.Obesidad y sobrepeso
Los GLP-1 orales próximo gran hito contra la obesidad
Los GLP-1 orales, el próximo gran hito en la batalla contra la obesidad
La molécula más avanzada es la semaglutida oral, ya disponible en diabetes tipo 2. Le sigue el agonista no peptídico orforglipron, en fase III.
Naiara Brocal Publicado en Diario Médico el Jue, 29/08/2024 –
La alta demanda de los nuevos medicamentos inyectables agonistas del receptor de GLP-1 para la obesidad ha impulsado el interés de los laboratorios por saltar de la aguja a la píldora. La inyección es un freno para muchas personas y la fabricación, distribución y conservación de los medicamentos orales serían más asequibles.
Con la reducción de costes para poner en el mercado los fármacos, y el aumento de la competencia entre moléculas, se presupone que bajarán los precios y podrá aumentar el acceso de los pacientes.
Dentro de la nueva clase de GLP-1 orales y medicamentos relacionados, el más próximo en poder obtener la aprobación regulatoria es la semaglutida oral para obesidad, de Novo Nordisk. En diabetes tipo 2 está disponible como Rybelsus.
La compañía danesa tiene una cartera de compuestos en investigación para la obesidad. Uno de los que más suena, pese a que tiene mucho desarrollo clínico por delante, es la amicretina oral, agonista de GLP-1 y amilina. Por su parte, su competidor, Lilly tiene en fase III orforglipron, un agonista oral no peptídico del receptor de GLP-1. Le sigue los pasos danuglipron, un fármaco similar de Pfizer, que se encuentra por detrás en la carrera de la I+D.
Otros grandes laboratorios con moléculas pequeñas orales agonistas del GLP-1 son Roche, con CT-996, y AstraZeneca, con ECC5004. También en este terreno compañías más pequeñas biotecnológicas desarrollan agonistas orales del GLP-1, como Structure Therapeutics (GSBR-1290) o Viking Therapeutics (con VK2735, agonista dual de los receptores de GLP-1 y GIP).
Orales: ventajas y retos
Para Cristóbal Morales, portavoz de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo), las principales ventajas de la disponibilidad de nuevos fármacos orales son la posibilidad de expandir el uso e individualizar el abordaje de la obesidad. «Estas nuevas opciones abren el abanico terapéutico para adaptar el tratamiento a la vida de las personas y elegir la mejor opción para cada una: subcutánea u oral».
También, comprende el endocrinólogo, facilitarían un acceso precoz al tratamiento farmacológico. «El que sean tratamientos sencillos facilita que se inicien cuanto antes y atajar de forma precoz la enfermedad cardiorrenal metabólica».
De momento, tienen por delante los retos intrínsecos al desarrollo clínico. Ana de Hollanda, coordinadora del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), comprende que las dudas que despiertan los orales no difieren de las de los inyectables cuando comenzaron a investigarse. «Tienen que demostrar que son eficaces y no solo eso, sino que son tan eficaces como los inyectables. Por tanto, deberán demostrar que alcanzan concentraciones adecuadas y consistentes», explica la experta.
Con respecto a la seguridad, De Hollanda señala que su perfil sería similar al de los inyectables y que «la tolerabilidad gastrointestinal será un punto clave que tendrá que valorarse con especial cuidado». Además, advierte de que el perfil de interacciones farmacológicas «es particularmente importante con la vía de administración oral».
Próximos lanzamientos
Los expertos coinciden en el avance que supondría la disponibilidad del primero de estos orales, la semaglutida oral para el tratamiento de la obesidad, por los beneficios señalados de esta vía en el acceso y aceptación de los pacientes. En las consultas médicas también supondría un ahorro de tiempo, ya que se evita el entrenamiento que necesita la vía inyectable, expone De Hollanda.
El tratamiento farmacológico de la obesidad tiene que acompañarse de una modificación del estilo de vida.
Tras la semaglutida oral, el próximo lanzamiento podría ser el de orforglipron, el primer GLP-1 no peptídico. De Hollanda aclara que este fármaco, frente a la semaglutida oral, ha demostrado una mayor eficacia en cuanto al porcentaje de pérdida de peso frente a placebo. También, «el perfil de efectos adversos gastrointestinales parece ser mejor con orfoglipron que con semaglutida oral».
Otra ventaja del candidato de Lilly es que no exige las condiciones que requiere la semaglutida oral para su administración, que debe tomarse en ayunas, separada de alimentos y medicamentos, y con una cantidad concreta de agua.
Enfermedad crónica
Los resultados de los ensayos clínicos permitirán conocer el detalle del perfil de eficacia y seguridad de los medicamentos orales. Pero además, la experta de la SEEN resalta que «sería deseable disponer de datos de la modificación del estilo de vida derivada de una medicación oral versus inyectable».
Morales (Seedo) abunda en esta cuestión y advierte de que la obesidad es una enfermedad crónica que requiere «un abordaje de por vida»: «Una vez se alcanza un peso saludable no se ha curado la obesidad, porque esa persona tiene una predisposición genética, un metabolismo ahorrador, unos factores sociales, o psicológicos por los que, si abandona el tratamiento y no incorpora hábitos de vida saludables, pueden tener ganancias de peso igual que los pacientes con cirugía bariátrica«.
«El fármaco ayuda a los cambios en el estilo de vida pero el paciente siempre va a necesitar cuidarse con una alimentación consciente y ejercicio», alerta Morales.
En este sentido, indica que en vida real, muchos pacientes se mantienen con dosis pequeñas de los fármacos, otros prefieren dosis intermitentes y otros los dejan, pero «es fundamental que durante este acompañamiento del fármaco se incorporen hábitos de vida saludables».
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