «la única dosis segura de alcohol es cero, porque es una sustancia con un potencial carcinogénico tremendo en muchos órganos y tejidos, pero si no se puede llegar a ella, hay que limitar su consumo lo máximo posible». Por tanto, insiste en que esta estrategia terapéutica «estaría indicada para reducción de consumo (ya hay otros fármacos para esta indicación) y prevención del daño que produce el alcohol en el cerebro».
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