.Seguridad alimentaria
La congelación con seguridad
Cómo congelar las fresas: trucos y consejos
Tan deliciosas como delicadas, las fresas son una de las frutas que más cuesta conservar. La congelación es una manera de hacerlo, pero tiene truco. Te damos todas las claves
Por Laura Caorsi Consumer 10 de junio de 2022
Se acerca el verano y cuesta resistirse a la tentación de una caja repleta de fresas. Su aspecto y, sobre todo, su aroma dulzón despiertan las ganas de comerlas. En estos días es fácil y económico hacerse en el mercado con uno o dos kilos de esta fruta deliciosa y delicada cuya principal desventaja es que se deteriora con rapidez. Y es que si las fresas no se consumen en pocos días o no se conservan de modo adecuado, es bastante probable que acabemos tirando a la basura unas cuantas piezas. Para evitar el desperdicio podemos congelarlas, pero no de cualquier manera. Hacerlo tiene truco.
🍓 ¿Por qué las fresas se echan a perder tan rápido?
La explicación del rápido deterioro de las fresas está en un par de hongos (el Botrytis cinerea y el Rhyzopus stolonifer), a los que esta fruta es muy sensible. Y, también, en que la fresa «respira» muy deprisa, una característica que hace que se acumule gas carbónico dentro de los envases donde se presenta y que altera su sabor, dejándole un gusto desagradable. De ahí que las cajas o tarrinas en las que se comercializan estas frutas tengan unos pequeños agujeros que permiten que salga el exceso de gas carbónico.
🍓 Cómo elegir, separar y almacenar las fresas
Elegir bien la fruta y conservarla en buenas condiciones es muy importante. Más, si cabe, en el caso de las fresas (o frutillas, como se las llama en Latinoamérica). Para ello, tres consejos:
- 1. Lo primero es descartar las fresas que tengan moho y separar las que estén maduras en exceso. Con estas últimas, que aún no se han echado a perder, se pueden preparar postres, batidos, helados, mermeladas o una macedonia de frutas.
- 2. Las demás piezas deben conservarse secas y con su parte verde, en un lugar fresco (puede ser la nevera) y sin humedad.
- 3. En la medida de lo posible, se debe evitar tocarlas demasiado: cuanto menos se manipulen, mejor.
🍓 ¿Se pueden congelar las fresas?
En esta temporada es habitual que tengamos en casa más fresas de las que podemos consumir. Utilizarlas en varias recetas viene bien para aprovecharlas. Pero, claro, esta estrategia es limitada. Si no quieres aburrirte, la mejor opción es congelar el excedente. Porque sí, las fresas se pueden congelar.
❄️ Congelar fresas al natural paso a paso
Para congelar las fresas sin que pierdan su sabor, hay que seguir estos pasos:
- Lavarlas bien (sin dejarlas mucho tiempo en remojo).
- Escurrirlas y dejar que se sequen (puedes secarlas con cuidado con un paño de cocina).
- Quitarles el pedúnculo (la parte verde).
- Cortarlas (en mitades, en cuartos, en rodajas…).
- Colocarlas sobre una bandeja que quepa en el congelador, pero sin amontonarlas. Si ponemos unas encima de otras, al congelarse, se pegarán y quedarán apelmazadas.
- Dejarlas en el congelador 3 o 4 horas, hasta que se endurezcan.
- Una vez que estén duras, las retiramos de la bandeja.
- Luego, las introducimos en una bolsa con cierre hermético, le ponemos la fecha fuera y las guardamos en el congelador. ¡Listo!
❄️ Otras maneras de congelar las fresas
También hay otras ideas. Por ejemplo, podemos congelarlas en papel de aluminio, envolviéndolas de forma separada, o introducirlas en una cubitera con un poco de agua alrededor. Pasadas unas horas, tendrás los cubitos de fresa listos para enfriar la bebida que prefieras con todo el sabor de esta fruta.
Con estos cubitos especiales, se pueden enfriar bebidas de un modo original y vistoso. Las fresas congeladas son una excelente manera para preparar granizados y smoothies. Y, por supuesto, también puedes hacer tu propio helado.
💡 El principal truco para congelar fresas es que estén bien secas antes de meterlas al frigorífico y tener presente que cuando las descongeles no podrás utilizarlas para su consumo en fresco, porque no conservan la misma textura. La buena noticia es que sí tendrán el mismo sabor, de modo que es posible guardarlas ahora para usarlas más adelante en muchas recetas.
¿De verdad sabes congelar alimentos? Ponte a prueba con nuestro «verdadero o falso»
La congelación es un método seguro y eficaz para conservar alimentos, pero tiene sus trucos. Los desvelamos en este artículo
Por Verónica Palomo Consumer Eroski 8 de junio de 2022
Siempre y cuando se realice de manera correcta, la congelación prolonga la vida útil de los alimentos, inactiva algunos microorganismos que pueden causar intoxicaciones y no supone una pérdida de nutrientes. Sin embargo, para que esto sea así, es necesario tomar una serie de precauciones y seguir unas pautas tanto al almacenar la comida como durante su descongelación.
❌ Al congelar se pierden nutrientes
Falso. Si la temperatura se conserva por debajo de los -18 °C, la congelación no tiene pérdidas nutricionales. Las frutas y verduras que se venden ya congeladas pueden llegar a ser incluso más nutritivas que las frescas. Esto se debe a que estos productos empiezan a perder vitaminas y minerales gradualmente tras la cosecha, por lo que cuanto más tarden en viajar del campo al consumidor, serán menos ricas en nutrientes. La ultracongelación detiene este proceso.
✅ La quemadura por congelación indica pérdida de calidad
Verdadero. La quemadura por congelación se presenta como unas manchas grises y coriáceas (textura semejante al cuero) que no implican un problema de seguridad, pero sí nos dicen que la calidad del alimento, sus propiedades, sabor y textura han cambiado.
Estas señales pueden aparecer cuando hay aire en el recipiente o alrededor del alimento que se quiere congelar. Ese aire es capaz de llegar a la superficie del producto, lo que causa cambios de color o problemas de textura, especialmente a medida que se descongela. A veces, esas manchas se pueden retirar y aprovechar el resto del alimento, pero si se ha quemado mucho, es mejor tirarlo.
Para que estas señales no aparezcan es importante proteger bien el producto con un film o emplear bolsas para congelar con selladores, ya que así mantenemos el agua del alimento fuera del alcance del aire seco del congelador. Además, también se evita que el producto coja sabores y olores extraños.
✅ Hay alimentos cuya textura cambia cuando se congelan
Verdadero. Hay alimentos que, aunque se pueden congelar, no se recomienda hacerlo, ya que pierden sus cualidades. Por ejemplo, las patatas, las verduras y las frutas que se van a comer en crudo, la mayonesa o los productos fritos y alto contenido en grasa.
✅ Hay que descongelar en el frigorífico
Verdadero. A partir de los 4 °C se inicia esa franja de temperatura crítica en la que las bacterias reanudan su actividad. Si dejamos que el alimento se descongele a temperatura ambiente, en pocos minutos ya habrá superado esa franja de seguridad.
La descongelación debe realizarse de la forma más lenta posible. La mejor opción es descongelar los alimentos en la parte del frigorífico en la que la temperatura sea más fría (la parte inferior) y dejarla en la nevera sobre una bandeja que recoja el líquido.
✅ Volver a congelar alimentos descongelados tiene riesgos
Verdadero. Se suele decir que si un alimento se ha descongelado, ya no se puede volver a congelar, pero no es exactamente así. Sí se puede, pero existe cierto riesgo. Aunque las intoxicaciones por recongelación no son frecuentes, tampoco son imposibles. Congelar no mata bacterias, sino que detiene su crecimiento, por lo que si no se descongela de modo correcto, podemos provocar que esas bacterias vuelvan a reproducirse.
En el supuesto de que volviéramos a congelar ese alimento, se corre el riesgo de que lo estemos congelando con más bacterias. Si se descongela mal por segunda vez, el peligro de intoxicación se multiplica. Además, hay que tener en cuenta que volver a congelar un producto provocará un cambio en la textura, en el color e incluso en el sabor del alimento.
Otra cosa diferente es descongelar un alimento, cocinarlo (las altas temperaturas destruyen los patógenos) y, después, congelarlo. De esa manera estamos cambiando su estructura molecular y el proceso de recongelación ya no le afecta.
❌ Los embutidos no se pueden congelar
Falso. Sí se puede, pero algunos aguantan mejor que otros. Los embutidos muy curados se congelan mejor que los cocidos. No hay ningún problema en hacerlo, pero organolépticamente los resultados serán peores, ya que productos como el jamón york o el pavo suelen tener restos de agua y se forman cristales que pueden afectar a la calidad del producto. Siempre es mejor congelar la pieza entera y, si es posible, envasada al vacío. Si no se puede, hay que envolverlo bien en film transparente.
❌ Si el jamón se congela, se puede comer durante el embarazo
Falso. El jamón, como otros productos curados y ahumados, es un producto animal que no ha sido cocinado, por lo que puede tener parásitos y bacterias, como la listeria o el parásito que produce la toxoplasmosis, una enfermedad especialmente peligrosa para las embarazadas. La congelación, como ha señalado la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), no asegura su destrucción, ya que detiene el crecimiento momentáneamente de las bacterias, pero no las elimina.
➖ Los huevos no se pueden congelar
Depende. Los huevos crudos con cáscara no se pueden congelar, porque el líquido se expandiría y esto haría que explotasen. Las claras y las yemas sueltas, sí. Para hacerlo, hay que colocarlas en una bolsa de congelación adecuada. También se pueden congelar los huevos batidos previamente en una bolsa de congelación hermética que elimine el aire sobrante. No se recomienda congelar los huevos cocidos, porque pierden sabor y adquieren una consistencia dura y nada agradable.
✅ Si comes el pescado crudo, antes debes congelarlo
Verdadero. Si se va a cocinar mediante fritura (cinco minutos por cada lado a 170 ºC), horneado (a 200 ºC durante 20 minutos por kilo) o a la plancha o parrilla (la espina adquiere un color blanquecino y se separa fácil de la carne), no hace falta hacerlo, ya que con estas técnicas se somete el producto al menos un minuto a altas temperaturas (a partir de 60 ºC), lo que elimina el anisakis, un parásito que se encuentra en los pescados y que causa intoxicaciones.
Pero si se va a comer crudo, hay que congelarlo para acabar con él, ya que este parásito no resiste temperaturas frías. Como recomienda la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), para poder congelar en casa, el frigorífico debe alcanzar -20 ºC (tres estrellas) o menos y mantener el pescado congelado durante cinco días para que el frío llegue a la parte central del alimento. Si el frigorífico tiene menos de tres estrellas se recomienda comprar el producto congelado.
¿Cuánto duran los alimentos congelados sin perder calidad?
Si hablamos de seguridad, una congelación adecuada mantiene los alimentos seguros casi indefinidamente, pero la calidad sí puede verse afectada. Esto ocurre porque la congelación detiene el crecimiento bacteriano, pero no frena la actividad enzimática de los alimentos con baja acidez, por lo que si estos permanecen mucho tiempo congelados, cambian de sabor y textura.
En términos de calidad, los límites para la vida en un congelador de cuatro estrellas son los siguientes:
Tipo de alimento | Duración |
Frutas y verduras | 8-12 meses |
Carne de vacuno y cordero | 6-12 meses |
Carne de cerdo | 9-12 meses |
Carne cruda picada | 3-9 meses |
Carne cocida | 1-2 meses |
Pescado blanco | 6-8 meses |
Pescado azul | 2-3 meses |
Marisco | 3-6 meses |
Estos son los alimentos que no deberías congelar
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Si en lugar de hacer la compra diaria, eres más bien de compra semanal, a menudo debes almacenar los alimentos y hacer sitio en armarios, despensa y nevera para conservarlos de forma correcta. Esto supone, en múltiples ocasiones, la congelación de muchos de ellos. El problema es que no todos se pueden congelar, ya que la congelación de algunos está contraindicada por la pérdida de sabor y textura, si bien las bajas temperaturas y, en especial, las de congelación, son el aliado perfecto para evitar la proliferación de patógenos en los alimentos. Mayonesa, guisos, pasteles, frutas y verduras son algunos alimentos que no conviene congelar. En cuanto a los alimentos cocinados, pueden congelarse, pero hay que saber cómo hacerlo. En este artículo te lo explicamos.
Cómo congelar alimentos
Congelar alimentos es quizá la técnica más antigua y, a la vez, más eficaz en cuanto a conservación. Sin embargo, no destruye los patógenos, sino que evita que se multipliquen. La aplicación de calor, entre otras medidas, sí destruye los microorganismos. Por el contrario, la congelación detiene o hace más lento su crecimiento y desarrollo, pero no los mata. Es más, cuando se descongela y se alcanzan de nuevo valores de temperatura ambiente o templada, el desarrollo de patógenos se reanuda y los patógenos pueden multiplicarse de forma peligrosa.
Los alimentos más perecederos, es decir, los más susceptibles de contaminarse por patógenos, precisan técnicas de conservación para evitar su deterioro. Es el caso de la carne, pescado, marisco, leche, vegetales, alimentos frescos, platos preparados, frutas o lácteos. Para evitar que los patógenos se multipliquen, deben mantenerse a temperaturas de refrigeración o congelación.
Sin embargo, no es aconsejable congelar ciertos alimentos o comidas, con lo que mantenerlos a temperatura de refrigeración sería suficiente para su conservación, más limitada pero más segura. Congelar determinados alimentos está contraindicado por la pérdida de sabor y textura que representa este proceso, pero en ningún caso supone un ataque a la seguridad.
El agua congela a partir de los 0 ºC y, a pesar de que la temperatura de congelación comienza a -1 ºC, en alimentos, la óptima es de -18 ºC. A partir de esta temperatura, se garantiza la no proliferación de patógenos, así como la conservación de las cualidades nutricionales y sensoriales de los mismos. Pero su efectividad dependerá, en última instancia, de la calidad de la nevera y de unas buenas normas de higiene por parte del manipulador.
Alimentos que no se deben congelar
Hay alimentos que no deben congelarse, o se debe hacer con ciertas precauciones. Algunos de ellos son:
🥣 Mayonesa y otras salsas
Para la mayonesa, no está indicada la congelación, ya que al descongelarla tiende a formar una masa sólida sin apenas gusto ni textura.
🍰 Tartas
No está indicado congelar pasteles o tartas. Es preferible consumirlos frescos o mantenerlos en el frigorífico de dos a cuatro días antes de consumir de nuevo.
El problema de congelar productos como los pasteles recae en su descongelado, por su tendencia a agrietarse. Además, pierden su textura y consistencia y quedan afectadas sus características organolépticas, como sabor y aroma.
En caso de congelarse o mantenerlos en el frigorífico, deben consumirse antes de una hora a temperatura ambiente.
🥔 Patatas
Las lentejas (y legumbres en general) se congelan bien, pero si las tienes cocinadas con patatas es mejor que las retires antes de congelar. La fécula de la patata se deshace cuando se congela y, con el frío, se ven comprometidos su textura y sabor.
🌭 Salchichas
No deben congelarse las salchichas, pues pueden perder sabor y consistencia. Es más conveniente guardarlas en el frigorífico.
🍤 Rabas fritas
En general, no solo las rabas, sino todos los fritos no congelan bien y se ponen blandos al ser descongelados. Además, pierden sus propiedades.
🍝 Macarrones y otras pastas
El frío extremo deteriora el sabor y la consistencia de la pasta y el arroz. Estos platos deben consumirse siempre recién cocinados.
🥚 Huevo
Es mejor conservarlos en el frigorífico. No obstante, pueden congelarse siempre y cuando no estén con cáscara. La clara del huevo es la parte que mejor responde a la congelación.
🥛 Leche
Los lácteos se tienen que consumir frescos y no responden bien a la congelación, que les da una consistencia granulosa.
🧀 Queso
Ocurre lo mismo que con la leche. Sin embargo, los quesos duros admiten congelación (no más de seis meses), si se colocan dentro de papel de plástico.
🍎 Frutas, verduras y otros vegetales
En general, tienen una gran cantidad de agua en su composición. Al congelarse, se forman cristales de hielo de gran tamaño, que pueden dañar el producto. Esto provoca la ruptura de las paredes celulares de los vegetales, lo que significa una pérdida de la estructura inicial.
El resultado final, una vez descongelados, es un aspecto desagradable y un sabor muy distinto al original. Por eso, lo recomendable es comprar verduras ya congeladas, es decir, ultracongeladas.
Congelar alimentos cocinados
Los alimentos ya cocinados pueden congelarse, pero de forma correcta.
Hay que evitar al máximo la entrada de aire en el recipiente, ya que, sobre todo en el pescado cocinado, el aire durante el congelado hace que el alimento absorba de forma rápida la humedad y se transforme en una sustancia blanda, de muy baja calidad, que difícilmente será comestible.
Cualquier alimento cocinado que se desee congelar debe guardarse en un envase hermético y eliminarse la máxima cantidad de aire posible.
Envases para congelar
El envase es uno de los elementos determinantes en el proceso de congelación. Un envase roto, con aire o con algún agujero por donde entre el frío, puede dañar el alimento hasta hacerlo no apto para el consumo. Por eso, deben tenerse en cuenta los siguientes consejos:
- Los envases recomendables son los más rígidos, sobre todo para congelar alimentos líquidos, aunque son aptos y preferibles para todo tipo de productos.
- No deben tener ninguna grieta o fisura por donde pueda entrar el aire frío, ya que podría quemar los alimentos y resecarlos hasta hacerlos no aptos para su consumo.
- Para alimentos preparados y listos para consumir, es fundamental un envase de cierre hermético y apto para microondas, por si fuera preciso descongelarlos en su interior.
- Los envases cuadrados o rectangulares permiten un mejor aprovechamiento del espacio en el congelador, con lo que puede resultar útil si se congelan alimentos con frecuencia.
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