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La aterosclerosis
La aterosclerosis provoca el 85% de las muertes relacionadas con las enfermedades circulatorias
La organización de pacientes Cardioalianza recuerda que el colesterol alto es la principal causa de la acumulación de lípidos en la pared de las arterias
SALUD A DIARIO 17 DE SEPTIEMBRE DE 2022.
Incluso en tiempos de covid-19, las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo la principal causa de muerte en nuestro país: uno de cada cuatro fallecimientos es debido a la ECV, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En concreto, la aterosclerosis o acumulación de lípidos en la pared de las arterias a lo largo del tiempo es responsable del 85% de las muertes relacionadas con las enfermedades circulatorias. Esta enfermedad aparece como resultado de la acumulación de grasa, calcio y, sobre todo, de colesterol. Así, la hipercolesterolemia es el principal factor causante de aterosclerosis, y su descontrol en sangre puede contribuir al desarrollo de hasta el 60% de los infartos o anginas de pecho y el 40% de los ictus.
Como se recuerda desde Cardioalianza, con motivo del Día contra el Colesterol, que se conmemora el 19 de septiembre, el llamado “colesterol alto” es una patología silente que afecta al 50,5% de la población adulta, según indica el estudio ENRICA. A diferencia de la hipertensión, incluso cuando ya se ha diagnosticado sus síntomas son invisibles, hasta que se produce un evento isquémico, por ejemplo. En este sentido, una encuesta realizada por esta entidad que agrupa a 18 organizaciones de pacientes cardiovasculares puso de manifiesto que una de cada diez personas que habían sufrido un evento cardiovascular desconocía si presentaba un nivel alto de colesterol LDL. Es el llamado “colesterol malo”, porque su acumulación en sangre de manera persistente puede producir placas de ateroma en la pared de las arterias (aterosclerosis).
Según explica Maite San Saturnino, presidenta de Cardioalianza, conocer el nivel de colesterol total constituye un marcador útil para el cribado del riesgo cardiovascular en la población. “Está demostrado que las personas con niveles de colesterol total en sangre de 240 mg/dl tienen el doble de riesgo de sufrir un infarto de miocardio que aquellas con cifras de 200 mg/dl. Así, si los niveles superan 200 mg/dl se aconseja la realización de un estudio más profundo para medir las distintas fracciones de colesterol”, explica.
Hipercolesterolemia y ateriosclerosis
En este escenario, desde la organización se destaca que existen dos problemas importantes con respecto a la hipercolesterolemia: por una parte, la falta de concienciación de la población sobre el riesgo asociado a tenerla; por otra, que un alto porcentaje de pacientes con elevado riesgo cardiovascular no están bien controlados. Respecto a esto último, a pesar de que el tratamiento con fármacos hipolipemiantes en pacientes con ECV establecida disminuye los episodios cardiovasculares mayores y la mortalidad, más del 80% de los pacientes europeos con enfermedad cardiovascular establecida no cumple con los objetivos de colesterol recomendados en las guías clínicas, según los resultados del estudio DA VINCI.
De igual modo, el proyecto IMPROVE-IT reveló que solo un 37% de los pacientes tratados tras un síndrome coronario agudo alcanzan las cifras objetivo de colesterol LDL. “No puede ser que haya pacientes que, a pesar de estar bajo tratamiento y seguimiento médico, no alcancen los niveles óptimos de colesterol LDL que marcan las guías de práctica clínica. Como pacientes, instamos a la administración que dote tanto a los profesionales sanitarios como a los propios pacientes de las herramientas necesarias para garantizar un buen control del colesterol”, indica la presidenta de Cardioalianza.
Ante estos datos, el Dr. Xavier Garcia-Moll, jefe de Hospitalización del Servicio de Cardiología en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, destaca: “Todas las especialidades médicas que tratamos a estos pacientes debemos ir al unísono, con objetivos comunes, para reducir el impacto del colesterol elevado, mejorar expectativa de vida y calidad de vida”.
Recomendaciones de Cardioalianza
Para mejorar el control de la hipercolesterolemia, desde la entidad representante de los pacientes cardiovasculares de nuestro país reclaman:
- Promover estrategias de hábitos de vida saludables en la infancia que den valor a la necesidad de adoptar una dieta saludable rica en fruta y verduras, así como la práctica regular de ejercicio, para prevenir la aparición de factores de riesgo cardiovascular en la etapa adulta.
- Educar en salud, integrando la prevención en todos los ámbitos (de sanidad, sociales, laboral, del deporte, de educación, etc.), además de impulsar la creación de campañas y estrategias que promocionen la prevención cardiovascular en general y, específicamente, de la hipercolesterolemia.
- Asegurar y facilitar herramientas para la mejora de la coordinación entre todos los agentes involucrados en el manejo del paciente con hipercolesterolemia: tanto profesionales sanitarios (atención primaria y hospitalaria) como los propios pacientes, como corresponsables del cuidado de su propia salud.
- Extender el uso de pautas y terapias farmacológicas que consiguen esta reducción notable en los niveles de LDL, como serían las estatinas, su asociación con los inhibidores de la absorción de colesterol y los inhibidores de la proteína convertasa subtilisina/kesina tipo 9 (PCSK9). “Los pacientes tienen el derecho de recibir el mejor tratamiento posible”, defiende la entidad
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