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Por desgracia, la publicidad no adelgaza solo con verla
Mantener una figura estilizada es desde tiempos inmemoriales una obsesión para muchas personas. Lo que para algunos es una quimera casi inalcanzable para otros es un gran negocio
Cada año, la llegada de la primavera marca el inicio de una de las de las operaciones más importantes y multitudinarias del planeta. Estamos hablando de la omnipresente Operación bikini. Quien más, quien menos, todos estamos deseando lucir palmito cuando llega el calor y hacemos lo posible, y algunas veces lo imposible, por perder alguna de las lorzas que vamos sumando y que durante el resto del año adornan nuestra bella silueta.
Y claro, cientos de empresas nacen al calor de este enorme negocio que es la pérdida de peso. Sobrevivir entre tanta competencia es complicado. Dietas milagrosas, gimnasios, bebidas detox o prendas compresivas para disimular forman parte de este universo de la eliminación de grasa corporal.
Ahora, que empezamos a meternos de lleno en el frío y la lluvia y ya quedan muy lejos los pensamientos estivales y sus “problemas” asociados, repasemos lo que han hecho en años anteriores los distintos actores del sector del adelgazamiento en materia de publicidad.
En la desbordante imaginación de un niño no se puede imaginar a ningún héroe con exceso de peso. Ya quiera ser cantante, policía o menos aún un deportista. De eso se ha dado cuenta la filial guatemalteca de la Fundación League Against Obesity que alienta a los jóvenes a perder algún kilo para poder cumplir los sueños de infancia.
Uno de los grandes de este sector en el siempre gigantesco mercado norteamericano es Weight Watchers (cuenta con más de 25.000 empleados). En el primer anuncio de los dos que veremos de esta compañía se nos muestra la metamorfosis (no creo que estuviera tan mal antes) de la estupenda cantante Jennifer Hudson, supuestamente gracias a sus productos. Un comercial muy del gusto anglosajón con sueños cumplidos, afán de superación y un mensaje final: cree.
El otro tiene un tono más desenfadado y muestra lo que ellos consideran el antes y después de uno de sus tratamientos. El mensaje es claro y muy explícito.
La comida es uno de los factores más importantes a la hora de perder peso. Una mala alimentación puede dar al traste con todo el ejercicio físico realizado para agradar a la báscula (y a ti mismo). La cadena de librerías Borders (ya desaparecida) se propone ayudar a los que quieran cuidar lo que comen en la medida de sus posibilidades.
En eso de la alimentación, el marketing callejero también está presente. Aunque la opción presentada por la Asociación en Defensa de los Animales PETA para adelgazar es un tanto extrema, la manera en que usan para darla a conocer es brillante.
Tampoco es muy convencional la forma de anunciarse de Oishi, un refresco muy popular en toda Asia hecho a base de té verde japonés y que ayuda a adelgazar. Definitivamente, el sentido del humor de los asiáticos y el nuestro es diferente.
Turno ahora para el ejercicio. Todo tipo de centros para cuidar el cuerpo están presentes disputándose el favor del público. Por ejemplo, el gimnasio brasileño Companhia Athletica propone que te pongas en forma para evitar situaciones un tanto incómodas.
También el agua puede ayudar a reducir nuestras medidas. Y eso lo saben en el gimnasio ucraniano Sport Life.
Otro tipo de gimnasia, pero ejercicio al fin y al cabo, es el yoga. Y un centro situado en el barrio neoyorquino de Brooklyn llamado YOBK propone para la pérdida de peso una variedad de esta disciplina a base de calor llamada “hot yoga”.
Y ya por último, si no te van los gimnasios o eres un sibarita con gustos exclusivos, puedes contratar los servicios de los entrenadores personales de X-Fit.
Pues eso, que hay que intentar estar en forma todo el año, no solo en verano. Chiqui de la Fuente El País11 OCT 2018
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