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Tratamiento de la obesidad con fármacos
Un estudio demuestra el éxito de Ozempic para tratar la obesidad en adolescentes
El uso de la semaglutida, el famoso fármaco para adelgazar, también reduce el daño hepático derivado del aumento de peso y su vinculación al hígado graso no alcohólico.
Los médicos han analizado su efecto a través de los datos de un ensayo clínico Step Teens.
Pilar Pérez. Publicado en Diario Médico el – Sáb, 27/05/2023
Uno de los compuestos de moda usados para adelgazar ha demostrado utilidad clínica en varios aspectos más allá del simple hecho de ‘restar’ esos kilos de más. La semaglutida, el fármaco que regula el azúcar en sangre y la insulina, más conocido como Ozempic, ha sido objeto de análisis en el Congreso Europeo sobre Obesidad.
Pese a que sus propiedades han ido de boca a boca (hoy de reel en reel en las redes sociales), los médicos han analizado su efecto a través de los datos de un ensayo clínico Step Teens. Del mismo, han sacado dos conclusiones importantes: casi la mitad de los adolescentes que emplearon semaglutida alcanzó el peso normal o el sobrepeso y el uso del fármaco muestra que se puede reducir los daños en el hígado derivados de la obesidad.
Desde la comunidad médica se extrema cuidado con banalizar los mensajes sobre el efecto de esos kilos de más, ya que con el paso del tiempo se convierten en enfermedad. Casi el 60% de los adultos y uno de cada tres niños presenta exceso de peso, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). «La situación es realmente preocupante en niños», apuntó Julianne Williams, una de las coautoras del último informe de la OMS. La obesidad en la niñez y la adolescencia se asocia con complicaciones relacionadas con la obesidad, incluido un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, dislipidemia, diabetes tipo 2, enfermedad del hígado graso no alcohólico y apnea obstructiva del sueño, así como una calidad de vida deteriorada.
Los datos de la eficacia para reducir el sobrepeso de los jóvenes de 12 a 18 años involucrados en el estudio han visto la luz en Obesity, aunque los datos generales del ensayo Step Teens ya vieron la luz el año pasado en The New England Journal of Medicine. Ahora, en un nuevo análisis secundario Aaron S. Kelly, codirector del Centro de Medicina de la Obesidad Pediátrica de la Universidad de Minnesota, apunta los efectos del tratamiento en la mejora de las categorías del índice de masa corporal (IMC): casi tres cuartas partes (74%) descendieron al menos una categoría de peso.
Se incluyeron en este análisis adolescentes (201) con un peso medio de 107,5 kg, con casos de obesidad a obesidad grave. Los participantes recibieron aleatoriamente semaglutida subcutánea una vez a la semana 2,4 mg (n=134) o placebo (n=67) durante 68 semanas. Ambos grupos recibieron asesoramiento sobre el estilo de vida que debían llevar durante ese tiempo: pautas de nutrición saludable y un objetivo de 60 minutos de actividad física de intensidad moderada a alta al día.
Al finalizar el ensayo, el 74% de los participantes tratados con Ozempic habían bajado al menos un peldaño en la escala de obesidad, frente al 19% tratados con placebo. «Esto demuestra que solo con la intervención nutricional y de ejercicio es mucho más costoso tratar la obesidad en estos estadios», apuntan los investigadores en el estudio. Además, un 45% de los participantes llegó a descender dos puestos en la escala. En conjunto, el tratamiento con semaglutida redujo la proporción de participantes con el grado más grave de obesidad del 37% al 14% tras más de un año en tratamiento.
Por ello, concluyen que «los hallazgos respaldan el uso temprano del fármaco en el tratamiento de la obesidad en los adolescentes y demuestran su potencial para mejorar y reducir el IMC». Otro apunte que señalan los autores es que, pese a que no era objeto de análisis, encontraron mejores resultados en el colectivo femenino. «Para certificar esto se necesitan más datos».
En la actualidad, las líneas de abordaje para afrontar la obesidad en los menores son intervenciones a través de la dieta y el ejercicio físico. Las opciones de farmacoterapia son bastante limitadas. Hasta hace poco, la FDA en EEUU había aprobado solo cuatro medicamentos para controlar el peso en adolescentes: liraglutida, orlistat, cápsulas de liberación prolongada de fentermina/topiramato (todas para mayores de 12 años) y fentermina de aplicación a corto plazo (para mayores de 16 años) y solo uno (liraglutida) está aprobado por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
Ozempic reduce el daño hepático
Del mismo ensayo también se han extraído conclusiones sobre el impacto en el hígado. Este subanálisis ha sido realizado por Daniel Weghuber, del Departamento de Pediatría de la Universidad Médica Paracelsus de Salzburgo (Austria).
Hay que tener en cuenta que el aumento del peso corporal y el IMC se asocia a una mayor incidencia de la enfermedad del hígado graso no alcohólico (HGNA) y sus formas avanzadas, como la esteatohepatitis, lo que puede derivar en insuficiencia hepática. La pérdida de peso puede mejorar parámetros hepáticos como los niveles de la enzima alanina aminotransferasa (ALT) en los pacientes con estas patologías.
Las mediciones de dicha enzima se consideran el primer paso en el cribado de HGNA en niños con riesgo. Unos niveles elevados y constantes conducen a un aumento de las pruebas clínicas para detectar estas enfermedades, mientras que unos índices bajos indican mejoría de la causa subyacente del daño hepático.
En este sentido, los autores concluyen que «en el ensayo Step Teens, el tratamiento con semaglutida se asoció a una reducción significativa de los niveles de la enzima hepática alanina aminotransferasa en comparación con placebo».
Weghuber añade que «la hepatopatía grasa es la enfermedad hepática más frecuente en los adolescentes sin que exista actualmente ningún tratamiento farmacológico. Los resultados de este trabajo son alentadores e informarán estudios específicamente diseñados para probar semaglutida en adolescentes con HGNA».
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