.Conservación
Plan de desperdicios y donaciones en los supermercados
Los supermercados tienen menos de un año para cerrar el plan de prevención de desperdicios y las donaciones
Carlos Manso Chicote, 20 minutos 10.04.2025 – 19:00h
Fuentes del Ministerio de Agricultura han descartado que se aplique sanciones sobre estos dos ámbitos antes del 3 de abril de 2026, así como que la norma tenga un carácter retroactivo, a pesar de un error en el BOE.
El desperdicio alimentario supone 368.000 millones de euros de pérdidas anuales
Comienza la cuenta atrás. La nueva Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario, publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el pasado 2 de abril, establece un periodo de un año para la entrada en vigor de la obligación de que los supermercados, las explotaciones agrarias e industria elaboren un plan de prevención contra las pérdidas y el desperdicio alimentario, así como para la firma de acuerdos o convenios de donación para la entrega de alimentos a entidades sociales. En concreto, la fecha señalada en rojo en el calendario de la distribución alimentaria es el 3 de abril de 2026. Fuentes del Ministerio de Agricultura han descartado que se aplique sanciones sobre estos dos ámbitos antes de la citada fecha, así como que la norma tenga un carácter retroactivo, a pesar de que en el BOE aparece como fecha de entrada en vigor de esta regulación (menos el artículo 6 que es el referido a los planes de prevención y acuerdos de donación) el pasado 2 de enero.
Lo referente a los planes de prevención y los acuerdos de donación está regulado en el citado artículo 6 que establece, entre otras disposiciones, la obligación de contar con un plan de prevención de pérdidas y desperdicio alimentario, que tenga en cuenta la «jerarquía de prioridades» fijada por la normativa, así como que se firmen convenios o acuerdos para la donación de alimentos con entidades sociales y ONG, menos si resulta inviable físicamente. De esta obligación quedan excluidos los establecimientos con menos de 1.300 metros cuadrados de superficie útil de venta así como las microempresas (con menos de 10 personas trabajando y una facturación inferior a los 2 millones de euros) y pequeñas explotaciones agrarias con menos de 50 empleados y unos ingresos de menos de 10 millones.
Sobre la citada «jerarquía de prioridades», fuentes del departamento que dirige el ministro de Luis Planas, explican que antes de que el alimento se desperdicie se priorice que tenga otro uso transformándose para la elaboración de zumos, purés, mermeladas… o bien sea donado para ser redistribuido entre las personas más necesidades. Si ninguna de ambas opciones son factibles, la norma establece que se pueda utilizar como un subproducto en la industria. En el caso en que esta posibilidad no sea factible, apuntan fuentes del Ministerio de Agricultura, la Ley de Residuos de 2022 obliga a «establecer medidas de valorización a través de la economía circular para que entre otra vez en el circuito como compost vegetal, bigás o cualquier otro tipo de combustible».
«Las empresa ya ejecutan planes de prevención»
Fuentes de la Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas) destacan sobre la Ley de Desperdicio Alimentario que “las empresas de la distribución alimentaria ya ejecutan planes de prevención desde hace mucho tiempo” y añaden que servirán “para ver las áreas de mejora”. En este sentido, han destacado el “alto grado de cumplimiento” de estas hojas de ruta entre los supermercados españoles.
Sobre los acuerdos de donación, que regularán la entrega de alimentos a entidades sociales, en la patronal de los supermercados apuntan que “hace muchos años que tienen convenios con los bancos de alimentos y otras organizaciones de proximidad”. En cualquier caso, se felicitan de que se permita a las pequeñas tiendas modificar la “jerarquía de prioridades” a la hora de evitar el máximo desperdicio y de que los planes de prevención no sean obligatorios para las tiendas con menos de 1.300 metros cuadrados de superficie de venta, así como las microempresas y pequeñas explotaciones agrícolas. “Todas estas flexibilidades están muy bien, porque tienen en cuenta las características propias del comercio de proximidad en España”.
Desde La Distribución (Anged) que agrupa a grandes grupos de distribución como Carrefour y El Corte Inglés, destacan que «en el proceso legislativo han participado todos los eslabones de la cadena agroalimentaria» y señalan que la norma recoge » buenas prácticas y aimpulsadas por las empresas de la distribución». En esta línea, ponen en valor los «ambiciosos objetivos» de la norma como la reducción del desperdicio alimentario en un 50% en el ámbito doméstico y del 20% en los procesos de producción y distribución. Al hilo de lo anterior, añaden que los distribuidores han reducido su desperdicio «por debajo del 1% del total de los productos que comercializan». Lo que han atribuido a «innovaciones en la gestión de los stocks la mejora de los sistemas logísticos y de refrigeración; la evolución de los envases o las acciones de sensibilización a los consumidores.
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