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Las berenjenas
Por qué tienes que comer berenjenas
Es hoy una de las verduras menos consumidas en España (1,55 gramos al día de media por persona, según datos de Infoagro, frente a los 145 g de patatas o los 40,3 de tomates). Pero sus virtudes nutricionales la harían merecedora de sentarse a diario en tu mesa. Hasta la Agencia de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) ha alabado este vegetal que, como apunta el investigador B. Mankiewicz en un artículo recogido en ‘Agris’, una publicación de la agencia alimentaria “es una fuente importante de sales minerales, contiene mucho potasio, calcio, hierro y fósforo, pero poco sodio”.
Hace un par de décadas cundió el pánico cuando se difundió que la berenjena contenía nicotina (en forma de solanina). En concreto, 10 gramos de berenjena contienen 1 mg de nicotina, lo que significa que 36 berenjenas (unos 10 kilos) contienen la misma nicotina… que un cigarrillo. No es la única planta que tiene nicotina de forma natural. El pimiento, el tomate, la patata, la coliflor y hasta el té esconden diferentes dosis de nicotina en su interior.
¿Puede ser esto perjudicial para nuestra salud?
Los estudios realizados hasta la fecha sugieren lo contrario. Una investigación basada en 490 casos de párkinson idiopático diagnosticados entre 1992-2008 en la Clínica de la Universidad de Washington (EEUU) concluyó que la nicotina que se encuentra naturalmente en los alimentos puede reducir el riesgo de esta enfermedad. Pero además, según la Fundación Española para la Nutrición “la solanina desaparece con el calor, de modo que una berenjena madura bien preparada y cocinada no supone el más mínimo riesgo”.
Encima, es ligera. Así que, con solo 25 calorías por cada 100 g, la berenjena es un vegetal fantástico a la hora de afrontar dietas de adelgazamiento. Y hay más. Ese alto contenido en agua fue objeto de un estudio realizado por la FAO, que concluyó que ese líquido, que tiene una gran cantidad de ácido clorogénico (un potente antioxidante) podía ayudar a combatir el colesterol malo (LDL). Otra investigación apunta a los beneficios de su piel, que contiene nasunina, otro benéfico antioxidante. También tiene niacina (vitamina B3) en dosis elevada.
En España se han cocinado tradicionalmente rebozadas y fritas, y también rellenas de carne y al horno, pero hay muchas otras formas de cocinarlas, más sencillas y con las que se obtienen platos más ligeros y sanos, generalmente procedentes de la cocina oriental. Ahí van dos ideas deliciosas y muy fáciles de realizar, siempre que tengas un horno a mano.
- Caviar del pobre. Una mezcla de puré de berenjenas, cebollas, aceite y limón. Se lo llama así, según explican Terence y Caroline Conran en su incunable ‘Libro de cocina’, “por ser lo que comen los pescadores que se han pasado el día ocupados en la busca del caviar, pescando esturiones para los habitantes de las ciudades”. Las verduras se hacen al horno (las berenjenas enteras, la piel debe quemarse), se pelan, salpimentan y trituran. Se añade el limón y el aceite mientras se mezcla todo para emulsionar bien la mezcla.
Al-Muttabal Betinjan. En su recién publicado ‘Aroma árabe. Recetas y relatos’ el autor, Salah Jamal, cuenta que a este clásico plato árabe también se lo conoce como ‘baba ganuj’, que significa “coqueto y vicioso” debido a su textura, muy “ligera y bailarina, y por la insaciabilidad que causa a los comensales”. Las berenjenas se pinchan y ponen al horno enteras durante el tiempo suficiente como para que la piel se chamusque. Luego se dejan enfriar, se pelan y se mezclan con dos dientes de ajo, perejil fresco y un poco de sal. Cuando el puré tiene la textura adecuada se le añaden cuatro o cinco cucharadas de tahína (se vende en hipermercados) y una cucharada de zumo de limón. Está rico templado, pero frío es irresistible. ANA BRETÓN eL mUNDO 15 nov.
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