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Niveles de colesterol según la edad
Estos son los niveles de colesterol que deberías tener según tu edad y cómo puedes prevenirlo
“Cuanto mayor es el nivel de colesterol LDL en la sangre, mayor es la cantidad de aterosclerosis y cuanto mayor es esta última mayor es la probabilidad de sufrir infartos”
Covadonga Díaz, publicado en El Mundo el Jueves, 19 septiembre 2024 – 13:07
Pensar que todas las personas presentan el mismo nivel de colesterol recomendado es un error que aún se sigue cometiendo en medicina de prevención cardiovascular. Por ello, los expertos insisten en la utilidad de definir los valores en función del perfil de cada individuo, teniendo en cuenta sus factores de riesgo, de ahí la importancia de poder precisar cuáles son esos valores de forma individualizada.
El colesterol es una sustancia presente en nuestro organismo, con múltiples funciones, muchas de ellas beneficiosas. Sin embargo, el exceso en sangre de colesterol LDL, el que denominamos colesterol malo, produce un depósito del mismo en las paredes de las arterias. Esta es la base de la ateroesclerosis. “Cuanto mayor es el nivel de colesterol LDL en la sangre, mayor es la cantidad de aterosclerosis y cuanto mayor es esta última mayor es la probabilidad de sufrir infartos, anginas, de pecho e ictus, entre otros eventos”, explica Leopoldo Pérez de Isla, jefe de sección del servicio de Cardiología, en el Hospital Clínico San Carlos.
La ateroesclerosis es un proceso que comienza desde la infancia y que va progresando a lo largo de la vida, señala este experto. Sin embargo, la progresión es mucho más rápida si los niveles de colesterol LDL son elevados, especialmente si concurren otros factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, el tabaquismo o la diabetes.
Dos tipos con dos comportamientos
Es importante tener en cuenta que existen dos tipos de colesterol que se comportan de forma diferente. El HDL, conocido como el colesterol bueno, se transporta desde las arterias hasta el hígado para ser eliminado. “Por tanto, lo que hace es limpiar de colesterol al organismo”, explica el doctor Pérez de Isla. Sin embargo, el malo o colesterol LDL hace lo contrario. “Va desde el hígado, donde se produce en su mayoría, a las arterias, en cuya pared se deposita y acumula formando la ateroesclerosis”.
Y la acumulación de placa va provocando un estrechamiento de las arterias, lo que reduce el suministro de sangre con alto contenido de oxígeno a los tejidos de los órganos vitales del cuerpo. Si la placa se rompe se puede formar un coágulo de sangre que puede bloquear la arteria por completo en pocos segundos.
Cómo establecer los objetivos
Uno de los grandes errores que se comente en medicina de prevención cardiovascular, según señala este especialista, es pensar “que todas las personas tenemos que tener el mismo nivel de colesterol LDL”, cuando dependiendo de cuál sea el riesgo de sufrir un infarto o ictus así debe ser el nivel de colesterol recomendado.
“Existe una regla de oro que es que cuanto mayor sea el riesgo más bajo debe ser el nivel de colesterol LDL“. Esto se traduce en que, por ejemplo, una persona joven, sana y sin ningún factor de riesgo cardiovascular tiene recomendado un nivel de colesterol LDL por debajo de 116 mg por decilitro. Sin embargo, una persona que ha sufrido un infarto de miocardio, presenta un nivel de colesterol LDL recomendado por debajo de 55 mg por decilitro. “Es fácil comprender que hay que hacer una valoración de la situación de cada persona para establecer un objetivo de colesterol LDL recomendado basándose en otros factores clínicos y no sólo en los niveles de colesterol”, resalta Leopoldo Pérez de Isla.
Importante saber la proporción de colesterol bueno y de colesterol malo
Y es importante tener en cuenta que no solo es importante saber cuánto colesterol total tenemos sino que también es relevante saber qué proporción es del denominado bueno y cuánta del malo. “Por ejemplo, un nivel de colesterol elevado pero a expensas de un aumento del colesterol HDL, es mejor que la misma elevación del colesterol total pero a expensas del colesterol malo”, señala este cardiólogo.
Cómo actuar frente al colesterol
Una cuestión clave en el abordaje del colesterol es la prevención. Una dieta y una actividad física adecuada han demostrado alargar la vida y mejorar su calidad. “Todas las personas debemos cuidar estos dos aspectos. Y, en concreto, quienes presentan el colesterol malo elevado deben seguir una dieta variada y equilibrada, evitando ganar peso y reduciendo el aporte de alimentos grasos ricos en grasas saturadas. Se puede decir que no existe ningún alimento prohibido, pero sí alimentos que deben ser consumidos con mucha moderación si el colesterol LDL está elevado”, explica Leopoldo Pérez de Isla.
Además de la alimentación, una buena rutina de ejercicio combinando actividad aeróbica y anaeróbica “proporcionará una excelente protección frente a la enfermedad cardiovascular y una mejor calidad de vida”, señala este experto.
Cuándo empezar a controlar este parámetro
Con respecto al control del colesterol, Pérez de Isla indica que es un parámetro que todas las personas tienen que medir. “Sin embargo, hay algunas que deben hacerlo con mayor premura y a edades más tempranas, como aquellas personas cuyas familias tienen niveles elevados de colesterol o aquellas que tienen familiares cercanos que han sufrido infartos o ictus a edades tempranas”.
De forma general se recomienda que antes de los 30 años de edad todas las personas se hayan hecho una analítica de colesterol, indica Pérez de Isla. La hipercolesterolemia es una enfermedad condicionada genéticamente en la mayor parte de los casos. “Esto quiere decir que, salvo excepciones, mediante dieta y ejercicio se puede controlar aproximadamente un 20 % del nivel de colesterol. Sin embargo, esto no significa que todas las personas tengan que tomar fármacos para reducirlo, ya que como hemos explicado el nivel de colesterol óptimo depende de muchas circunstancias y no solamente de una cifra”.
Si el control debe ser estricto por tratarse de una persona de riesgo, la necesidad de empleo de fármacos sí suele ser muy frecuente.
Estrategias farmacológicas
Dentro de los fármacos utilizados para el control del colesterol el grupo más utilizado es el de las estatinas, por la eficacia demostrada. “Las estatinas actúan disminuyendo la fabricación de colesterol en el hígado”.
Otro grupo es el de los bloqueadores de los canales de calcio, como el ezetimiba, que inhibe la absorción en el intestino de colesterol.
Un fármaco disponible de forma reciente es el ácido bempedoico, “que actúa de una forma muy similar a las estatinas pero que debido a que dentro de la célula muscular es inactivo no produce uno de los efectos secundarios más característicos de aquellas como son los dolores musculares”. Un estudio publicado hace unos dos años demostró el beneficio sobre la salud cardiovascular del ácido bempedoico es superponible al de las estatinas y que puede ser utilizado junto con otros fármacos para un mejor control del colesterol y un estudio reciente concluye que tiene eficacia en la prevención del riesgo cardiovascular.
Existen además otros fármacos inyectables, como evolocumab, alirocumab e inclisirán, “generalmente limitados a personas de muy alto riesgo”. Otro principio, el icosapento de etilo, puede utilizarse en determinadas circunstancias porque “aunque no reduzca el colesterol LDL significativamente sí que ayuda a controlar el riesgo cardiovascular“.
El control del colesterol LDL es un factor fundamental en la prevención cardiovascular. “Se puede decir que si no existe colesterol no existe aterosclerosis, con lo que es fácil, teniendo en cuenta este concepto, la importancia de mantener a raya los niveles de colesterol”, concluye Leopoldo Pérez de Isla.
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