.Actividad Física
Optimizar el rendimiento de los deportistas
Recetas ‘de primera’ para optimizar el rendimiento físico de los deportistas
Antes, durante y después de la práctica deportiva hay que garantizar los productos y macronutrientes adecuados.
Los deportistas pueden comer alimentos diferentes, pero adaptados a sus necesidades. Foto: DM.
Enrique Mezquita Diario Médico. 04.08.2024
La alimentación tiene un impacto directo y crucial en la preparación física de los deportistas. Bien lo saben los profesionales que están participando, hasta el 11 de agosto, en los Juegos Olímpicos París 2024. Por ello, es fundamental garantizar que consuman los productos y macronutrientes adecuados para cubrir sus necesidades antes, durante y después de la práctica deportiva.
Esta es la filosofía que guía los recetarios aplicados al deporte elaborados por alumnado del Grado en Nutrición Humana y Dietética de la Universidad de Alicante (UA), una actividad que forma parte de las prácticas donde los estudiantes deben materializar sus habilidades culinarias.
“Sabemos que la comida que ingerimos tiene un impacto directo en nuestro metabolismo, recuperación y capacidad para superar desafíos físicos», asegura en el prólogo del segundo recetario elaborado la dietista y nutricionista Bárbara Sánchez. Cinnamon Rolls, Choco cheesecake proteica, Donuts de boniato, Wild Flan, Gelatiproten y Pop Cake Proteicos… son nombres de recetas «sencillas, ricas y adaptadas a las necesidades de los deportistas», que incluyen macronutrientes esenciales para preparar entrenos y competiciones.
La guía de recetas de la Universidad de Alicante ofrece ‘snack’ saludables. Imagen: UA.
En este curso se ha desarrollado el volumen II del recetario, publicado en formato electrónico, centrado en recetas utilizando la combinación de alimentos y suplementos deportivos.
Según destaca a DM José Miguel Martínez, profesor de la asignatura de Planificación Dietética Deportiva y coordinador y supervisor, junto a Mónica Castillo, del recetario, «las claves de estas recetas es que para elaborarlas se combina el uso de alimentos y suplementos deportivos, para que los y las deportistas que quieran consumirlas pueda aprovechar las ventajas de ambos y la infinidad de posibles combinaciones. Esto permite adaptar recetas, que comúnmente se consideran como dulces o postres, al contexto deportivo».
Adaptadas a los requerimientos
Estas adaptaciones varían en función de si pueden ser utilizada para la hora previa, durante o la hora posterior del entrenamiento y/o competición, así de la características y hábitos alimentarios del deportista. De este modo, «podemos incorporar nutrientes como los hidratos de carbono, proteínas y sodio a través de consistencia sólida, liquida o semilíquida (por ejemplo, gelatina)».
Concretando, el empleo de alimentos como los cereales, harinas, fruta o bebidas vegetales «es debido a su aporte de hidratos de carbono«; el chocolate o la miel, además incluir hidratos de carbono simples, «dan el toque dulce de la mayoría de las recetas»; y el empleo de lácteos, «nos aporta proteínas e hidratos de carbono».
Además, el manejo de los quesos y huevo brinda proteínas, mientras que «los suplementos nos ayudan a terminar de cumplir los requerimientos de estos nutrientes de una forma concentrada y culminar de esta forma con la receta a elaborar». De manera más específica, el recetario informa de las recomendaciones concretas de nutrientes para tener en cuenta en cada momento.
Las recetas se adaptan a los requerimientos de cada deportista. Imagen: UA.
Además de los profesores mencionados, han colaborado en la supervisión de los contenidos y diseño del segundo recetario, así como en la redacción de las recomendaciones dietético-nutricionales, Marielisa Gabriela Belisario, de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UA, Rubén Jiménez, de la Universidad de Vitoria-Gasteiz, David Romero, de la Facultad de Ciencias de la Salud, y Jaime Sebastiá, de la Clínica Universitaria de Nutrición, Actividad Física y Fisioterapia y Fundación Lluís Alcanyís-Universitat de València.
El volumen I se centró en recetas en cuya elaboración no se utilizaban suplementos deportivos. «El planteamiento fue para que el alumnado pudiera modificar recetas y adaptarlas al contexto deportivo, utilizando los alimentos como primera opción y verificando de esta forma sus aplicaciones en el deporte, expone Martínez.
bre todo una persona mayor, siga los consejos que se les facilita desde la farmacia y, además, que los mantenga en el tiempo. Pues nosotros hemos conseguido, de momento, que más de 200 acaben el programa al completo».
Un método extrapolable
De este trabajo, Mozo destaca no solo el impacto en salud sino también que ofrece un método de intervención sencillo, rápido y extrapolable a cualquier farmacia. Así, el protocolo que han seguido para la obtención de los datos se basa en cinco pasos: el primero es el ofrecimiento del servicio; el segundo, mediciones antropométicas (peso, altura, IMC, bioimpedancia y test de agarre); el tercero, realización del test SARF; el cuarto, test MNA, MUST y test de la silla (hacer que el usuario se siente y se levante cinco veces y ver en cuánto tiempo lo hace), y el quinto, inclusión en el grupo de seguimiento de 12 semanas con seis visitas.
«La idea es que todas las farmacias puedan realizar una intervención protocolizada, estandarizada e igual en todas, para que, en un futuro, esto pueda llegar a convertirse en un servicio profesional farmacéutico«.
Colaboración entre profesionales
Amelia Rodríguez Martín defiende en declaraciones a CF que la farmacia comunitaria juega un papel muy importante en dos planos: la investigación y la atención al paciente. Desde su punto de vista, el farmacéutico tiene la ventaja de llegar a todo el mundo, pues «es un lugar muy frecuentado por la población no solo para la adquisición de su medicación sino también para obtener consejo», lo que le convierte en una fuente valiosa para la obtención de información, tan necesaria para un trabajo de investigación.
Asimismo, cree que la labor que realiza más allá de la entrega del medicamento, como agente sanitario en la prevención, detección y educación sanitaria, supone un trabajo que complementa la labor que se lleva a cabo en los centros de salud, fomentándose la colaboración entre profesionales.
«Ahora me muevo mejor»
Chari Blanco es una mujer que se ha beneficiado de la intervención del farmacéutico comunitario para la detección y prevención de la obesidad sarcopénica y afirma que, desde que está en el programa, tiene mayor capacidad para moverse y se levanta sola sin necesidad de ayuda, algo que antes de ponerse en manos del farmacéutico no podía hacer. «En casa ya no tengo la muleta y ahora me muevo mejor», afirma.
La clave de este cambio, dice Mozo, es adecuar la ingesta alimentaria y dejar de ser sedentario. «Me levanto por la mañana, desayuno, me tomo mi café y mi tostada con aceite. A media mañana, como una naranja o una mandarina, y de almuerzo, verdura y pescado o filete de pollo. Por la noche, un caldo, un huevo duro y un yogur». Entre risas, reconoce que en el cumpleaños de su nieta se tomó un trozo de tarta: «Pequé», dice.
Los resultados en Chari son evidentes. En la segunda medida de peso y grasa corporal realizada, ha reducido la grasa corporal y ha bajado 8 kg de peso y los test de fuerza han mejorado respecto a las primeras medidas tomadas.
Estos logros han empujado a la hermana de Chari, Mª Jesús, a participar también en el programa. «Me va muy bien», celebra. Ha perdido 8 kilos, pero lo importante es que ha ganado masa muscular. «Me noto más ligera andando porque antes estaba más torpe cuando andaba». Ir al gimnasio y a la piscina, además de unos buenos hábitos alimentarios y una ingesta adecuada de proteínas, también han hecho que la vida de Mª Jesús sea mejor.
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