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Hipertensión arterial y riesgo cardiovascular
La presión arterial durante el sueño es la que determina el riesgo cardiovascular
El proyecto Hygia concluye, tras once años de trabajo sobre más de 18.000 individuos, que el riesgo cardiovascular depende del nivel de presión arterial durante el sueño y no de la presión medida en la consulta.
Juan Crespo, coordinador del proyecto en los centros de salud del Sergas; Félix Rubial, gerente de EOXI de Vigo; Belén Rubio, vicerrectora de Investigación de la Universidad de Vigo, y Ramón Hermida, coordinador del proyecto Hygia, junto con otros de los investigadores.
Los resultados del proyecto Hygia se publicaron en agosto en European Heart Journal y ahora los coordinadores de este ambicioso trabajo, Ramón Hermida, profesor de la Facultad de Ingeniería de Telecomunicaciones de la Universidad de Vigo, y Juan Crespo, coordinador de la Unidad de Investigación Compartida de Atención Primaria, los han difundido en una rueda de prensa, en la que también estuvieron el gerente de EOXI de Vigo, Félix Rubial, y la vicerrectora de Investigación de la Universidad de Vigo, Belén Rubio.
Este estudio sobre la hipertensión arterial se ha llevado a cabo por 292 investigadores de 40 centros de salud del área sanitaria de Vigo, en su mayoría, junto a otros de las áreas de Orense, Pontevedra, Santiago y Lugo. En total, analizaron a 18.078 individuos, con un promedio de seguimiento de cinco años por cada uno. “Es el estudio prospectivo de riesgo cardiovascular más grande jamás realizado”, apunta Ramón Hermida.
La principal conclusión obtenida a lo largo de once años de trabajo es muy clara: el riesgo cardiovascular se asocia con la presión arterial elevada durante el sueño, independientemente de si la presión medida en la consulta médica o cuando el paciente está despierto sea normal o alta.
Además, el estudio muestra que la reducción de la presión durante el sueño con el tratamiento antihipertensivo disminuye significativamente el riesgo de eventos cardiovasculares, convirtiéndose así en un nuevo objetivo terapéutico.
Esta nueva definición de hipertensión basada en los niveles de presión durante el sueño y el perfil circadiano (variación de la presión arterial durante 24 horas) indica que el 47 por ciento de los pacientes considerados hipertensos tienen un diagnóstico deficiente.
Juan Crespo ha destacado que la publicación de este estudio, “está revolucionando el mundo científico dadas las posibles consecuencias clínicas de la asistencia de supervivencia en relación con el diagnóstico, el pronóstico y la orientación terapéutica de la presión arterial alta y el riesgo cardiovascular; es decir, la conclusión de este estudio marcará un antes y un después en el abordaje clínico de estas patologías”.
Antes de dormir, mejor que al levantarse
Una de las principales conclusiones del estudio es que el riesgo cardiovascular en pacientes con hipertensión disminuyó significativamente cuando se administra el medicamento por la noche, a la hora de acostarse, en vez de tomarlo cuando se levantan.
En este sentido, Ramón Hermida dice que “hemos demostrado que las posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular, como un ataque al corazón, insuficiencia cardíaca o accidente cerebrovascular, se reducen en un 53 por ciento cuando el tratamiento hipertensivo se toma por la noche en lugar de por la mañana”.
Este estudio es especialmente significativo dada la alta prevalencia de hipertensión en la población, al estar presente en un 40 por ciento, y de forma más acusada –hasta el 70 por ciento- entre los ancianos.
Medición de la presión sanguínea
Los pacientes incluidos en este estudio se incluyeron sistemáticamente en un seguimiento mediante unamonitorización ambulatoria de la presión arterial (MAPA). La MAPA es la forma requerida de diagnóstico de la hipertensión, especialmente en personas de mayor riesgo, incluidos los mayores de 60 años o pacientes con diabetes o enfermedad renal crónica, con el fin de prevenir riesgos cardiovasculares.
El Proyecto Hygia supone, además, la demostración de la viabilidad y la eficacia de la implementación de una red para la incorporación gradual de la MAPA en los centros de atención primaria, lo que permite mejorar el diagnóstico certero de la hipertensión, evaluar la respuesta al tratamiento, y reducir la prevalencia de eventos cardiovasculares. Diario Médico 29-08-18
Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología. Un estudio en 218.000 personas confirma que la dieta saludable reduce mortalidad y enfermedad cardiovascular
Los últimos resultados del estudio ‘Pure’, presentados en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), en Múnich, confirman que una dieta saludable reduce la mortalidad y la enfermedad cardiovascular.
Los investigadores, dirigidos por Andrew Mente, de la Universidad de Hamilton, en Canadá, analizaron cuatro grandes estudios con diseños diversos, con datos de 218.005 personas de 52 países. Así, se recomienda una dieta con ingestas elevadas de frutas, verduras, frutos secos, legumbres, pescados, lácteos y carne roja no procesada.
La metodología del trabajo se ha basado en el análisis de las cohortes prospectivas Pure y Ontarget (mediante modelo de Cox) y los estudios de casos-control Interheart e Interstroke (mediante regresión logística). Los datos se ajustaron por edad y sexo, por educación, ratio cintura-cadera, fumadores o no fumadores, actividad física y diabetes, uso de estatinas o fármacos para reducir la presión arterial.
Además, se establecieron cinco grupos de alimentos asociados con un bajo riesgo de mortalidad que recibían una puntuación en función de los quintiles de ingesta, siendo 1 la más baja y 5 la más alta. Para la puntuación final de la dieta se sumaban los cinco grupos, de manera que la puntuación mínima era de 7 puntos y la máxima de 35.
De este modo, según los resultados del trabajo, una dieta sana se basa en 8,4 porciones diarias de fruta y verdura, 2,5 de frutos secos y legumbres, 3 de lácteos, 1,4 de carne roja no procesada y dos porciones semanales de pescado. El 54 por ciento son hidratos de carbono, el 28,3 por ciento, grasas y el 17,9 por ciento, proteína.
“Hemos demostrado que una dieta saludable reduce el riesgo de mortalidad, de enfermedad cardiovascular grave, de infarto de miocardio y de ictus, tanto en aquellas personas con y sin enfermedad cardiovascular previa. Y es importante destacar que elementos de nuestra dieta saludable –como los lácteos o la carne– difieren de las recomendaciones actuales, basadas en estudios previos y que se siguen en los países de mayores ingresos”, ha recalcado Mente.
Resultado dispar con troponina
También en el congreso de la ESC, Nicholas Mills, de la Universidad de Edimburgo, ha presentado los datos del estudio High Steacs, con troponina de alta sensibilidad en la evaluación de 42.282 pacientes con síndrome coronario agudo.
El ensayo ha demostrado que la implementación de troponina de alta sensibilidad en el percentil 99 como umbral diagnóstico identificó muchos más pacientes con patología en el miocardio. Pero solo un tercio tuvieron diagnóstico de infarto de miocardio y los resultados clínicos no mejoraron.
“No hay evidencia de diagnóstico erróneo, tratamiento inapropiado, exceso de sangrado o daño tras la implementación del test con de troponina de alta sensibilidad”, destacó el experto.
Otro dato destacado es que la estancia se redujo en un tercio, lo que sugiere que los clínicos se sintieron más seguros a la hora de descartar el infarto de miocardio, con potenciales beneficios tanto para los pacientes como para los gestores sanitarios.
“Nuestros hallazgos cuestionan las recomendaciones de la definición universal de infarto de miocardio. ¿El umbral de diagnóstico debe basarse en el percentil 99 derivado de una población normal de referencia o de un abordaje que optimice la actuación diagnóstica?”, planteó. Javier Granda Revilla. Múnich, Diario Médico.29 agosto, 2018
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