.PORTADA.
El problema de las bebidas azucaradas
Las bebidas azucaradas causan 2,2 millones de nuevos casos mundiales de diabetes 2
Un informe mundial alerta de que la incidencia en los países en desarrollo es especialmente alarmante. Se insta a promover medidas preventivas y de concienciación social.
Raquel Serrano publicado en Diario Médico el 06/01/2025 – 17:00
Cada año se producen 2,2 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2 y 1,2 millones de nuevos casos de enfermedades cardiovasculares en el mundo debido al consumo de bebidas azucaradas, según las estimaciones de un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela de Ciencias y Políticas de Nutrición Gerald J. y Dorothy R. Friedman de la Universidad de Tufts,en Boston, Estados Unidos, y que acaba de publicar Nature Medicine.
En los países en desarrollo, el número de casos es particularmente alarmante, señala el trabajo. Así, en el África subsahariana, los datos ponen de manifiesto que las bebidas azucaradas contribuyeron a más del 21% de todos los nuevos casos de diabetes. En América Latina y el Caribe, participaron en casi el 24% de los nuevos casos de diabetes y a más del 11% de los nuevos casos de enfermedades cardiovasculares.
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Colombia, México y Sudáfrica son países que se han visto especialmente afectados. Más del 48% de todos los nuevos casos de diabetes en Colombia se atribuyeron al consumo de bebidas azucaradas. Casi un tercio de todos los nuevos casos de diabetes en México se relacionaron con el consumo de bebidas azucaradas. En Sudáfrica, el 27,6% de los nuevos casos de diabetes y el 14,6% de los casos de enfermedades cardiovasculares se atribuyeron al consumo de bebidas azucaradas, detalla este informe.
Las bebidas azucaradas se digieren rápidamente, lo que provoca un aumento repentino de los niveles de azúcar en sangre y poco valor nutricional. Su consumo regular a lo largo del tiempo provoca aumento de peso, resistencia a la insulina y una serie de problemas metabólicos relacionados con la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas, dos de las principales causas de muerte en el mundo.
Países menos preparados
Dariush Mozaffarian, autor principal del artículo y director del Food is Medicine Institute de la Escuela Friedman de la citada universidad estadounidense, explica que las bebidas azucaradas se comercializan y venden intensamente en países de ingresos bajos y medios. «Estas comunidades no sólo consumen productos nocivos, sino que además suelen estar menos preparadas para afrontar las consecuencias a largo plazo para la salud».
Según los autores, a medida que los países se desarrollan y aumentan los ingresos, las bebidas azucaradas se vuelven más accesibles y deseables. Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de sufrir las consecuencias del consumo de bebidas azucaradas, al igual que los adultos más jóvenes en comparación con sus contrapartes de mayor edad.
«Necesitamos intervenciones urgentes y basadas en evidencia para frenar el consumo de bebidas azucaradas a nivel mundial, antes de que sus efectos sobre la diabetes y las enfermedades cardíacas acorten aún más vidas”, dice Laura Lara-Castor, primera autora del artículo, quien obtuvo su doctorado en la Escuela Friedman y ahora trabaja en la Universidad de Washington. Entre las medidas que se piden destacan la adopción de una estrategia multifacética, que incluya campañas de salud pública, la regulación de la publicidad de bebidas azucaradas y la imposición de impuestos a las bebidas azucaradas.
Algunos países ya han tomado medidas en esta dirección. México, por ejemplo, que tiene una de las tasas de consumo per cápita de bebidas azucaradas más altas del mundo, introdujo un impuesto a estas bebidas en 2014. Los primeros datos indican que el impuesto ha sido eficaz para reducir el consumo, en particular entre las personas de bajos ingresos.
«Es necesario hacer mucho más hincapié, especialmente en países de América Latina y África donde el consumo es alto y las consecuencias para la salud son graves», afirma Mozaffarian.
Últimos hallazgos sobre fructosa
Muchas de las bebidas azucaradas que se comercializan actualmente contienen fructosa. Esta sustancia es un azúcar natural que se obtiene principalmente de las frutas. Pero, también se utiliza para la elaboración de alimentos procesados, bebidas carbonatadas, zumos procesados, golosinas y bollería industrial, entre otros. A su ya demostrada influencia negativa en el riesgo cardiovascular, cuando no procede de una fuente natural y se consume en exceso vía productos procesados, se van sumando otras repercusiones para la salud.
Un nuevo hallazgo indica que las descendientes de madres que tomaron fructosa durante la gestación presentan a su vez una gestación anómala, con alteraciones a nivel de la placenta que podrían contribuir al desarrollo de preeclampsia, en comparación con el grupo control, según los principales resultados de una investigación en modelo animal publicado en Nutrients.
Estos datos proceden de un ensayo realizado por el grupo de investigación Nutrigenómica y programación fetal (NUTRIPRO), dirigido por Carlos Bocos, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Farmacia de la Universidad CEU San Pablo de Madrid e investigador principal del citado grupo.
El último informe de este equipo español, uno de los más especializados en las repercusiones de la fructosa artificial sobre la salud, que acaba de publicarse en Foods, añade una nueva alerta: demuestra que la ingesta de fructosa durante el embarazo no sólo provoca hipertrofia cardíaca en las descendientes, sino que este efecto se agrava cuando consumen fructosa durante su propia gestación.
Ambas formas de hipertrofia surgen inicialmente como reacciones adaptativas al estrés cardíaco. Mientras que la hipertrofia fisiológica preserva la función cardíaca a largo plazo, la hipertrofia patológica se asocia con resultados cardiovasculares adversos, como insuficiencia cardíaca, arritmias y aumento de la mortalidad. «Aunque inicialmente la hipertrofia puede ser una respuesta natural al aumento de la presión arterial o del volumen sanguíneo, su persistencia a largo plazo se convierte en un factor de riesgo importante para la salud cardiovascular. Es más, la ingesta de fructosa durante el embarazo también se ha visto que puede causar hipertrofia en el corazón materno«, según adelantaba Bocos a DM.
Las bebidas azucaradas causan millones de nuevos casos de diabetes y enfermedades cardiovasculares cada año
- Un nuevo estudio publicado en la revista ‘Nature Medicine’ alerta de que las cifras son especialmente alarmantes en países en desarrollo.
- Más información: España, incapaz de frenar la diabetes: «La estamos diagnosticando en pacientes más jóvenes cada vez»
J.A. Gómez, publicado en El Español 6 enero 202516:59h
Un nuevo estudio realizado por investigadores de la Escuela Gerald J. y Dorothy R. Friedman de Ciencia y Política de la Nutrición de la Universidad de Tufts, publicado en Nature Medicine este lunes, estima que 2,2 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2 y 1,2 millones de nuevos casos de enfermedades cardiovasculares ocurren cada año a nivel mundial debido al consumo de bebidas azucaradas.
En los países en desarrollo, las cifras son particularmente alarmantes. En África subsahariana, el estudio encontró que las bebidas azucaradas contribuyeron a más del 21% de todos los nuevos casos de diabetes. En América Latina y el Caribe, contribuyeron a casi el 24% de los nuevos casos de diabetes y a más del 11% de los nuevos casos de enfermedades cardiovasculares.
Colombia, México y Sudáfrica son países especialmente afectados. Más del 48% de todos los nuevos casos de diabetes en Colombia se atribuyeron al consumo de bebidas azucaradas. Casi un tercio de los nuevos casos de diabetes en México estuvieron vinculados al consumo de estas bebidas. En Sudáfrica, el 27,6% de los nuevos casos de diabetes y el 14.6% de los casos de enfermedades cardiovasculares fueron atribuibles al consumo de bebidas azucaradas.
Las bebidas azucaradas se digieren rápidamente, provocando un aumento en los niveles de azúcar en sangre con poco valor nutricional. El consumo regular a lo largo del tiempo conduce al aumento de peso, resistencia a la insulina y una serie de problemas metabólicos relacionados con la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas, dos de las principales causas de muerte en el mundo.
«Las bebidas azucaradas se comercializan y venden de forma agresiva en países de ingresos bajos y medianos. No solo estas comunidades consumen productos dañinos, sino que a menudo están menos preparadas para lidiar con las consecuencias a largo plazo para la salud», asegura Dariush Mozaffarian, autor principal del estudio y director del Instituto Food is Medicine de la Escuela Friedman.
Intervenciones urgentes
A medida que los países se desarrollan y los ingresos aumentan, las bebidas azucaradas se vuelven más accesibles y deseables, señalan los autores. Los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de sufrir las consecuencias del consumo de estas bebidas, al igual que los adultos jóvenes en comparación con los mayores.
«Necesitamos intervenciones urgentes basadas en evidencia para reducir el consumo de bebidas azucaradas a nivel mundial, antes de que más vidas sean acortadas por sus efectos en la diabetes y las enfermedades cardíacas», apunta Laura Lara-Castor, autora principal del estudio, quien obtuvo su doctorado en la Escuela Friedman y ahora trabaja en la Universidad de Washington.
Los autores del estudio abogan por un enfoque multifacético, que incluya campañas de salud pública, regulación de la publicidad de bebidas azucaradas y la implementación de impuestos sobre estas bebidas. Algunos países ya han tomado medidas en esta dirección. México, que tiene una de las tasas de consumo per cápita de bebidas azucaradas más altas del mundo, introdujo un impuesto a estas bebidas en 2014. La evidencia inicial sugiere que el impuesto ha sido efectivo para reducir el consumo, particularmente entre individuos de menores ingresos.
«Se necesita hacer mucho más, especialmente en países de América Latina y África, donde el consumo es alto y las consecuencias para la salud son graves», dice Mozaffarian, quien también es Profesor Jean Mayer de Nutrición en la Escuela Friedman. «Como especie, necesitamos abordar el consumo de bebidas azucaradas».
Bebidas azucaradas, detrás de 2 millones de casos de diabetes y un millón de diagnósticos de enfermedades cardiovasculares en 2020
Un estudio relaciona el 9,8% de los casos globales del trastorno metabólico y el 3,1% de los problemas de corazón con la ingesta de refrescos y otras bebidas con azúcar
- G. LucioMadrid, Publicado en El Mundo Martes, 7 enero 2025 – 09:33
En 2020 se produjeron 2,2 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2 y 1,2 millones de nuevos casos de enfermedad cardiovascular debido al consumo de bebidas azucaradas. Así lo señala una investigación publicada este lunes en la revista Nature Medicine que atribuye el 9,8% de los casos globales del trastorno metabólico y el 3,1% de los problemas de corazón registrados en 184 países del mundo a la ingesta de este tipo de bebidas.
Eso supone nada menos que uno de cada 10 casos de diabetes tipo 2 y uno de cada 30 diagnósticos de enfermedad cardiovascular, señalan los autores del trabajo, dirigidos por científicos de la Universidad de Tufts (Boston, EEUU), que han estimado que el consumo de bebidas azucaradas causó 80.278 muertes por diabetes y 257.962 fallecimientos debidos a enfermedades cardiovasculares en 2020.
La mayoría de los casos de enfermedad se produjeron en América Latina y el Caribe, seguidos del África Subsahariana. Así, la investigación halló que en la citada región americana el 24,4% de los nuevos casos de diabetes tipo 2 y el 11,3% de los problemas cardiovasculares estaban relacionados con el consumo de bebidas azucaradas, como refrescos o bebidas energéticas. En África, tomar estos productos se asoció con el 21,5% de los nuevos casos de diabetes y el 10,5% de los casos de enfermedad cardiovascular.
Llama la atención el caso particular de Colombia y México, con un 48% y un 30% respectivamente de los casos de diabetes tipo 2 asociados a las bebidas azucaradas.
En general, el trabajo descubrió que había más varones que mujeres afectados y que el problema se daba también más frecuentemente en adultos jóvenes en lugar de en personas de edad más avanzada.
Numerosos estudios habían señalado previamente este lazo entre los refrescos azucarados y un mayor riesgo de desarrollar problemas del corazón y enfermedades metabólicas.
Debido a sus características, el consumo de bebidas azucaradas es una forma muy rápida de ingerir un buen número de calorías sin que eso provoque efectos saciantes.
Además de contribuir a una ganancia de peso, estas dosis rápidas de glucosa se relacionan con trastornos metabólicos, como la resistencia a la insulina; contribuyen a la producción de grasa visceral y activan procesos inflamatorios, lo que explica su relación con las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
184 países analizados
Para llevar a cabo su investigación, un numeroso equipo de científicos de todo el mundo dirigido por Laura Lara-Castor y Dariush Mozaffarian, de la Universidad de Tufts, analizó la información de la Global Dietary Database, una base de datos que incorpora estimaciones del consumo de bebidas azucaradas, con datos sobre tasas de obesidad y diabetes y desarrolló un modelo para estimar la relación entre ambos factores en 184 países de todo el mundo.
Los datos de su trabajo mostraron la existencia de un problema importante. «Necesitamos intervenciones urgentes y basadas en la evidencia para frenar el consumo de bebidas azucaradas de forma global, antes de que más vidas se acorten por sus efectos sobre la diabetes y la enfermedad cardiovascular», ha señalado, en un comunicado distribuido por la Universidad de Tufts, Lara-Castor, que tras pasar por el centro de Massachusetts, ahora investiga en la Universidad de Washington.
Al analizar las tendencias entre 1990 y 2020, los investigadores hallaron que el mayor incremento en la proporción de casos de diabetes y enfermedad cardiovascular que podían atribuirse al consumo de refrescos azucarados se daba en el África Subsahariana, con un aumento, respectivamente del 8,8% y del 4,4%.
«Nuestros datos proporcionan una evidencia fuerte y clara de que la transición nutricional desde una dieta tradicional hacia una occidentalizada ya se ha producido en gran parte de la región, lo que requiere políticas urgentes y medidas de salud pública», señalan los investigadores en la revista médica.
Aunque reconocen que su trabajo tiene limitaciones, no permite establecer relaciones de causa efecto, y en algunos casos, se basa en datos limitados, señalan que la investigación también tiene fortalezas que sostienen la relevancia de sus conclusiones.
«Nuestros hallazgos enfatizan la necesidad de intervenciones dirigidas, que tengan en cuenta las desigualdades sociales y se alineen con los objetivos de salud global», reclaman.
Y concluyen: «Aunque en algunos países ya se han puesto en marcha políticas para frenar la ingesta de bebidas azucaradas, nuestro estudio sugiere que hay más trabajo por hacer. Al señalar los países y las subpoblaciones más afectadas, nuestra investigación puede ser útil a la hora de dar forma a políticas efectivas e intervenciones que finalmente reduzcan la carga cardiometabólica de las bebidas azucaradas de forma global».
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