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Omicrom ¿es tan fiera como la pintan?
Detectada en Sudáfrica una nueva variante de coronavirus que inquieta a los expertos
Los científicos le han dado el nombre provisional de B.1.1.529, a la espera de que la OMS le asigne una letra griega. El virus identificado posee un número inusualmente alto de mutaciones, algunas de ellas en la espícula, lo que supone un motivo de preocupación por su potencial para evadir la inmunidad previa e incrementar su transmisibilidad.
Publicado en SINC el 26/11/2021 1
Científicos y autoridades sanitarias de Sudáfrica han confirmado esta semana la detección de una nueva variante del SARS-CoV-2, identificada como B.1.1.529, que posee múltiples mutaciones y que ha despertado “preocupación” entre los especialistas, aunque su impacto aún tiene que ser estudiado.
La nueva variante presenta “una constelación muy inusual de mutaciones”, pero su “significado todavía es incierto”, explicó en una rueda de prensa virtual Tulio de Oliveira, de la Plataforma de Innovación en Investigación y Secuenciación de KwaZulu-Natal (Sudáfrica).
La B.1.1.529 presenta más de una treintena de mutaciones. Algunas de ellas son motivo de preocupación por su posible impacto en la transmisibilidad y su potencial capacidad de evadir la inmunidad
Según refleja Neil Ferguson, profesor del Centro MRC para el Análisis de Enfermedades Infecciosas Globales del Imperial College de Londres (Reino Unido), la nueva variante tiene una cantidad de mutaciones sin precedentes “en la proteína de la espícula o S, que es la diana de la mayoría de vacunas”, lo que podría significar que “tuviera un mayor potencial para sortear la inmunidad que las anteriores variantes”, añade el investigador.
Hasta ahora se han confirmado casos de esta variante en Sudáfrica, en Hong Kong (en un viajero procedente del país africano) y en la vecina Botsuana, según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Sudáfrica.
En total, la B.1.1.529 presenta más de una treintena de mutaciones. Según los científicos sudafricanos, posee un posible impacto en la transmisibilidad y por su potencial capacidad de evadir la inmunidad o protección previa.
“Tiene un gran salto evolutivo, especialmente después de una tercera ola de (variante) delta muy severa”, señaló Oliveira. “Podríamos ver esta variante expandirse muy rápido”, según los datos recogidos en la provincia sudafricana de Gauteng (en la que se encuentran Johannesburgo y Pretoria), donde en los últimos días el número de casos de covid-19 aumentó significativamente.
Podríamos ver esta variante expandirse muy rápido. Hasta ahora se han confirmado casos en Sudáfrica, en Hong Kong (en un viajero procedente del país africano) y en la vecina Botsuana
“Dada la gran cantidad de mutaciones que ha acumulado, aparentemente en un solo evento infeccioso, es probable que evolucionara durante la infección crónica de una persona inmunodeprimida, posiblemente con VIH no tratado”, elucubra Francoix Balloux, del UCL Genetics Institute (Reino Unido).
Una detección temprana
Los especialistas sudafricanos han hecho hincapié, no obstante, en que la detección de esta nueva variante se ha realizado de manera “muy, muy temprana” y se mostraron optimistas en que esto favorezca el control de su expansión.
De hecho, su descubrimiento se produjo en un análisis el pasado 23 de noviembre, a partir de muestras tomadas entre el 14 y el 16 de ese mismo mes tras un aumento del número de casos detectado en Johannesburgo y Pretoria.
El descubrimiento de esta variante se produjo en un análisis el pasado 23 de noviembre, a partir de muestras tomadas entre el 14 y el 16 de ese mismo mes
“No queríamos que esto estuviera merodeando como un rumor”, ha enfatizado, por su parte, el ministro de Salud sudafricano, Joe Phaahla.
Oliveira ha indicado también que esperan que la Organización Mundial de la Salud (OMS) facilite un nuevo nombre de letra griega a esta variante, al igual que se hizo con el resto. “Aunque la B.1.1.529 se haya detectado por primera vez en Sudáfrica, no significa necesariamente que se haya originado en este país austral”, ha recalcado.
Hasta la fecha, Sudáfrica acumula unos 2,95 millones de casos de covid-19 con cerca de 90.000 muertes. Este país es el epicentro de la pandemia dentro del continente africano y ya sufrió los efectos de otra variante, la beta, durante su segunda ola (entre finales de 2020 y comienzos de 2021), que luego fue barrida por la variante delta en la tercera ola (a mediados de 2021).
La OMS califica a la variante sudafricana como ‘de preocupación’: ¿es tan fiera como la pintan?
La OMS ha calificado en la tarde de hoy viernes a la variante sudafricana B.1.1.529 (ahora Omicron) como una “de preocupación”, por su transmisibilidad.
Por Pilar Pérez/Soledad Valle. Publicado en Diario Médico el 26/11/2021
Esta misma tarde, el Grupo Técnico Asesor de la OMS sobre la Evolución del SARS-CoV-2 ha emitido una nueva calificación de la variante SARS-CoV-2 sudafricana (conocida como Nu) B.1.1.529 por la que pasa de considerla variante de interés a variante de preocupación (VOC, por las siglas de Variant of Concern), y la ha denominado variante Omicron. Señala que el importante incremento de infecciones de las últimas semanas en Sudáfrica han coincidido con la detección de la citada B.1.1.529, cuya primera determinación en un infectado se hizo el pasado 9 de noviembre.
Los argumentos del grupo para considerarla VOC es que posee un gran número de mutaciones, de las cuales “algunas son preocupantes. Las evidencias preliminares hacen pensar en un incremento en el riesgo de reinfección con esta variante, en comparación con otras VOC. El número de casos de esta variante parece estar creciendo en casi todas las provincias de Sudáfrica”.
Cierre de fronteras
Ya hoy viernes el gobierno británico, Italia, Países Bajos, Alemania y también España comunicaron que cerraban sus fronteras a los vuelos procedentes del sur de África. El temor a la nueva variante sudafricana, recien rebautizada por la OMS como variante Omicron, ha sido el detonante de esa decisión. Mientras, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su cuenta en Twitter ha insistido en la necesidad de activar “el freno de emergencia para detener el tráfico aéreo desde la región del sur de África por la variante B.1.1.529”.
Esta rápida reacción contrasta con lo poco que se conoce de esta nueva versión del coronavirus y los casos descritos, poco más de 30 todos procedentes de un brote en Sudáfrica, aunque ya se haya descrito un paciente en Bélgica.
¿Está habiendo una sobrerreacción de los países europeos o hay motivos de preocupación claros? El ex asesor de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y especialista en enfermedades infecciosas, Vicente Soriano, aclara para este diario que la singularidad de esta nueva variante, que cabe calificarla de cepa, radica en las numerosas mutaciones encontradas en la proteína de la espícula del virus: “Parece que ha aparecido una variante que es muy distinta a las variantes registradas hasta ahora y, además, ha aparecido de golpe, lo cual puede indicar que existe un reservorio animal activo, que no conocemos”.
Esa idea de “reservorio no humano” se sostiene, según Soriano en que “no ha habido una trazabilidad, una evolución natural del coronavirus que nos haya llevado a esta variante, que supone un salto”.
Las investigaciones necesarias para conocer el impacto de esta nueva versión del virus deben centrarse en dos aspectos, según apunta Soriano. Por un lado, en saber si hay un reservorio no humano del virus que haya generado esta variante tan distinta y, por otro, si la inmunidad previa obtenida a través de la vacuna o por haber pasado la enfermedad es efectiva ante la variante Omicron.
¿Podría no ser eficaz la vacuna frente a la nueva versión del SARS-CoV-2? El ex asesor de la OMS es prudente en su respuesta, pero recuerda que las vacunas se desarrollan contra un virus y es posible que las mutaciones, los cambios en ese virus, las haga menos efectivas. “En estos momentos hay que seguir secuenciando y recogiendo información de la variante y, sí, podría concluirse que las vacunas autorizadas hasta ahora fueran menos efectivas”, porque siempre hablamos de grados de cobertura.
Más contundente se muestra Fernando González, de la Unidad Mixta Infección y Salud Pública de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) y la Universidad de Valencia. “Resultaría precipitado, con los datos que hoy tenemos, decir que las vacunas no sirven. En el futuro, con más información, puede que esta situación sea diferente, pero a priori debemos decir que las vacunas son efectivas. Si el porcentaje de efectividad era al inicio del 95% y luego baja al 90%, siguen siendo efectivas. Si bajase, incluso, a menos, también seguirían siendo efectivas”.
“Sabemos que las variantes agravan las olas existentes”, apunta Comas
El investigador de Fisabio destaca que “de momento estamos ante una variante en vigilancia”, según la ha calificado la OMS. “Debemos tener en cuenta que los casos encontrados hasta el momento se vinculan con un brote concreto en Sudáfrica y, además, el número de casos total no es relevante como para denominarla de preocupación, aunque sí que debemos mantenernos en alerta ante los cambios”, apunta.
Sobre lo que ya sabemos de esta nueva variante responde Iñaki Comas, investigador del Instituto de Biomedicina de Valencia del CSIC. “Las mutaciones que muestra la B.1.1.529 se habían visto en otras variantes, pero no todas juntas en la misma”. Explica que “alguna de esas variantes se cree que están asociadas a mayor transmisibilidad, otras a una reducción de la eficacia de los anticuerpos…”. Sin embargo, según Comas “lo importante no son las mutaciones individuales, sino qué hacen cuando están en combinación. Esta es una combinación nueva por lo que, de momento, nos quedamos simplemente en que tienen ese potencial y habrá que ver que si realmente se corrobora o no”.
Además de ese mayor número de mutaciones, otro signo de alarma que señala el científico del CSIC es que “está creciendo a una gran velocidad”, aunque recuerda que “esto ha ocurrido con otras, por ejemplo, con la variante Beta, que luego solo tuvo un efecto local y no se abrieron mucho camino fuera”.
Por tanto, para el investigador “hay que seguir la trayectoria en Sudáfrica y ver si se replica en otros países donde haya entrado. Hay una gran heterogeneidad epidemiológica ahora mismo, países muy vacunados, poco vacunados, con ola creciente, ola decreciente. En ese sentido, si entra y desplaza a la variante Delta en todas esas situaciones -en analogía a lo que Delta hizo con Alpha hace unos meses- nos indicaría que efectivamente es sustancialmente más transmisible”. En paralelo, Comas insiste en que “se debe estar ya midiendo el impacto en anticuerpos en el laboratorio para saber si suponen un riesgo o no para las vacunas”.
El control local de la pandemia no es posible
Sin embargo, aunque haya dudas sobre la verdadera gravedad de la variante Omicron, los expertos destacan la situación de sexta ola en la que están inmersos varios países europeos y “sabemos que las variantes agravan las olas existentes”, apunta Comas.
En este contexto, el cierre del espacio aéreo y otras medidas de contención del virus tienen un sentido claro: “Si la variante entra en un país en un contexto de restricciones, puede que se termine imponiendo, pero se evitaría que agrave las olas. A esto hay que añadir todo lo relacionado con la inmunidad total o parcial que tenga la población. Tanto para ésta como para otras variantes lo que funciona es una combinación de medidas de protección: vacunación, mascarillas, distancia, ventilación. Este invierno era nuestra “prueba de fuego” ya que se combinaba el frío (espacios cerrados), la variante delta y una cierta pérdida de efectividad de las vacunas. Veremos si esta variante se añade a la ecuación o no”.
Con este más que aparente nuevo revés que ha traído la variante sudafricana, los investigadores vuelven a poner de manifiesto que “la pandemia se puede controlar localmente en un momento concreto, pero ese control siempre estará en peligro si no la controlamos globalmente”.
El temor del investigador del CSIC es que “la falta de visión de los países desarrollados, donde por ciudadano se han llegado a acumular en los almacenes hasta cuatro o cinco dosis, la podemos terminar pagando”. Dicho de otro modo, en palabras de González: “La vacunación debe ser global. Y este es el ejemplo de que no podemos olvidarnos de que todos los países deben tener acceso a ella, porque, de lo contrario, dejamos al virus espacios para actuar”.
También coincide con esta idea Joan Caylá, miembro de la Sociedad Española de Epidemiología: “Estamos dando muchas oportunidades al virus para multiplicarse. En Sudáfrica el VIH y la tuberculosis son otras infecciones importantes y están interactuando con el SARS-CoV-2”.
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