.Alimentación y Nutrición
Legislación europea sobre los alimentos
Tomates de Portugal, patatas de Francia o aguacates de Perú: qué frutas y verduras importa España desde otros países
- Los datos del Ministerio de Industria son provisionales y corresponden al 2023
- Marruecos, Perú y Francia son los países de los que más importamos (en euros)
- Sergio Guinaldo. El Economista 8/02/2024
Las protestas de los agricultores en forma de manifestaciones, tractoradas o acampadas han alcanzado una notable repercusión y sus demandas, en mayor o menor medida, han sido escuchadas. Se quejan de los complejos y excesivos trámites burocráticos para acceder a las ayudas de la PAC, de la carestía de las materias primas frente al escaso rendimiento económico que obtienen, de la escasez tanto de agua como de relevo generacional, de las estrictas normas medioambientales que deben cumplir procedentes de Europa… y de la competencia desleal o ‘dumping‘.
Sobre esta última reivindicación, es frecuente oír en ambientes rurales y urbanos el sinsentido que tiene acudir a un supermercado y ver los cajones llenos de fruta procedente de otros países cuando podrían ser nacionales. También son habituales las quejas al comprobar que una hortaliza cultivada en España cuesta más que una traída desde América. Aunque nada genera más malestar que ver un etiquetado engañoso (como una naranja valenciana que en realidad es de Egipto, por ejemplo). Sin embargo, ¿sabemos exactamente qué frutas y hortalizas importa España desde otros países?
Según los datos provisionales del Ministerio de Industria y Comercio, publicados en su portal de Estadísticas de comercio exterior, DataComex, en 2023 España importó más de dos mil millones de kilos de frutas (valorados en 2.807.837.265 euros) y más de mil seiscientos millones de kilos de hortalizas (valorados en 1.252.375.009 euros).
Los dos gráficos interactivos que aparecen a continuación, elaborados por elEconomista.es a partir de los datos del ministerio, incluyen las cantidades (en toneladas y en millones de euros) de las frutas y hortalizas que España importó en el año 2023. En ellos se puede consultar en profundidad, por ejemplo, de dónde proceden los albaricoques que consumimos; o por ejemplo, también se puede consultar cuántas toneladas de uvas trajimos desde Chile en 2023. Aunque cabe destacar que solamente hemos incorporado productos frescos, excluyendo de los datos conservas, productos congelados o deshidratados.
A quién le compramos más
Por países, la mayor cantidad de frutas y hortalizas (en toneladas) procede de Francia (823), seguido de Marruecos (393), Costa Rica (329), Portugal (315). Países Bajos (228) y Perú (228). Sin embargo, estas magnitudes no se correlacionan directamente con el valor económico de las importaciones, puesto que si miramos la clasificación en euros la cosa cambia. Las importaciones de Marruecos poseen un valor de casi ochocientos millones de euros (793), las de Perú, de cuatrocientos cuarenta y las de Francia, de casi cuatrocientos (397). Por debajo de esa cifra se encuentra Portugal, con 331 millones de euros, Costa Rica, con 235, o Países Bajos, con 229.
Europa, y principalmente a través de los países de la Unión Europea, es el principal continente del que proceden nuestras importaciones, tanto en toneladas (6.541) como en millones de euros (7.708). Fuera de la UE, destacan principalmente las 31 toneladas de patatas que traemos desde Reino Unido. Más allá de Europa, el peso de las importaciones americanas supera al de las africanas, aunque en valor económico son similares.
Qué traemos de fuera
Según los mismos datos, el producto que más importamos es la patata (957), la cual duplica en toneladas a otros productos, como mangos, aguacates y piñas (481) o bananas y plátanos (437). Las patatas principalmente vienen de Francia (668), aunque también de Países Bajos (80), Portugal (53), Egipto (50), Israel (36) hasta llegar a la anteriormente citada Reino Unido (31). Aquí nos encontramos con un dato sorprendente que refleja ese sinsentido al que apuntan los agricultores: las cincuenta y tres toneladas de Portugal valen menos (20 millones de euros) que las cincuenta toneladas de Egipto (24 millones de euros).
Los plátanos y las bananas de fuera, por su parte, proceden principalmente de Costa Rica (186), de Colombia (91) y de Costa de Marfil (80), aunque también se cuelan otros países como Ecuador (36), Camerún (14).
Si cambiamos la óptica, la mayor cuantía económica no procede de las patatas, sino del grupo ‘Dátiles, higos o piñas’ (789 millones de euros frente a 411). Este grupo, además, de estos tres frutos, incluye otros, como aguacates, guayabas y mangos. De hecho, si cruzamos los datos del ministerio con los de la Cámara de Comercio, obtenemos que Perú percibe más de 265 millones por las 132 toneladas de aguacate que importamos.
Dado que el ministerio no desglosa todos los grupos de productos en esta base de datos te indicamos que los grupos que aparecen en ambos gráficos incluyen los siguientes productos:
Frutas:
- Dátiles higos o piñas: dátiles, higos, piñas, aguacates, guayabas, mangos y mangostanes
- Agrios (cítricos): naranjas, mandarinas, toronjas, pomelos y limones
- Otras frutas: fresas, frambuesas, moras, grosellas, arándanos, kiwis, duriones y caquis
- Albaricoques: albaricoques, cerezas, melocotones, ciruelas y endrinas
Hortalizas:
- Hortalizas de vaina: guisantes y judías
- Otras hortalizas: espárragos, berenjenas, apios, hongos, trufas o pimientos
Qué traemos de Marruecos
De entre todas las frutas y hortalizas que importamos, es habitual escuchar quejas sobre los productos que proceden concretamente de Marruecos. Si miramos el gráfico, obtenemos que viene un gran volumen de sandías y melones, de tomates o de judías y guisantes. Sin embargo, el grueso procede de estos grupos indeterminados, principalmente de ‘Otras hortalizas’ (88 toneladas), ‘Otras frutas’ (63 toneladas)
Si consultamos los datos de la Cámara de Comercio, obtenemos que de todas esas ‘Otras frutas’, la mayoría son frambuesas y moras (29 toneladas por valor de 181 millones de euros) y arándanos (28 toneladas por 150 millones de euros). Del mismo modo, las ‘Otras hortalizas’ son, en su mayoría, 68 toneladas de pimientos por un valor de 85 millones.
El sector alimentario carga contra la legislación medioambiental y su impacto en los costes
Patronales de sector primario, industria y distribución critican el margo regulatorio y la ausencia de consenso desde el Gobierno
JAVIER GARCÍA ROPERO, Publicado en 5 días 08 FEB 2024 –
La cadena alimentaria señala a la regulación medioambiental como uno de los factores que siguen tensionando los precios de los alimentos, y que sustentan las actuales protestas del campo en distintas partes de España.
El reglamento de envases y residuos de envases, que se debate en Bruselas, o el impuesto al plástico, aprobado por el Gobierno hace un año, están en el foco de la crítica, como han coincidido representantes de las principales asociaciones y patronales de los distintos eslabones que componen la cadena: Cooperativas Agroalimentarias por parte del sector primario, FIAB por la industria, y Asedas en el lado de la distribución alimentaria, en un encuentro organizado por el despacho de abogados Ramón y Cajal.
“El sector no está en contra de los objetivos medioambientales, pero lo que queremos es que alguna administración nos escuche”, ha explicado Tomás Rojas, director financiero y de relaciones institucionales de Cooperativas Agroalimentarias. “Llevamos cinco años sin que nos reciba el Ministerio de Transición Ecológica. Están aprobando las leyes climáticas sin contar con el sector, y lo único que pedimos es que nos reciban”.
Al respecto, Rojas reclama tres puntos: intentar consensuar un calendario para conseguir los objetivos medioambientales; propiciar una “financiación adecuada” para llegar a ellos”; y “estudiar las herramientas que podemos usar para lograrlos”.
“La legislación y la regulación también tienen un coste en las facturas”, ha apuntado Mauricio García de Quevedo, director general de FIAB. Este ha recordado las turbulencias que ha afrontado el sector agroalimentario en los últimos años, incluso antes de la pandemia: desde los duros aranceles que impiso la administración Trump a la importación de productos españoles, o el Brexit, que “trajo unas trabas burocráticas tremendas”. Sin olvidar la propia pandemia, después el temporal Filomena de enero de 2021, “que tuvo un impacto brutal en el mundo rural y el transporte”, la huelga de transportes o la guerra de Ucrania, y ahora la tensión en el mar Rojo. A ello se suma la “sequía más dura de la historia”.
“La mayoría son factores que no se pueden controlar. Pero hay otros que sí, como el marco regulatorio. El impuesto al plástico, la nueva regulación de envases… Y más medidas listas para aprobarse, y que no ayudan”, ha dicho García de Quevedo. Este también ha apuntado a los mayores costes laborales o fiscales: “Son cosas que no ayudan a una normalización de los precios”, ha añadido.
En este sentido, Ignacio García Magarzo, director general de Asedas, la principal patronal de supermercados, también ha apuntado a una mayor flexibilización de la PAC, o la necesidad de cláusulas espejo con mercados de importación como Mercosur, germen de las movilizaciones en Francia. “Veníamos avisando desde hacía tiempo del impacto del alza de costes en los precios, pero no nos hacían mucho caso”, que también ha subrayado el impacto regulatorio en esa tensión.
“Hay que recalcar el comportamiento absolutamente responsable de la cadena en unas circunstancias absolutamente excepcionales”, ha incidido García Magarzo, que también ha reclamado garantizar la libertad de circulación mientras se desarrollen las protestas
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