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Más del 50% de clientes no quiere llevarse lo que sobra
“Más del 50% de clientes no quiere llevarse lo que sobra”. Así afecta a los restaurantes la nueva Ley de Desperdicio Alimentario
Según datos de la FAO, en España se desperdician 7,7 millones de toneladas de alimentos cada año
En España se desperdician 7,7 millones de toneladas de alimentos cada año
Iker Morán. La Vanguardia 29/01/2025 06:49
Según datos de la FAO, en España se desperdician 7,7 millones de toneladas de alimentos cada año. Una cifra suficientemente escandalosa como para evidenciar la necesidad de legislar sobre el tema. Pese a ello, la llamada ley de desperdicio alimentario llega tras años de tramitación y con más espacio en los titulares para los recortes introducidos en las enmiendas de última hora que en lo que propone y en los efectos que tendrá para consumidores y hosteleros. Aunque el Senado todavía tiene la última palabra, hemos hablado con expertos en la materia y establecimientos para intentar entender mejor qué va a cambiar. Si es que va a cambiar algo, claro.
“Es una ley que creemos que aún podría ser más ambiciosa. El primer anteproyecto que se aprobó hace unos años por el gobierno iba más en línea con leyes preexistentes como la Ley francesa contra el desperdicio alimentario, que ha probado dar resultados muy positivos hasta ahora”, asegura Victoria Albiñana, responsable de relaciones institucionales y asuntos públicos en Too Good To Go España y Portugal.
Esta “compañía de impacto social” -así se definen- lleva 6 años en España y está centrada en el desperdicio alimentario, poniendo en contacto a través de su popular aplicación a tiendas y restaurantes con usuarios que cada día pueden comprar a precio rebajado su excedente, evitando así que acabe en la basura.
Desperdicio en toda la cadena alimentaria
Otro dato que igual sorprende: un estudio reciente presentado junto a Grundig -empresa con la que han empezado a colaborar para mejorar la conservación de los alimentos- desvelaba que el 10% de la comida que se compra para Navidades acaba en la basura. En las casas, efectivamente, se tira mucha comida. Pero uno de los problemas de la nueva norma parece ser, precisamente, que centra su mirada sólo en este asunto.
Uno de los puntos débiles de la ley, apunta Albiñana, es que “la medición del desperdicio alimentario se está limitando solo a la cuantificación en la fase de consumidor”. Algo curioso teniendo en cuenta que es de sobra sabido que la mayoría de alimentos que acaban en la basura lo hacen en las fases de producción, transporte y distribución, no en los hogares.
“Es necesario volver a la redacción que ya se aprobó en el pleno del Congreso la pasada legislatura, en la que se especificaba que el Ministerio analizaría el desperdicio alimentario en todos los eslabones de la cadena alimentaria”, reivindican desde Too Good To Go.
Tampoco se entiende -explican- la enmienda que excluye de las obligaciones a las empresas con un volumen de negocio por debajo de los dos millones de euros. De nuevo, algo que choca con lo visto en otros países europeos que han adoptado medidas similares.
La ley supondrá un nuevo costo para los restaurantes
Y, como suele ocurrir con cada nueva ley que afecta a la hostelería, desde el otro lado de la barrera se observa con cierta desconfianza, aunque la mayoría ya asegura aplicar desde hace tiempo medidas orientadas a minimizar el desperdicio de alimentos.
“Lo único que hará esta ley es agregar otra carga burocrática y otro costo para los restaurantes. No creo que cambie mucho en el fondo, simplemente la gente intentará protegerse para no recibir una multa”, protesta Dario Lombardi de Vrutal, una hamburguesería vegana con varios locales en Barcelona y donde aseguran tener “casi cero desperdicio”
Los efectos de la ley sobre los restaurantes
La larga tramitación de la ley no ayuda a seguir la pista de lo que realmente entrará en el texto final y lo que se ha quedado fuera. Por ejemplo, una última enmienda introducida por Junts exime a pequeños comercios y restaurantes de tener que donar los alimentos que sobren.
¿Significa eso que la tan cacareada obligatoriedad de ofrecer un tupper con los restos de la comida desaparece finalmente de la ley? No parece ser el caso, sino que los restaurantes de menos de 1300 metros cuadrados -la mayoría- no tendrán la obligatoriedad de firmar acuerdos de donación de excedentes con entidades sociales”.
La app Too Good To Go evita el desperdicio de alimentos
Así lo explican desde Too Good To Go, aunque reconocen que “habrá que esperar a lo que establezca la versión final del texto una vez termine su tramitación parlamentaria” y sí critican la falta de concreción sobre estos puntos. Pero más allá de las excepciones por facturación o tamaño, los restaurantes deberán contar con un plan de prevención de desperdicio y facilitar al cliente que se lleve, sin coste alguno, la comida no consumida.
Algo que, con o sin ley, muchos establecimientos ya llevan tiempo haciendo, tanto por una cuestión de gestión económica como de filosofía. “Entendemos que la sostenibilidad es uno de los ejes principales del restaurante y por eso miramos con especial atención no tener desperdicio alimentario”, apunta Jordi Castán desde Casa Amàlia.
Cambio de hábitos
Controlar las mermas en cocina y tirar de creatividad para aprovechar bien los alimentos son puntos clave que señalan desde este histórico restaurante de Barcelona que recientemente ha abierto un segundo local en el Time Out Market. “Trabajamos con programas que permiten realizar las compras, los escandallos, las recetas, controlar la recepción de mercancías… Así sabemos que compramos lo necesario para los comensales que servimos a diario”, explican.
Los recipientes y bolsas para llevarse la comida que sobra tampoco son una novedad. Aquellas “doggy bags” que hace años parece que daban vergüenza al consumidor, se han ido normalizando, aunque no tanto como igual se cree.
“Trabajamos con clientela local y cuando el camarero pregunta si quieren llevarse lo que sobra, sólo un 50% dice que sí”, señala Alfredo Samaniego desde la cocina de Malparit. Y eso que en este nuevo restaurante tienen un packaging pensado para ello y explican al cliente cómo regenerarlo en casa para que esté perfecto. “Es un servicio más que damos a los clientes, aunque creo que la mayoría no hace mucho caso a esta ley, los que sean proclives a estas medidas lo seguirán haciendo y el resto no”, apunta.
Pese a que, volviendo a los datos de Too Good To Go, el 73% de los españoles asegura estar preocupado por el desperdicio alimentario, y la inflación y subida de precios les ha dado una vertiente muy práctica y real a este tema, el cambio de hábitos todavía tiene mucho camino por delante.
“He notado que la gente se lleva más comida, pero no como algo reciente, sino una tendencia de los últimos 10 o 15 años. Antes parecía que estaba mal visto, pero se ha ido incorporando”, señalan desde Virutal. En esa misma línea, en Casa Amàlia tampoco han notado ningún cambio en las últimas semanas, pero sí que es algo que empezó a ocurrir desde la pandemia, cuando ellos pusieron en marcha un packaging pensado para facilitarlo.
Meliá evita el desperdicio de más de 30 toneladas de alimentos a través de la app ‘Too Good To Go’
¿Servirá la nueva ley para cambiar algo en la cadena alimentaria, en los restaurantes que todavía no hayan hecho los deberes y en las costumbres del consumidor? Habrá que darle un margen, pero es imposible no pensar en aquella otra norma que obliga a ofrecer una jarra de agua del grifo. ¿Alguien ha visto alguna últimamente?
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