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La obesidad sarcopénica en mayores
El consejo farmacéutico, eficaz en la detección y abordaje de la obesidad sarcopénica en mayores
Lo dice el estudio ‘Pysmasarco’, del Consejo Andaluz de COF y la UCA, que ha contado con 160 boticas y una muestra de 3.390 personas, de las que 563 tenían este problema.
Los ejercicios de fuerza son recomendados para aumentar la masa muscular, que disminuye considerablemente en las personas mayores, provocando sarcopenia.
Gema Suárez Mellado, publicado en Diario Médico el Jue, 08/08/2024 – 08:02
Dos objetivos muy claros: estimar la prevalencia de la obesidad sarcopénica en la población mayor de 60 años que acude a las oficinas de farmacia de Andalucía y evaluar la eficacia de intervenciones en salud centradas en consejos sobre alimentación y ejercicio físico realizados por los farmacéuticos comunitarios sobre las personas con este problema.
Es lo que se propuso el Consejo Andaluz de COF y la Universidad de Cádiz (UCA), cuando idearon el estudio Efectividad del consejo farmacéutico en la obesidad sarcopénica de la población andaluza mayor de 65 años no institucionalizadas (Pysmasarco), de cuyos inicios informó ya CF en esta información. Se trata de una investigación que, además, ha contado con la colaboración de Juan Carlos Durán Alonso, presidente de la Sociedad Andaluza de Geriatría y Gerontología (SAGG); el médico preventivista José Pedro Novalbos, profesor de la Universida de Cádiz, y Amelia Rodríguez Martín, catedrática de Salud Pública de la Universidad de Cádiz.
A falta de resultados definitivos, pendientes de publicación en revistas científicas, Felipe Mozo Alonso, vocal de Alimentación del Consejo Andaluz de COF e impulsor del estudio, analiza con CF los datos preliminares de esta investigación, de ahonda en un importante problema de salud pública sobre el que hay que actuar para evitar que “nuestros mayores deriven en un estado de fragilidad“, afirma el vocal. “Tenemos una población mayor cada vez más envejecida y vemos que están aumentando su peso, con una prevalencia de la obesidad creciente. Pero es una generación olvidada, pues, a partir de cierta edad, tampoco se controla mucho el tema del peso. Además, el abordaje del sobrepeso y la obesidad necesita mucho seguimiento y control y esto no se hace. Además, a partir de los 50 años se produce una pérdida de masa muscular o sarcopenia. Como consecuencia, estas personas mayores necesitan cada vez más ayuda, salen menos de casa, son menos autónomas… Y es que, al tener obesidad, sus problemas de salud no mejoran y, al perder masa muscular, una simple infección respiratoria o de orina se complica. Y un paciente sarcopénico se convierte en un paciente frágil, y necesita ya un andador, ya no puede salir, precisa ir a una residencia…”.
Ante esta situación, se planteó este estudio que, en un futuro, quiere convertirse en un servicio profesional farmacéutico dirigido a la gente mayor.
Los datos
Como explica a este periódico, Mozo comenta que, en total, participaron 160 farmacias comunitarias, que llevaron a cabo un estudio de cribado e intervención con 3.390 personas con una edad media de 72,8 años.
De estas casi 3.400 personas, observaron que un 40,4% sufría sobrepeso y un 41,4%, obesidad. “Como con el dato de IMC (índice de masa corporal) no podíamos ver si una persona presentaba obesidad sarcopénica, realizamos otras mediciones de bioimpedancia y fuerza“, aclara.
Así, del total, el 57,6% (1.954) presentó un porcentaje de grasa alto (28,64 de promedio en hombres y 40,82, en mujeres) y un test de agarre (realizado con un dinamómetro) positivo, es decir, que mostraban “poca fuerza de presión manual”.
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De este 57,6%, un 16,6% (563 mayores) tenía obesidad sarcopénica, tras pasar el cuestionario SARF+, que está internacionalmente validado y valora deficiencias en la fuerza, caminar, levantarse de una silla, subir escaleras y sufrir caídas. “Cada ítem tiene una puntuación y, si el resultado final es igual o superior a 4, hay riesgo de obesidad sarcopénica”, aclara Mozo.
Pero los farmacéuticos comunitarios dieron un paso más y a estos 563 mayores les pasaron otros cuestionarios, como el MNA (Mini Nutritional Assessment) y el MUST (Malnutrition Universal Screening Tool). El resultado: el 46% estaba en riesgo de desnutrición y el 8,5%, desnutrido.
Seguimiento y consejo
El vocal autonómico de Alimentación especifica a CF que a los participantes en esta investigación se les hizo un seguimiento de 12 meses, con controles periódicos y mediciones de parámetros al inicio, en la mitad y al final. “En total, programamos seis visitas”, especifica el investigador, y en cada una, el farmacéutico aportaba información sobre el consumo recomendado de proteínas y el tipo de ejercicio de fuerza que debía hacer para aumentar la masa muscular y reducir la grasa corporal.
Aunque, aún están analizando los datos sobre reducciones de peso y grasa y aumento de la fuerza muscular conseguidos tras el consejo farmacéutico, Mazo afirma que, a grosso modo, esta intervención ha conseguido cambiar los hábitos en más del 35% de los pacientes.
“Es muy difícil conseguir que una persona, sobre todo una persona mayor, siga los consejos que se les facilita desde la farmacia y, además, que los mantenga en el tiempo. Pues nosotros hemos conseguido, de momento, que más de 200 acaben el programa al completo”.
Un método extrapolable
De este trabajo, Mozo destaca no solo el impacto en salud sino también que ofrece un método de intervención sencillo, rápido y extrapolable a cualquier farmacia. Así, el protocolo que han seguido para la obtención de los datos se basa en cinco pasos: el primero es el ofrecimiento del servicio; el segundo, mediciones antropométicas (peso, altura, IMC, bioimpedancia y test de agarre); el tercero, realización del test SARF; el cuarto, test MNA, MUST y test de la silla (hacer que el usuario se siente y se levante cinco veces y ver en cuánto tiempo lo hace), y el quinto, inclusión en el grupo de seguimiento de 12 semanas con seis visitas.
“La idea es que todas las farmacias puedan realizar una intervención protocolizada, estandarizada e igual en todas, para que, en un futuro, esto pueda llegar a convertirse en un servicio profesional farmacéutico“.
Colaboración entre profesionales
Amelia Rodríguez Martín defiende en declaraciones a CF que la farmacia comunitaria juega un papel muy importante en dos planos: la investigación y la atención al paciente. Desde su punto de vista, el farmacéutico tiene la ventaja de llegar a todo el mundo, pues “es un lugar muy frecuentado por la población no solo para la adquisición de su medicación sino también para obtener consejo”, lo que le convierte en una fuente valiosa para la obtención de información, tan necesaria para un trabajo de investigación.
Asimismo, cree que la labor que realiza más allá de la entrega del medicamento, como agente sanitario en la prevención, detección y educación sanitaria, supone un trabajo que complementa la labor que se lleva a cabo en los centros de salud, fomentándose la colaboración entre profesionales.
“Ahora me muevo mejor”
Chari Blanco es una mujer que se ha beneficiado de la intervención del farmacéutico comunitario para la detección y prevención de la obesidad sarcopénica y afirma que, desde que está en el programa, tiene mayor capacidad para moverse y se levanta sola sin necesidad de ayuda, algo que antes de ponerse en manos del farmacéutico no podía hacer. “En casa ya no tengo la muleta y ahora me muevo mejor”, afirma.
La clave de este cambio, dice Mozo, es adecuar la ingesta alimentaria y dejar de ser sedentario. “Me levanto por la mañana, desayuno, me tomo mi café y mi tostada con aceite. A media mañana, como una naranja o una mandarina, y de almuerzo, verdura y pescado o filete de pollo. Por la noche, un caldo, un huevo duro y un yogur”. Entre risas, reconoce que en el cumpleaños de su nieta se tomó un trozo de tarta: “Pequé”, dice.
Los resultados en Chari son evidentes. En la segunda medida de peso y grasa corporal realizada, ha reducido la grasa corporal y ha bajado 8 kg de peso y los test de fuerza han mejorado respecto a las primeras medidas tomadas.
Estos logros han empujado a la hermana de Chari, Mª Jesús, a participar también en el programa. “Me va muy bien”, celebra. Ha perdido 8 kilos, pero lo importante es que ha ganado masa muscular. “Me noto más ligera andando porque antes estaba más torpe cuando andaba”. Ir al gimnasio y a la piscina, además de unos buenos hábitos alimentarios y una ingesta adecuada de proteínas, también han hecho que la vida de Mª Jesús sea mejor.
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