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Mitos y verdades de la nutrición deportiva
¿Cuándo empezamos a tener en cuenta nuestra alimentación deportiva? Mucha gente piensa que es algo nuevo, una moda, pero sin duda, ese se trata del primer error.
Hipócrates en el siglo V a. C. ya observaba cómo se alimentaban los atletas que participaban en los Juegos Olímpicos. Existen numerosos escritos detallando las dietas de diferentes deportistas de la época. Por ejemplo, la dieta de Milón de Crotona, seis veces campeón de lucha de los Juegos Olímpicos a finales del siglo VI a. C., consistía en 9 kilos de carne, 9 kilos de pan y 8,5 litros de vino.
Los primeros estudios de la dieta deportiva se realizaron en 1920. Desde entonces, hasta nuestros días, muchas cosas han cambiado. Sin embargo, esto no quiere decir que estemos bien informados, seguimos cometiendo errores que pueden disminuir nuestro rendimiento deportivo.
En este post voy a ayudaros a tirar abajo unos cuantos mitos que, siendo deportistas o no, son básicos para encontrarnos bien físicamente.
“Todas las bebidas para deportistas son isotónicas”. No es cierto. Lo primero que tenemos que hacer es leer las etiquetas. Disponemos de bebidas isotónicas y de bebidas isotónicas con un 7 – 8% de azúcares. Pero realmente, ¿cuándo y cómo hidratarnos?
Lo primero que hay que aclarar es que, cuando tenemos sensación de sed, significa que ya estamos deshidratados un 10%, por tanto, nunca debemos esperar para beber aunque sea un par de tragos.
A veces, los profesionales hablamos de la hiperhidratación del deportista. Esto equivale a beber agua mínimo media hora antes de comenzar la sesión deportiva, aproximadamente medio litro. Se debe empezar poco a poco, primero bebemos un vaso de agua y luego vamos aumentando hasta ese medio litro, todo esto se hace en varias sesiones deportivas.
Ante la pregunta “¿qué bebo?”, mi respuesta siempre que será que, antes que zumos o bebidas isotónicas, agua.
Cuando esa sesión de ejercicio es de intensidad o de mayor duración de lo normal y comenzamos a sudar, podemos alternar sorbos de agua con sorbos de bebida isotónica.
Y cuando terminamos lo ideal es tomar agua y zumos, intercalando sorbos de las dos bebidas. En este caso, también podemos intercalar el agua con esas bebidas isotónicas que contienen un pequeño porcentaje de azúcares.
Además, hay que tener en cuenta que, según nos vamos haciendo más mayores, la sensación de sed no es tan “fuerte”, por eso tener una buena costumbre de beber agua a lo largo del día nos cuidará la vejez.
“Si haces deporte puedes comer lo que quieras”.
Debemos distinguir entre hacer ejercicio físico y hacer deporte. Una persona que realiza ejercicio físico es una persona que se mantiene activa haciendo alguna o varias disciplinas deportivas, máximo 3 veces en la semana. En cambio, una persona deportista es generalmente disciplinada, va más allá de esos 3 días en semana, lleva tiempo en el mundo del deporte y planifica y se organiza para llegar a sus objetivos.
Ser deportista no es tener buffet libre todos los días, sino al contrario. Los deportistas deben planificar sus comidas en función de la modalidad que practiquen, su estilo de vida y sus entrenamientos. Por lo general, no toman salsas, no abusan del plan y no comen muchos fritos. Dependiendo de su especialidad deportiva se da prioridad a algunos alimentos y preparaciones culinarias sobre otras a la hora de elaborar su dieta. Si eres deportista, es importante que acudas a un nutricionista especializado en deporte para que te aconseje.
“Cuanta más proteína más músculo”.
No es cierto. Un deportista durante sus sesiones trabaja sus músculos, lo que implica que estos se gasten, pudiéndose producir roturas microfibrilares de los músculos, que luego serán reparados por el propio organismo con ayuda de las proteínas.
Además, realmente lo que nos interesan son los aminoácidos que forman esas proteínas, pues el cuerpo ya se encarga por sí sólo de generar las proteínas que necesita. Es cierto que el huevo es el alimento 10 en cuanto a variedad de aminoácidos, ya que contiene los 20 aminoácidos esenciales (son esenciales porque el organismo no es capaz de fabricarlos por sí mismo). Pero también hay que saber que la mejor forma de tomar un huevo es desechar la yema e ingerir la clara, que es donde están esos aminoácidos.
También hay que tener en cuenta que hay muchos alimentos que también contienen aminoácidos como los cereales, las legumbres, los frutos secos o la soja.
“Los suplementos son sustitutos de algunas comidas” o “si me alimento bien no necesito suplementos”.
Los suplementos para deportistas nunca van a sustituir una comida. Lo primero es tener una buena alimentación de base y luego estudiar la posibilidad de suplementar esa alimentación, porque se va a realizar un ciclo de entrenamiento exigentes o por estar recuperándose de alguna lesión. Hay varias razones para trabajar así, pero es una decisión que no se debe de tomar a la ligera y consultarla siempre con un especialista.
Y algo de lo que nadie se acuerda: no dejamos de ser animales. Los deportistas tienen la facilidad de distinguir ciertas sensaciones físicas que pueden ayudarles a saber en un momento dado si necesitan tomar mayor cantidad de algunos alimentos. Por eso recomiendo que se “escuche al cuerpo”. Una sensación de pinchazos en los cuádriceps, una fatiga general, dormir mal o incluso no dejar de pensar en un alimento concreto, puede ser muy importante a la hora de detectar precozmente un desequilibrio.
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