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Riesgos de la adolescencia
Riesgos de la adolescencia
Los riesgos de esta etapa
Aunque las tendencias están cambiando en los últimos años, probablemente las normas sociales impuestas a los dos géneros conferirán a las chicas un mayor riesgo de hacer dietas adelgazantes innecesarias, perder peso de forma no saludable y hacer menos ejercicio físico. Los chicos, por su parte, tienen más probabilidad de consumir alimentos insanos como la bollería, la comida rápida o las bebidas azucaradas. La toma excesiva de alcohol es un riesgo que ya se da en ambos géneros. Tanto los medios de comunicación (incluyendo publicidad y redes sociales) como los familiares y su entorno directo pueden fomentar en los adolescentes esas conductas negativas, pero también pueden ayudar a introducir enfoques más saludables, incluyendo la alimentación y las bebidas.
Uno de los riesgos más acuciantes es el desorden alimentario, una alteración continua de la conducta alimentaria que conduce a un patrón de alimentación proclive a causar complicaciones físicas o psicológicas significativas. La autopercepción negativa (una percepción distorsionada de nosotros mismos) aumenta el riesgo de desórdenes como la anorexia, la bulimia y los trastornos por atracón, causando problemas nutricionales que comportan deficiencias en el desarrollo (físico, hormonal, reproductivo y cognitivo), un peso no saludable (por encima o por debajo de lo saludable) y una mala salud bucal (erosión, caries dentales y sangrado gingival). Se estima que una de cada 10 chicas y que uno de cada 20 chicos podrían estar en riesgo de desarrollar trastornos de la conducta alimentaria. De ellos, solo se diagnostica una tercera parte. Esto significa que existen muchos adolescentes vulnerables a padecer desórdenes alimentarios y que no reciben ayuda profesional.
Cuidado con estas señales
Signos emocionales, de conducta y físicos que nos ayudan a saber si nuestros hijos pueden estar en riesgo de sufrir trastornos de la conducta alimentaria:
- El adolescente expresa un miedo intenso a subir de peso.
- Se comprueba con mucha frecuencia en el espejo, para detectar defectos. Tiene una imagen negativa o distorsionada de sí mismo o está muy pendiente de la forma y el peso del cuerpo.
- Presenta conductas antisociales. Miedo a comer en público o con otras personas, propensión a guardar y esconder comida o tendencia a comer en secreto.
- Pide siempre porciones muy pequeñas o se niega a comer.
- Practica unos rituales inusuales con la comida: la corta en pedacitos muy pequeños, traslada los alimentos de un lado a otro del plato, pero sin ingerirlos.
- Su estado de ánimo es plano o falto de emoción. Rigidez en rutinas y conductas, con extrema ansiedad si se aparta de ellas.
- Sufre fluctuaciones de peso severas. En las chicas, retirada de la menstruación.
- Muchos problemas dentales.
- Tiene problemas de sequedad de piel, uñas, cabello fino, piel fría al tacto.
Fuente: Guía para padres de la Asociación de Trastornos Alimentarios de EE UU
Consejos para una adolescencia activa
- El mínimo de ejercicio diario recomendado es de 60 minutos de actividad física moderada-intensa.
- Se recomienda que dos días o tres a la semana realicen actividades más intensas y vigorosas (deporte o actividades físicas extraescolares, ya sea en el ámbito competitivo o no).
- A primera hora de la mañana, antes del inicio de las clases o de las actividades diarias, es importante que los adolescentes realicen algún tipo de rutina física para activarse. Por ejemplo, ir a la escuela caminando, en bicicleta, en patinete no eléctrico o en monopatín (siempre con casco y si existen vías seguras destinadas para ello) como alternativas al transporte público.
¿Qué es actividad física moderada? Es el ejercicio que permite mantener una conversación realizando pausas para coger aire; por ejemplo: caminar a buen paso (a 10 minutos el kilómetro), ir en bicicleta a un ritmo tranquilo, trabajar en el jardín (barrer hojas o cortar el césped) o el juego activo con otros adolescentes.
¿E intensa? Ejercicios como correr, subir escaleras, nadar, hacer deporte, ir al gimnasio, saltar a la cuerda…
Fuente: Pequeños cambios para comer mejor, de la Generalitat de Cataluña
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