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El vino y la salud
¿Una copita de vino al día es buena para el corazón?
Beber vino para cuidar la salud del corazón es un mito muy extendido. La Sociedad Europea de Cardiología subraya que “no debe promoverse el consumo de alcohol para protegerse de la enfermedad cardiovascular”
Por Adam Martín Skilton 19 de julio de 2024
El alcohol es una sustancia de consumo generalizado con riesgos para la salud. Su ingesta es omnipresente y está muy interiorizada en nuestras vidas (España es el país con más cantidad de bares por persona del mundo), aunque no siempre somos conscientes de los efectos que tiene en nuestro organismo. ¿Es verdad que una copa de vino tiene efectos cardioprotectores? ¿Hay una medida de consumo seguro de alcohol? Lo detallamos en las siguientes líneas.
¿Una copita de vino es cardioprotectora?
No hay ningún mito más extendido sobre los supuestos beneficios del alcohol que este. La evidencia nos dice que no es cierto, pero, aunque lo fuera, el vino también incrementa el riesgo de desarrollar algunos tipos de cáncer, así que la elección sería, cuando menos, complicada. Por suerte, ya no hay que elegir, porque la Sociedad Europea de Cardiología dejó muy claro en 2019 que “no debe promoverse el consumo de alcohol para protegerse de la enfermedad cardiovascular”.
El problema añadido de este tipo de mensajes, fomentados por la industria vinícola, aparte de basarse en estudios con un sesgo más que evidente, es que fomentan el consumo, porque las personas solemos pensar que si una copa es buena, tres lo serán más.
¿Cuál es el límite del alcohol?
Para medir el nivel de alcohol se utiliza la Unidad de Bebida Estándar (UBE). En nuestro país, 1 UBE equivale a 10 gramos de alcohol, que es aproximadamente el contenido de unos 120 ml de vino (un vaso pequeño) o 250 ml de cerveza.
En España, el Ministerio de Sanidad ha actualizado los niveles de consumo de bajo riesgo de alcohol, pese a que se asume que cualquier consumo implica un riesgo:
- 20 g/día (2 UBE) para hombres
- 10 g/día (1 UBE) para mujeres
Consumir alcohol por encima de estos límites conlleva una mayor mortalidad en comparación con no beber o beber a un nivel más bajo.
“La gente que no bebe no es de fiar”
En España, 9 de cada 10 personas han consumido alcohol alguna vez en su vida, así que lo raro es no beber. A menudo, los abstemios son objeto de estigmatización en una sociedad donde el consumo de alcohol está tan arraigado. Existe una presión social para participar en eventos donde el alcohol es el centro, lo que puede hacer que quienes eligen no beber se sientan excluidos o juzgados.
El podcast ‘Un tema al día’, del periodista Juanlu Sánchez, dedicó un capítulo al tema llamado ‘Renunciar al alcohol también da dolor de cabeza’. Pepe, Carola y Cande, los protagonistas del capítulo, explican cómo haber dejado de beber los ha convertido en bichos raros. “Me siguen poniendo entre la espada y la pared. ‘¡Venga, no pasa nada! La gente que no bebe alcohol no es de fiar’. A mí me da un poco igual, pero si eres una persona más jovencita o tienes un poco más de inseguridad social, te va a costar lidiar con esos comentarios”, dice Carola. Según el informe ESTUDES, el 6,5 % de los jóvenes beben por encajar en un grupo.
Cómo perciben los jóvenes al alcohol
El consumo de bebidas alcohólicas está tan normalizado entre los más jóvenes que la mayoría lo ve imprescindible en sus horas de ocio y diversión. ¿Y por qué lo beben? Esto es lo que opinan los estudiantes españoles de entre 14 y 18 años:
* Ingesta de la mayor cantidad de alcohol en el menor tiempo posible. Fuente: Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (ESTUDES).Imagen: Eroski Consumer
El ejemplo del cine y las series
Don Draper, el creativo publicitario protagonista de la serie ‘Mad Men’ y sus compañeros, se toman cantidades ingentes de alcohol a todas horas por cualquier motivo. Como sucede en muchas otras series y películas, el consumo de whisky y otros licores son símbolo de estatus.
Un estudio publicado en la revista ‘Alcohol, tabaco, comida basura y deporte’ sobre las series y películas de Netflix, analizó la representación del consumo de alcohol en estos programas y encontró que el 32,7 % de los intervalos analizados mostraron contenido relacionado con el alcohol.
En Hollywood, el alcohol es un remedio contra todos los males y una herramienta para celebrarlo todo, pero a pesar de que en un solo día los protagonistas de las series pueden llegar a tomarse cantidades ingentes de alcohol, casi nunca se suelen representar los efectos nocivos de una ingesta tan elevada; en otras palabras, no les pasa nada, lo que contribuye a reducir la percepción de riesgo que tenemos sobre el alcohol.
Otro estudio publicado en la revista ‘Alcoholism: Clinical and Experimental Research’ encontró que la exposición a escenas que involucran el alcohol en las películas aumenta el riesgo de consumo excesivo entre los adolescentes.
Un estudio demuestra que beber con moderación no alarga la vida
La OMS afirma que incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden causar cáncer, sobre todo en mujeres
Miguel Á. Martínez: «Decir que el consumo cero de alcohol es lo más saludable es una moda»
Una persona bebe una copa de vino ABC
- Ibarra, publicado en ABC 25/07/2024 a las 07:41h.
Una copa de vino al día es buena para la salud. El problema es que esta afirmación se basa en investigaciones científicas erróneas, según un nuevo informe que aglutina las conclusiones de 107 trabajos previos publicado en el ‘Journal of Studies on Alcohol and Drugs‘. Por ejemplo, los estudios pueden usar un grupo de referencia de adultos mayores que han dejado o limitado el alcohol por razones de salud. Si se comparan con quienes siguen bebiendo, estos últimos parecen tener mejor salud, destaca el artículo.
A lo largo de los años, muchos estudios han sugerido que los bebedores moderados disfrutan de vidas más largas y tienen menos riesgos de enfermedades cardíacas y otras enfermedades crónicas que los abstemios. Eso ha fomentado la creencia generalizada de que el alcohol, con moderación, puede ser bueno para la salud. Sin embargo, no todos los estudios han pintado un panorama tan optimista, y el nuevo análisis arroja luz sobre el porqué.
En pocas palabras, los estudios que vinculan el consumo moderado de alcohol con beneficios para la salud padecen fallos de diseño fundamentales, explica el investigador principal Tim Stockwell, del Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias de la Universidad de Victoria.
Los resultados pueden influir en las recomendaciones dietéticas para niños/as y adolescentes, promoviendo la adopción de la dieta mediterránea como un componente clave para mejorar la salud cardiometabólica y prevenir enfermedades asociadas con la obesidad, síndrome metabólico y otros factores de riesgo
El problema principal es que esos estudios se han centrado generalmente en adultos mayores y no han tenido en cuenta los hábitos de consumo de alcohol de las personas a lo largo de su vida. Por ello, se comparó a los bebedores moderados con grupos de «abstemios» y «bebedores ocasionales» que incluían a algunos adultos mayores que habían dejado de beber o habían reducido su consumo porque habían desarrollado una serie de problemas de salud.
Alcohol y la longevidad
Para el análisis, Stockwell y sus colegas identificaron 107 estudios publicados que siguieron a personas a lo largo del tiempo y analizaron la relación entre los hábitos de consumo de alcohol y la longevidad. Cuando los investigadores combinaron todos los datos, parecía que los bebedores leves o moderados (es decir, los que bebían entre una bebida por semana y dos por día) tenían un riesgo 14% menor de morir durante el período del estudio en comparación con los abstemios.
Sin embargo, las cosas cambiaron cuando los investigadores investigaron más en profundidad. Así, encontraron algunos estudios de «mayor calidad» que incluyeron a personas relativamente jóvenes al comienzo (menores de 55 años, en promedio) y que se aseguraron de que los bebedores ocasionales y los ex bebedores no fueran considerados «abstemios». En esos estudios, el consumo moderado de alcohol no se asoció con una vida más larga.
En cambio, fueron los estudios de «menor calidad» (participantes mayores, sin distinción entre ex bebedores y abstemios de toda la vida) los que vincularon el consumo moderado de alcohol con una mayor longevidad.
La idea de que beber con moderación conduce a una vida más larga y saludable se remonta a décadas atrás. Como ejemplo, Stockwell señaló la «paradoja francesa», la idea, popularizada en la década de 1990, de que el vino tinto ayuda a explicar por qué los franceses disfrutan de tasas relativamente bajas de enfermedades cardíacas, a pesar de una dieta rica en grasas. Esa visión del alcohol como un elixir todavía parece estar «arraigada» en la imaginación pública, señaló Stockwell.
Simplemente no existe un nivel de consumo de alcohol que sea completamente ‘seguro’
Instituto Canadiense de Investigación sobre el Uso de Sustancias de la Universidad de Victoria
En realidad, afirma, el consumo moderado de alcohol probablemente no prolongue la vida de las personas y, de hecho, conlleva algunos riesgos potenciales para la salud, incluido un mayor riesgo de ciertos tipos de cáncer. Es por eso por lo que ninguna organización de salud importante ha establecido nunca un nivel de consumo de alcohol libre de riesgos.
«Simplemente no existe un nivel de consumo de alcohol que sea completamente ‘seguro», afirmó Stockwell.
Según la OMS, «incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden causar cáncer, sobre todo en mujeres», y añade que «cuanto más alcohol bebes, más alto es ese riesgo»
En este sentido, Iñaki Galán, investigador científico del Centro Nacional de Epidemiología- Instituto de Salud Carlos III, reconoce que «el mensaje de que bajas cantidades de consumo de alcohol pueden tener efectos beneficiosos en el estado de salud se ha construido sobre una evidencia científica poco sólida. Este artículo aborda los múltiples sesgos que tienen los estudios observacionales de cohortes en la asociación del consumo de alcohol y la mortalidad, destacando el uso como categoría de referencia a los no bebedores, en la que suele incluirse de forma habitual a bebedores ocasionales y exbebedores». v b
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