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Restringir la ventana de alimentación a 8 horas diarias mejora el control glucémico en 3 días
Restringir la ventana de alimentación a 8 horas diarias mejora el control glucémico en 3 días
Un estudio presentado en el congreso de la Asociación Europea para la Diabetes (EASD) avala los beneficios de este ayuno en personas con riesgo de diabetes tipo 2.
El ayuno es objeto de investigación en diferentes contextos por sus potenciales beneficios. Foto: SHUTTERSTOCK.
Publicado en Diario Médico el Mié, 11/09/2024 – 16:23
Restringir la ventana de alimentación a 8 horas al día mejora significativamente el control de la glucemia en adultos con riesgo de diabetes tipo 2, con independencia de que el ayuno se haga por la mañana o por la tarde. Así lo muestra un ensayo aleatorizado, presentado en el congreso de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), que se está celebrando esta semana en Madrid.
“Nuestro estudio descubrió que restringir la alimentación a una ventana de 8 horas al día mejoraba significativamente el tiempo diario de permanencia en el rango normal de glucemia y reducía las fluctuaciones de los niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, modificar el periodo de restricción de 8 horas a una hora más temprana o más tardía del día no pareció ofrecer beneficios adicionales”, afirma la autora principal, Kelly Bowden Davies, de la Universidad Metropolitana de Manchester, en Reino Unido.
Y añade: “Nuestros resultados, que pueden atribuirse a la ventana de ayuno de 16 horas más que a la hora de comer o a los cambios en la ingesta energética, también ponen de relieve que el beneficio de la restricción horaria puede observarse en sólo tres días. Si bien la alimentación restringida en el tiempo es cada vez más popular, ningún otro estudio ha examinado la modulación de la dieta estrictamente controlada en una ventana de alimentación de ocho horas sobre el control glucémico en personas con riesgo de diabetes tipo 2”.
Estudios anteriores indican que la restricción de la ventana de alimentación, lo que también se conoce como TRE por las siglas en inglés time-restricted eating, puede mejorar la sensibilidad a la insulina y la hemoglobina glucosilada (HbA1c) en personas con riesgo de diabetes tipo 2.
Con una alimentación en equilibrio energético
Sin embargo, el efecto sobre la variabilidad glucémica (fluctuaciones de los niveles de glucosa en sangre) no se había determinado, y en estudios anteriores se han atribuido los efectos positivos de la TRE a la reducción de la ingesta energética. Este estudio pretendía comprender las alteraciones en el horario de las comidas cuando los participantes se encontraban en equilibrio energético (la ingesta de energía se correspondía con el gasto energético).
Para averiguarlo, los investigadores estudiaron el impacto de la TRE de forma eucalórica -con dietas proporcionadas para igualar las necesidades energéticas (teniendo en cuenta el sexo, la edad, el peso, la altura y el nivel de actividad)- comparando una ventana de alimentación temprana (entre las 8:00 y las 16:00 horas) frente a una tardía (entre las 12:00 y las 20:00 horas) sobre el control glucémico en adultos sedentarios con sobrepeso.
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Quince individuos sedentarios (9 mujeres/6 hombres; edad media 52 años; IMC de 28; HbA1c 37,9 mmol/mol) que habitualmente repartían su período de comidas en más de 14 horas al día fueron asignados a dos regímenes alimentarios diferentes durante 3 días seguidos.
Los investigadores compararon los periodos de comer solo entre las 8.00 y las 16.00 horas y de comer solo entre el mediodía y las 20.00 horas, y el régimen de alimentación habitual (más de 14 horas/día). Se proporcionó una dieta eucalórica estandarizada [50% de carbohidratos, 30% de grasas y 20% de proteínas] durante los periodos TRE, pero los participantes consumieron sus propias dietas durante las condiciones de vida habituales.
Sin diferencias entre el régimen temprano y el tardío
Los análisis indicaron que, en comparación con la alimentación habitual (más de 14 h/día), la TRE (8 h/día) aumentaba significativamente el tiempo pasado dentro del intervalo normal de glucosa en sangre en una media del 3,3%, y también reducía los marcadores de variabilidad glucémica. Sin embargo, no se observaron diferencias significativas en el control glucémico entre los regímenes tempranos y tardíos.
“A muchas personas les resulta difícil seguir contando calorías a largo plazo, pero nuestro estudio sugiere que vigilar el reloj puede ser una forma sencilla de mejorar el control de la glucemia en las personas con riesgo de diabetes de tipo 2, independientemente de cuándo tengan su ventana de 8 horas para comer, lo que justifica la investigación en estudios más amplios y a más largo plazo”, afirmó Bowden Davies.
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