Curiosidades
El picor: rascarte no te servirá de nada
Es una solución a corto plazo que solo produce más picor
Lo que comúnmente llamamos picor es un síntoma que en medicina se denomina prurito y consiste en un hormigueo o irritación de la piel que provoca el deseo de rascarse en la zona con el fin de aliviarlo.
El picor puede producirse bien en varias áreas del cuerpo al mismo tiempo -prurito generalizado- o en una zona específica -prurito localizado- y deberse a múltiples causas. También puede ser un indicador del estrés o un mecanismo de alerta frente a una agresión.
Dependiendo de la personalidad de quien lo sufre, su conducta y contexto social, sus efectos varían, pudiendo llegar a ser muy graves: “El picor crónico puede cursar como un proceso debilitante, con el desarrollo de comorbilidad psiquiátrica, desencadenando reacciones afectivas como depresión, agresividad, ansiedad y alteración del sueño, estableciéndose así, un círculo vicioso de difícil resolución”, explica Elena González-Guerra, médico adjunto del Servicio de Dermatología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
¿Por qué se produce el picor?
Fisiológicamente, se explica gracias a una molécula denominada BNP o péptido natriurético B, que se libera en la médula espinal transmitiendo la sensación de picor al cerebro. En 2013 pudo comprobarse, gracias a un experimento realizado con ratones que, si se elimina dicha molécula, desaparece también el impulso de rascarse.
Lo más lógico sería que la causa fuera la misma en los seres humanos, pero comprobarlo resulta mas difícil debido a que inhibir ese neurotransmisor es complejo por estar relacionado también con muchas otras funciones.
Rascarse no sirve de nada
Nuestra primera reacción al picor siempre es rascarnos. Al hacerlo, se produce un dolor -estímulo contrario- que bloquea el envío de la señal de picor hasta la médula espinal. El picor se diferencia del dolor también en la sensación que produce y en que tiene su propia línea de conexión con el cerebro.
Este alivio, aunque inmediato, solo funciona a corto plazo: el dolor genera la liberación de serotonina, que actúa como analgésico y vuelve a producir picor como efecto secundario. Es decir, que lo único que produce rascarse es más picor.
Causas del picor
Dependiendo de si es localizado o generalizado, sus causas varían. Los factores pueden ser tanto internos, como en el caso de las infecciones, o externos, como cuando se produce a causa de una picadura de mosquito.
El picor generalizado suele un rango de causas más delimitado, entre las que destacan las enfermedades infecciosas, las reacciones alérgicas, la sarna, las enfermedades renales o hepáticas con ictericia o las reacciones a medicamentos.
El localizado, en cambio, puede responder a multitud de causas diferentes: reacciones alérgicas, eczema, dermatitis de diferentes tipos, embarazo, sequedad de la piel, urticaria, picaduras de insectos, parásitos como los piojos, pitiriasis rosada, psoriasis, erupciones cutáneas, quemaduras solares o infecciones superficiales de la piel como la foliculitis o el impétigo, entre otras. Claudia Loring. La Vanguardia 25-09-18
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