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¿Qué lata de atún en conserva elegir para cada plato?
¿Qué lata de atún en conserva elegir para cada plato?
Hay muchas opciones de atún en conserva en el mercado, pero cada tipo es más apropiado para unas recetas que para otras. Te damos algunas claves para elegir
Por Peio Gartzia, Consumer, 15 de junio de 2024
En aceite de oliva o de girasol, en escabeche, al natural, en lomos, desmigado… La sección de conservas de atún es muy amplia. Por eso, a la hora de elegir, es importante considerar en qué tipo de recetas las utilizaremos. Con algo de planificación, resultará mucho más fácil decantarse por una u otra conserva. A continuación te ofrecemos una guía práctica para seleccionar las mejores conservas según el tipo de plato que quieras elaborar.
🔸 Atún para entrantes y entremeses
🐟 Atún desmigado en aceite de oliva. Para preparar unos ricos entremeses, como unas tostas untadas, un volován relleno o una ensaladilla dentro de unos tomatitos, la opción más segura es la del atún en aceite de oliva y en forma desmigada.
La razón para elegirlo es que, una vez escurrido de la conserva, se mezclará y unirá a otros ingredientes para darle la textura cremosa fácil de untar y de rellenar. Así, aunque la calidad importa, no se nota tanto si son lomos, pandereta o desmigado de atún.
En cambio, sí es importante qué matiz de sabor le queramos dar a la mezcla. Por ejemplo:
- Si acompañamos la tosta cremosa de atún con unas guindillas, podemos elaborar la crema con atún en escabeche, que dará un contrapunto muy sabroso.
- Si, por el contrario, buscamos unos sabores más matizados (como en una ensaladilla o una crema suave para untar junto con un toque de cebolla y pimiento confitado), la mejor opción será la de un atún en conserva natural o en aceite de girasol.
🔸 Atún para ensaladas
🐟 Lomos de atún en aceite. Si queremos preparar la mejor ensalada del mundo, necesitaremos productos de calidad. Para esta ensalada, entonces, compraremos unos lomos de atún en aceite. La idea es sacar unas láminas de atún grandes, con buena presencia, que asegurarán el éxito de la receta, como en la siguiente ensalada:
Ensalada campera con atún
- Cuece un par de patatas lavadas con piel en una cazuela, durante unos 40 minutos, cubiertas de agua y con una pizca de sal. Para comprobar si están cocidas hay que pincharlas; si el palillo entra con facilidad, se deben retirar del fuego, escurrir y dejar enfriar.
- Pélalas, córtalas en rodajas y resérvalas.
- En otra cazuela con agua hirviendo, cuece dos huevos durante 10 minutos, con una pizca de sal y un chorrito de vinagre. Una vez cocidos, enfríalos bajo el grifo, pélalos y córtalos en gajos.
- Corta en paisana (dados regulares, de un centímetro de grosor) un pimiento rojo asado y una cebolleta fresca.
- Por último, lava y corta en gajos un tomate maduro de ensalada, y reserva todas estas hortalizas en un lugar fresco.
👉 Aliño y presentación
- Elabora una vinagreta con un par de cucharadas de aceite de oliva, una cucharada de vinagre de sidra y una cucharada de mayonesa ligera, batiendo hasta que quede una crema homogénea. Pon a punto de sal.
- Aliña con ella las hortalizas troceadas y colócalas en una ensaladera con una base de patata cocida.
- Reparte los gajos de tomate y de huevo alrededor, y coloca el atún escurrido y en grandes láminas, algunas aceitunas y una pizca de cebollino recién picado por encima, añadiendo un poco de vinagreta más sobre el conjunto.
🔸 Atún para bocadillos y tentempiés
🐟 Atún en aceite de girasol. Para hacer bocatas, sándwiches o patés caseros de atún, que tanto gustan a los más pequeños de la casa, lo idóneo es comprar unas latitas de atún en aceite de girasol, que está casi desmigado. Solo hay que escurrir del aceite de la conserva y estará listo para preparar una deliciosa y nutritiva merienda como, por ejemplo, este sándwich:
Sándwich tostado con paté de atún
- Necesitarás un par de latas de atún escurrido de la conserva, para mezclarlos con un par de quesitos cremosos, una cucharada de salsa de tomate y una cucharada de mayonesa ligera. Tritura la mezcla con una batidora hasta crear una crema suave y fácil de untar.
- Tuesta los panes de molde y unta el interior con la mezcla de paté de atún.
- Y si quieres, agrega unos tomatitos cherry y unas hojitas de lechuga en su interior para dar un poco de color y que sea más nutritiva la merienda.
🔸 Atún en conserva como guarnición
🐟 Ventresca de atún en conserva. Además de platos fríos, como ensaladas o sándwiches, el atún en conserva también puede acompañar preparaciones un poco más elaboradas y utilizarse para guarnecer platos de arroz y de pasta. En estos casos, si utilizamos una ventresca de atún en conserva, conseguiremos una textura muy suave. Además, las conservas se pueden servir frías o ligeramente templadas. Un ejemplo:
Ensalada templada de pasta
- Cuece 250 gramos de pasta corta para ensalada «al dente» (que quede un poco tiesa en su interior) en abundante agua hirviendo con sal, durante 7 minutos.
- Mientras, limpia la lechuga y el tomate, trocéalos y ponlos como base en los platos donde se servirán.
- Cuando la pasta esté cocida, escúrrela y, así templada, alíñala con aceite de oliva y un diente de ajo muy picado.
- Pon la pasta en los platos o recipientes donde has colocado las lechugas y tomates (también ligeramente aliñados con aceite de oliva).
- En el último instante, añade trozos de ventresca escurrida de la conserva, unos granos de maíz en conserva y zanahoria rallada.
- Es importante servir al instante, puesto que ya está aliñada. Al llevar a la mesa habrá que dar un último toque con un chorrito de aceite o, también, con unas cucharadas de salsa mayonesa o de alguna de sus salsas derivadas.
Cómo añadir las conservas de pescado a nuestro menú
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Por Claudia Polo, publicado en Consumer el 20 de junio de 2024
La conserva es un procedimiento que envasa un alimento en un recipiente hermético y lo somete a un tratamiento térmico que garantiza un producto estéril, con una vida útil larga y que no necesita de refrigeración para conservarse. Cuando se habla de conservas marinas, se incluyen todas las que proceden del mar: pescados azules —aquellos con más porcentaje de grasa, como el atún, el bonito, la caballa, las sardinas— y los bivalvos y cefalópodos —mejillones, berberechos, zamburiñas, sepia, calamares o pulpo— son los más comunes.
Tipos de conservas de pescado, textura y sabor
El proceso de cocinado determinará el sabor y la textura final. Se encuentran las conservas al natural, cocinadas exclusivamente en agua con sal, y las conservas en aceite, algo más jugosas; en escabeche, método tradicional que cocina el alimento en una solución ácida, así como otras conservas en diversas salsas.
🐟 Cuál elegir
- Al natural. Son una muy buena opción, siempre que solo incluyan agua, sal y el producto en cuestión.
- En aceite y en escabeche. Se recomienda elegir aquellas que utilicen aceite de oliva virgen extra en su elaboración, frente a otros aceites refinados.
- En salsa. Es mejor que estén preparadas a partir de productos naturales —verduras y hortalizas— y que no incluyan azúcar ni potenciadores del sabor.
- La lata. Es importante asegurarse de que se encuentran intactas, sin ningún golpe ni abolladura.
🐟 Cuánto consumir
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) aconseja a la población general consumir entre tres y cuatro raciones de pescado a la semana, entre blancos y azules. Las conservas de pescado son un buen aliado para conseguir esas cantidades.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que pescados como el atún o el bonito acumulan más metales pesados que otras especies. Por eso, la AESAN recomienda que su consumo sea más esporádico y alternarse con otras conservas y otros pescados frescos.
🐟 Qué propiedades tienen
El pescado aporta una gran cantidad de proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos omega 6 y 3, así como minerales —yodo y selenio, entre otros— y vitaminas —A, D y B12—. Las conservas mantienen todas las propiedades del producto en fresco, lo que las convierte en un muy buen recurso para utilizar durante la semana.
Son una fuente de proteína muy valiosa, por lo que para conformar platos completos debería constituir casi siempre una cuarta parte de nuestro plato.
🐟 Cómo incluirlas en la dieta
Una buena forma de incluirlas en nuestra dieta veraniega es en ensaladas —como por ejemplo una que incluya hojas verdes variadas, cebolleta, tomate, pepino, medio vaso de legumbre cocida y una lata de conserva de pescado—, pero hay otras formas de combinarlas.
Pueden añadirse a arroces o pastas, mezclarse con patatas o cereales cocidos o servirse con una ración generosa de verduras.
Otras ideas de menús basados en el plato de Harvard serían:
- Crema de calabacín y caballa en escabeche con guisantes (50 %).
- Ensalada de patata y mejillones en salsa de tomate, tomate natural con cebolla (50 %).
- Endivias con sardinas y arroz de verduras (25 % de verdura y 25 % de proteína).
Tips para aprovechar y almacenar las sobras
🐟 El líquido
- Se puede aprovechar. Si no se emplea al momento, se recomienda verterlo en un tarro y guardarlo en la nevera.
- El aceite se puede utilizar para saltear unas verduras, arrancar un sofrito para un arroz o cocinar unos lomos de pescado a la plancha.
- Ya sea aceite o escabeche, se pueden agregar al aliño de una ensalada.
🐟 Las sobras
- No se debe guardar la lata abierta en la nevera, ya que es más susceptible de contaminarse, además de aportar olores indeseados.
- Para conservarla hay que traspasarla a un recipiente hermético —un táper o un bote de vidrio—, que además mantendrá mejor su frescura, y consumirlo en un periodo de tres días.
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