.Seguridad alimentaria
Hábitos de higiene
Hábitos de una buena higiene alimentaria
Mantener una buena higiene alimentaria es determinante para conservar los alimentos y prevenir intoxicaciones. ¿Qué debes tener en cuenta? En este artículo lo detallamos.
Es fundamental cuidar la higiene alimentaria para prevenir el deterioro de los alimentos y posibles intoxicaciones. Cuidando bien la conservación y el manipulado de los productos, aseguramos que estos no pierdan sabor durante los procesos.
Por otro lado, prevenimos el crecimiento de microorganismos patógenos que podrían ocasionar enfermedades en el tracto digestivo. ¿Qué debes tener en cuenta? A continuación lo detallamos.
Cómo mantener una buena higiene alimentaria: 6 hábitos
1. Limpieza
Es fundamental cuidar la limpieza de los productos y de los utensilios que se vayan a utilizar durante la manipulación. Por ello, se deben de lavar las manos antes de entrar en contacto con los alimentos.
Los cuchillos y cubiertos deben de estar bien limpios también, y es preferible que se laven en agua caliente para eliminar los restos de comida y posibles bacterias.
Una adecuada higiene de los utensilios de la cocina es determinante para mantener la seguridad alimentaria.
2. Cocinado
Otro de los factores importantes cuando hablamos de higiene alimentaria es el propio cocinado. Las altas temperaturas sirven para mejorar el sabor de las preparaciones y para eliminar las bacterias y organismos patógenos existentes en ellas.
Como lo detalla una publicación en la revista médica Epidemiology and Infection, el calor se utiliza en la industria para mejorar la conservación de los alimentos, y el propio cocinado puede cumplir perfectamente esta función.
No obstante hay que tener cuidado con el recalentamiento de los alimentos. Una vez es más que suficiente para que el producto no pierda calidad y para impedir el crecimiento de posibles bacterias u organismos que hayan quedado en estado latente.
Otro de los puntos críticos es el cocinado de las carnes. La tendencia a dejarlas algo crudas por dentro puede ser peligrosa si se desconfía de la calidad o procedencia de la misma.
La carne de pollo, pavo o la carne roja picada debe de cocinarse perfectamente y no dejarla roja en el interior. De este modo nos aseguramos la perfecta seguridad alimentaria de las preparaciones a consumir.
3. Conservación en frío
Un punto crítico en la higiene alimentaria es la conservación de los alimentos. Esta debe realizarse siempre a bajas temperaturas cuando se trata de alimentos perecederos o con riesgo microbiológico.
El congelado contribuye a eliminar ciertos organismos patógenos como el anisakis del pescado. De todos modos, el simple hecho de conservar en el frigorífico los alimentos mejora notablemente su vida útil y disminuye el riesgo.
Es necesario tener en cuenta que, a la hora de descongelar los productos, es recomendable no dejarlos a temperatura ambiente. De este modo, la mejor manera de realizar este proceso es en el propio frigorífico. Así, es posible evitar el crecimiento de organismos que hayan quedado latentes en el alimento y prevenir intoxicaciones.
Hay determinados alimentos que tienen riesgo biológico; por tanto, para su adecuada conservación se recomiendan métodos como la congelación.
4. Cuidado con las salsas
Las salsas son productos que suelen dar problemas a nivel de higiene alimentaria. La conservación de las mismas, suele ser un proceso delicado que no siempre se realiza correctamente. Nunca se debe de dejar una salsa a temperatura ambiente, mucho menos si lleva algún ingrediente como huevo o tomate.
Suelen ser un caldo de cultivo idóneo para el crecimiento de bacterias que pueden resultar nocivas para el ser humano. Por ello, es aconsejable mantenerlas en el frigorífico a baja temperatura y no consumir botes abiertos más allá de 3 días después su apertura.
Todos los años se producen intoxicaciones por salmonella o botulismo derivadas de incorrectas prácticas de conservación de salsas.
5. No mezclar alimentos
En los procesos de conservación es muy importante mantener separados los alimentos crudos de los cocinados. De lo contrario las bacterias podrían migrar y contaminar las preparaciones culinarias, ocasionando problemas.
Es buena idea introducir los alimentos en recipientes con tapa para evitar posibles contaminaciones. Además, de este modo se mejorará su conservación y se evitará la pérdida de sabor u olor.
6. Cada estante de la nevera tiene su utilidad
Las neveras habitualmente presentan diferentes estantes y cajones para guardar distintos tipos de alimentos. El modo de hacer el reparto suele estar representado mediante dibujos, y corresponde al modo de repartir el frío por todo el habitáculo.
Respetar estas indicaciones mejorará la conservación de los alimentos, ya que no todos necesitan ser guardados bajo las mismas condiciones de humedad y temperatura.
Los cajones, por ejemplo, suelen estar destinados para guardar verduras y frutas o alimentos frescos. Los primeros estantes, sin embargo, suelen ser más adecuados para los productos lácteos.
Con todas estas claves te asegurarás una correcta higiene alimentaria que servirá para prevenir posibles intoxicaciones debido a la ingesta de alimentos en mal estado. Además, mejorarás la palatabilidad de tus productos conservados. Saúl Sánchez Arias. Mejor con Salud.11 octubre, 2019
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