.Enfermedades relacionadas con la Obesidad
La diabetes, una pandemia moderna
La diabetes, una pandemia moderna
Juan Martínez, paciente de diabetes tipo 2, explica a Medicina Responsable cómo ha cambiado su vida desde que recibió el diagnóstico
Por Juan García, Sergio Díaz, publicado en Medicina Responsable el 14 de noviembre de 2024
El aumento de la incidencia, las nuevas investigaciones y la revolución de los nuevos medicamentos (los agonistas del GLP-1) son los motivos por los cuales la diabetes es una de las enfermedades que más está dando de qué hablar en los últimos años. Su prevalencia ha crecido en nuestro país hasta alcanzar la segunda tasa más alta de Europa, con un 14,8% de la población adulta que la padece. A nivel global, se han superado los 800 millones de personas que tienen esta enfermedad y, según un nuevo estudio del Imperial College de Londres, más de la mitad no reciben tratamiento.
La investigación también pone de manifiesto que entre 1990 y 2022, las tasas mundiales de diabetes se duplicaron tanto en hombres como en mujeres y pone el acento sobre las desigualdades que genera esta enfermedad a nivel mundial, con grandes problemas de acceso a medicamentos en los países de ingresos bajos. No todos los casos de diabetes son evitables, pero lo cierto es que la estrecha relación entre la obesidad y los hábitos de vida con la aparición de esta enfermedad ponen de manifiesto la importancia de llevar un estilo de vida saludable para frenar su incremento. En este contexto, hay expertos que hablan del aumento de la incidencia de esta enfermedad como una “pandemia” del siglo XXI.
Diferencia entre diabetes tipo 1 y tipo 2
La diabetes es una enfermedad crónica que se manifiesta en dos vertientes: cuando el organismo no es capaz de producir suficiente insulina (diabetes tipo 1) o cuando este no es capaz de utilizar la insulina de forma eficaz (diabetes tipo 2). La insulina es la hormona segregada por el páncreas que se encarga de mover la glucosa (azúcar) en sangre desde el torrente sanguíneo a las células donde se utiliza como energía.
Un efecto común de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (es decir, la glucemia elevada) que, con el tiempo, daña gravemente muchos órganos y sistemas del organismo. Los daños se extienden con frecuencia a los vasos sanguíneos, los riñones, los ojos y los nervios, por lo que es una patología que requiere de un abordaje multidisciplinar. Además, las personas con diabetes corren más riesgo de sufrir problemas de salud, como infartos de miocardio, derrames cerebrales e insuficiencia renal.
El 95% de los casos de diabetes son de tipo 2, cuyos factores de riesgo son, además de la herencia genética en algunos casos, el sobrepeso y la falta de ejercicio físico. Los síntomas de la diabetes pueden ocurrir repentinamente. En la diabetes de tipo 2, los síntomas pueden ser leves y tardar muchos años en notarse.
El caso de Juan Martínez
Hace cinco años que Juan Martínez recibió su diagnóstico de diabetes tipo 2 y desde entonces esta enfermedad ha condicionado su rutina diaria, pero a través de su testimonio busca inspirar y orientar a otras personas que atraviesan por la misma situación.
Aún recuerda el «impacto» de su diagnóstico y cómo le costó asimilarlo: «Al principio no tenía muchos síntomas claros, pero recuerdo que me sentía muy cansado todo el tiempo, bebía mucha agua y tenía que ir al baño frecuentemente. Pensaba que era estrés o falta de descanso, pero al hacerme unos análisis de rutina, los resultados mostraron que tenía los niveles de glucosa muy elevados. Fue un proceso, porque te das cuenta de que no es solo tomar medicinas, sino cambiar hábitos que llevabas toda la vida«.
Esos cambios pasaron en primer lugar por la alimentación, pasando de «comer de todo» a controlar mucho las porciones y evitar los azúcares simples. «También empecé a hacer ejercicio de forma regular, algo que antes no consideraba tan importante. Me ayuda no solo a controlar la glucosa, sino también a sentirme con más energía. Y, por supuesto, el control de la glucosa se volvió parte de mi rutina diaria». Para Juan, la clave en este aspecto es «la constancia», ya que este enfermedad «requiere atención todos los días y eso agota», algo que se complica en ocasiones con las obligaciones cotidianas y días que pasa más tiempo fuera de casa.
En esta batalla diaria, la tecnología reconoce que ha sido un gran aliado para el manejo de su enfermedad. «Ahora uso un monitor de glucosa que me permite revisar mis niveles sin tener que pincharme los dedos tantas veces al día. Eso me da mucha libertad y me permite hacer ajustes en mi alimentación o dosis de insulina en tiempo real. También tengo una aplicación en el móvil que me ayuda a registrar mis niveles, comidas y actividad física».
Para aquellos que hayan recibido recientemente un diagnóstico como el suyo, el consejo de Juan es no desanimarse ya que, aunque al principio pueda parecer «abrumador, con el tiempo, uno aprende a llevarlo y a integrar todos los cambios en su vida. Es importante no verlo como una sentencia, sino como una oportunidad para mejorar tu salud y cuidarte más». Además, recalca la importancia de ponerse en manos de especialistas para aprender a controlar la enfermedad, porque «cada pequeño esfuerzo ayuda a mejorar tu calidad de vida». Su conclusión es que «la diabetes no define quién eres; es solo una parte de tu vida que se puede manejar».
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