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No tener patrones de sueño regulares se vincula a mayor riesgo de eventos cardiovasculares
No tener patrones de sueño regulares se vincula a mayor riesgo de eventos cardiovasculares
Las personas con un sueño irregular tienen un 26% más de probabilidades que aquellos con un ciclo regular, según se publica en ‘Journal of Epidemiology & Community Health’.
- Rodríguez Diario Médico Mié, 27/11/2024 – 13:44
Existe sobrada evidencia de que dormir poco y mal tiene efectos devastadores sobre la salud, hasta el punto de que cada vez más es una de las recomendaciones de los profesionales para tener hábitos de vida saludables. Sin embargo, la mayoría de los estudios que analizan el impacto del sueño en la salud se centran en la duración del sueño y no hay tanta información sobre el impacto de los patrones de sueño, concretamente el sueño irregular, definido como las variaciones en el momento en que una persona se va a dormir y se despierta.
Un nuevo estudio, publicado en línea en Journal of Epidemiology & Community Health, indica que un ciclo irregular de sueño-vigilia se asocia con un mayor riesgo de eventos cardiovasculares importantes, como ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, incluso para las personas que duermen las horas nocturnas recomendadas.
Para explorar esto más a fondo, los investigadores recurrieron a 72.269 personas de entre 40 y 79 años que participaron en la base de datos Biobanco del Reino Unido y no tenían antecedentes de eventos cardiovasculares importantes. Usaron un seguidor de actividad durante 7 días para registrar su sueño, cuyos datos se utilizaron para calcular la puntuación del Índice de Regularidad del Sueño (SRI) de cada persona.
Se consideró que las personas con una puntuación SRI superior a 87 tenían un patrón de sueño regular, mientras que aquellas con una puntuación SRI inferior a 72 se clasificaron como durmientes irregulares. Y aquellas cuyas puntuaciones se encontraban entre este rango se consideraron durmientes moderadamente irregulares.
A partir de registros de defunción y hospitalarios, se recopilaron incidentes de muerte cardiovascular, ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular de los siguientes 8 años y se utilizaron para calcular el riesgo de estos eventos para cada grupo de patrón de sueño.
Después de tener en cuenta una variedad de factores potencialmente influyentes, como la edad, los niveles de actividad física, un tiempo discrecional frente a las pantallas, el consumo de frutas, verduras y café, el consumo de alcohol, el tabaquismo, los problemas de salud mental, el uso de medicamentos y el trabajo por turnos, las personas con un sueño irregular tenían un 26% más de probabilidades de tener un evento cardiovascular importante que aquellos con un ciclo de sueño-vigilia regular, mientras que las personas con sueño moderadamente irregular tenían un 8% más de probabilidades de tenerlo.
Un análisis más detallado de los datos mostró que la relación entre la disminución de la puntuación SRI y un mayor riesgo de eventos era casi lineal, con una reducción más pronunciada del riesgo en puntuaciones SRI más altas (mejores).
La cantidad recomendada de sueño nocturno es de 7 a 9 horas para las personas de entre 18 y 64 años y de 7 a 8 horas para las personas de 65 años o más. Una mayor proporción de personas que duermen regularmente cumplió con la cuota de sueño recomendada que las que duermen irregularmente: 61% frente a 48%. Pero cuando se tuvo en cuenta el impacto de alcanzar la cuota de sueño recomendada, el riesgo de un evento cardiovascular importante no se compensó en los durmientes irregulares que lo lograron, aunque sí en los durmientes moderadamente irregulares.
Al ser un estudio observacional, no se puede establecer causa y efecto y los investigadores reconocen varias imitaciones de sus hallazgos. Si bien el tamaño de la muestra del estudio es grande, el Biobanco del Reino Unido puede no reflejar con precisión la población del país. También hay que considerar que los patrones de sueño se evaluaron durante una sola semana. Además, el rastreador de actividad no distinguió entre la vigilia tranquila y el sueño, y el algoritmo de sueño utilizado para calcular las puntuaciones del SRI no tuvo en cuenta las siestas, solo el período más largo de sueño.
Pero los investigadores concluyen que los resultados sugieren que el sueño irregular está fuertemente asociado con un riesgo de eventos cardiovasculares adversos importantes en adultos, independientemente de si se cumplen o no las cuotas de sueño recomendadas.
«Y lo que es más importante, nuestros resultados sugieren que la regularidad del sueño puede ser más relevante que su duración suficiente a la hora de modular el riesgo de MACE [evento cardiovascular adverso mayor]», afirman y concluyen añadiendo que los hallazgos de este estudio «sugieren que se debe prestar más atención a la regularidad del sueño en las pautas de salud pública y la práctica clínica debido a su posible papel en la salud cardiovascular«.
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